Observaciones acerca de los nombres y apellidos de origen maya (SEGUNDA parte)

por William H. Mex

«-Yáabilkunt a k’aaba, wa leti’e’ ku tal ich u chun u máasewal k’aaba’, baylili’e’ ti’al ma’ mans a kuxtal chéen ich u loxil yéetel u chikul a wich. Junp’éel wíinik ku tal ich u chuunil máasewale’, wa ma’ ku k’ajóolt u pixan wo’ojil ti’ u chunil u k’aaba’, jóojoch u wíinklil. Wa ma’ k’aasik tuláakale ba’aj kin wa’ik tech, maake táan in wa’ik bix anik u pixane’, je’ u suutkuba’ bey junp’éel nojoch káat tu chúupule’ yéetel je’ ba’axake’, je’elo’ tuune’, la’e’ ba’aj jóojochil je’ u páajtal u chúupu’ yéetel u ta’ mis ti’ junp’éel túukul, ma’ u ti’ali’, bey xan je’ bin u p’eentakaj tumene’ tuukula’ – »[1]

➜Esta es la segunda parte del ensayo sobre los nombres y apellidos mayas publicada en este blog, el enlace para la primera parte la puedes encontrar al final del texto. Revisado: febrero de 2023

Los nombres y apellidos mayas del período Colonial a la actualidad

El período Colonial (1697-1821) estuvo marcado en un principio por un programa misionero que contemplaba la conversión de los nativos al cristianismo mediante bautizos masivos, también se buscaba desarraigar sus creencias, conformar pueblos con cabildo e iglesia y disminuir la cantidad de nativos fugitivos y gentiles [2]. En esa época hicieron presencia ciertos intentos de integración de poblaciones que no tomaban en cuenta el grado de cohesión social y que a la larga dieron lugar a nuevas fragmentaciones. Sin embargo, y de manera general, la lengua castellana tuvo poco impacto sobre la lengua maya, y se puede hablar tanto de hispanización como de mayanización, ya que en varios casos el maya era la primera lengua entre los nacidos en cualquier casta. Sobre todo, fueron las elites mayas quienes adoptaron aspectos culturales españoles por conveniencia [3].

En los documentos de la época, se hizo común el uso de palabras como yuum (señor, amo) que era un título con el que se designaba a los batabes y maestros cantores, e igualmente se hizo común que varios personajes mayas se vincularan histórica y convenientemente con ciudades como Mayapán, por cuestiones de prestigio. Así mismo, en estos documentos, los designados como indios siempre llevaban apellido maya, con excepción de los indios hidalgos [4]. Lo más común fue que los apelativos mayas fuesen cambiados por los apellidos de misioneros, encomenderos, o dueños de esclavos y, en los seminarios, quienes fundaban las becas eran quienes les daban el apellido a sus tutelados [5].

Debido a la influencia de las instituciones castellanas, no hay evidencia del uso del nombre de madre en los registros coloniales, si bien es posible que hasta cercano el siglo diecinueve la práctica de llevar un nombre materno (en este caso, después del paterno y como segundo apellido) se haya vuelto común de nuevo. En la mayoría de los casos hubo una tendencia a retener los patronímicos, como un reflejo de la identidad en común que compartían los grupos mayas, con una escasa adopción de apellidos castellanos. De la misma manera, se preferían nombres que tuvieran contrapartes femeninas (por ejemplo, Bernardino- Bernardina) y algunos nombres se mayanizaban, por ejemplo: XPab, Antoyo (Antonio), Bicto (Victor), Calos (Carlos), Pelip (Felipe) [6]. En documentos oficiales referentes a propiedades o tierras, algunos mayas usaban con facilidad sus nombres precristianos (es decir, con su nombre de madre primero) olvidándose del nombre castellano. En el caso de la península de Yucatán, también es probable que el uso de apodos haya sobrevivido – aunque de diferente manera – hasta la época actual [7].  

Durante el mismo período, entre los pueblos de la montaña de la península de Yucatán se observa mayor diversificación de apelativos (patronímicos, aunque también los que podrían ser matronímicos), lo que da un menor número de individuos por linaje, destacando por cantidad los Chan, May, Euan, Mo, Canul y Canché [8]. El uso de apellidos también sirve como medio de legitimación y para resaltar la importancia de un linaje (que implica parentesco y vínculo político). Por ejemplo, en un documento del siglo diecisiete, Don Juan Chan afirma que su esposa María Tzeh, descendía de Fernando Tzeh, quien era descendiente del linaje de Kauac Op Tzeh, de la ciudad de Mayapán [9]. Hay ejemplos en dónde los mayas rebeldes (bautizados) usaban su nombre al estilo prehispánico (con su nombre de madre primero) cuando respondían a las cartas de los eclesiásticos reductores, lo que indicaría un intento de marcar su frontera étnica [10].

Otro rasgo para resaltar es que ciertos nombres o apellidos se asociaban con determinadas áreas de la península: Canul al norponiente, Cupul al suroriente y los Pech en la provincia de Cehpech. Hoy en día ciertos apellidos aparecen por regiones o comunidades: Pat y Cimé en Chan Kom; Ay y Tuz en Ek Balam; Dzul Baas, Cahum y Pomol en Hunukú [11]. La inclusión de un nombre castellano en el apelativo indígena (borrando el nombre de la madre), la transformación del “nombre de padre” en lo que hoy en día llamamos apellido[12], y el cambio total de apellido maya por un apellido castellano han sido acciones llevadas a cabo desde principios de la época Colonial, pero que han sido más notorias en los últimos doscientos años.

En la época actual (principios del siglo veinte y años treinta) otro cambio ha ocurrido con el apellido maya: la castellanización del apellido o bien, la traducción de este al español. Casos conocidos son los de los apellidos Che (traducido Madera), Ek (como Estrella), Chel (Rubio), Dzul (Caballero, aunque originalmente ‘extranjero, foráneo’), Uh (Luna) y Caamal, Matu y Tamay castellanizados como Cámara, Matos y Tamayo. Otros apellidos se modifican adaptándolos a la morfología del idioma castellano[13]. Si bien se ha convertido en una práctica poco común, el apellido indígena ha pasado a ser sinónimo de estigma étnico [14]. La traducción parece buscar “transferir las connotaciones positivas de un apellido castellano”, algo que también se intenta mediante los matrimonios estratégicos con personas de apellido no maya, lo que en ocasiones se suele llamar “blanqueamiento” y lleva a la vez a un desprecio por la piel de color oscuro y a una visión entre ciertas partes de la sociedad yucateca de que la pobreza y el apellido maya tienen que estar inevitablemente vinculados [15]. También es común escuchar decir en diversas partes del área maya en general, que un apellido maya “suena feo” y escuchar el uso despectivo de palabras como “macehual” o “indio” para las personas que tienen apellidos mayas [16]. Esto ha influido, principalmente en épocas recientes, a que la estigmatización del apellido de origen maya continúe.

Hacia una metodología para el estudio del significado del nombre maya, desde la época prehispánica hasta la época actual

Con base en lo ya expuesto, queda claro que tanto la manera de nombrarse como los significados de los nombres y apellidos mayas, han sufrido cambios en diferentes épocas y lugares. En un estudio previo, se ha propuesto que un título prehispánico como Bahkab (Bacab), pudo pasar a formar parte del nombre de deidades para después pasar a usarse como apellido, pero sin conservar el significado, ni siquiera en fuentes coloniales [17]. Otras palabras usadas como apellido, por ejemplo, Balam (báalam ‘jaguar’), han conservado su significado, si bien parte el simbolismo prehispánico relacionado con la palabra se perdió desde hace tiempo, y otras como Chan, son de origen más complicado, pudiendo significar tanto ‘serpiente’, como ‘cielo’.

Los pasos aquí expuestos tienen como objetivo enfocar y organizar la investigación del nombre personal maya de forma precisa, completa y sistematizada con miras a profundizar en su significado y simbolismo. Esta metodología también se puede aplicar para investigar nombres de animales, seres sobrenaturales y de lugares. Está basada parcialmente en los seis puntos que Brito (1981) propone para el estudio de los toponímicos mayas, si bien aquí se parte del estudio de la escritura jeroglífica maya, tomando en cuenta un contexto más amplio.

1.- Para la identificación de un nombre prehispánico, se debe localizar primeramente la frase nominal, que identifica a seres humanos o sobrehumanos, y puede incluir nombres personales, títulos, oficios y nombres de lugar [18]. Esto se hace por medio del método estructural, buscando patrones de la lengua maya en las inscripciones (es decir, la sintaxis), y aislando fechas, verbos, objetos, sujetos y nombres de lugar, aunque no sea posible dar una lectura fonética en un principio [19]. Este trabajo se complementa con el método fonético, que proporciona lecturas más precisas [20].

2.- En el período Clásico, con excepción de los nombres de dioses, algunos wahy y algunos nombres de lugar, los nombres personales no se pueden constituir por una sola palabra, e incluyen como mínimo un adjetivo y un sustantivo [21]. Se incluyen principalmente nombres de animales, de dioses, y en menor medida, de objetos; igualmente hay una diferenciación en la conformación de nombres, según sea la región oeste o este del área maya [22]. Por lo tanto, se debe esperar encontrar diferencias entre los nombres y apellidos en la época colonial y en la época actual, dependiendo de cada región, dentro de la zona maya.

3.- La interpretación de cada palabra perteneciente a la frase nominal debe ser sencilla y lógica, tomando en cuenta el contexto de la época en que se sitúe el estudio. Por ejemplo, si se sabe que en las lenguas mayas el adjetivo se ubica antes que el sustantivo y que el orden de una oración es de forma común VOS (verbo-objeto-sujeto), entonces, este será el orden más común encontrado en las inscripciones clásicas y en los documentos coloniales [23]. También se debe tomar en cuenta que partes de la frase nominal pueden cambiar su lugar en la oración, o incluso no usarse, debiendo estos cambios en el orden considerarse como posibles marcadores de filiación lingüística [24].

4.- Las lenguas mayas se puede clasificar en clásicas, posclásicas, coloniales y modernas, y en cada período hay palabras o términos que pudieron o no sobrevivir en épocas posteriores. Hay que considerar tanto la variación lingüística como la variación dialectal, ya detectada desde el período Clásico [25]. Aún dentro de un área conservadora como la maya peninsular, si se quiere saber el significado de un nombre, es necesario tomar en cuenta otras lenguas mayas, como bien advertía Alfredo Barrera Vázquez hace más de 50 años: “ha sido un error tomar el maya de Yucatán como el único que nos pudiera dar el significado de todos los nombres relacionados con la religión y otros aspectos de la cultura maya peninsular” [26].

5.- Se debe considerar la posibilidad de encontrar palabras de otras lenguas mesoamericanas en las inscripciones prehispánicas y en los textos coloniales. Ya desde hace tiempo ha sido posible identificar influencias – principalmente de la lengua mixe-zoque, del nahua y posiblemente del zapoteco y del totonaco -, tanto en las inscripciones, como en las lenguas mayas actuales [27]. En la época colonial, hay buenos ejemplos de influencia nahuatl en los libros Chilam Balam [28]. En dado caso, la transparencia morfológica, la reconstructibilidad y las anomalías fonológicas y gramaticales deben tomarse en cuenta para saber cuál es el idioma que dio origen a una palabra [29]. No debe sorprendernos si llegaran a aparecer palabras cuya etimología es imposible de analizar, o cuyo significado se ha perdido para siempre.

6.- Hay evidencia de que ciertos nombres de personas, de dioses o de lugares han sobrevivido desde la época prehispánica hasta la actualidad, si bien esto no quiere decir que su significado o simbolismo también se haya mantenido. Tanto los nombres de Jun Witzil Chahk, que aparece en un dintel de Yaxchilán, de K’ahk’ u Pakal y de Jun Pik Tok’ personajes de Chichén Itzá, son mencionados en fuentes etnohistóricas o etnográficas posteriores [30]. Los nombres de algunos dioses recopilados en las etnografías actuales tienen claramente un equivalente Clásico [31]. Nombres de lugar como los de Ek Balam, Calcehtok y Acanceh también aparecen en inscripciones del norte de Yucatán, si bien su significado ha variado o se ha perdido parcialmente [32]. Dado que varios nombres de persona o lugar tienen raíces mitológicas, en ocasiones será necesario profundizar en la mitología de los pueblos mayas y mesoamericanos, tanto prehispánicos como actuales [33].

7.- Se deben tomar en cuenta las distintas formas de organización de la sociedad maya durante diferentes épocas, ya sea como ciudades estado o “superestados”, o como cacicazgos, chibales o cuchcabales e indagar en como estas formas afectaron la elección o imposición de un nombre hacia el individuo o hacia el grupo de personas [34]. También hay que analizar el prestigio que tuvo o se le atribuyó a un nombre y el efecto de este en las redacciones históricas. Algunos casos de aislamiento o de contacto entre grupos mayas y no mayas provocaban cambios en la forma de nombrarse, pudiendo identificarse áreas más conservadoras, o bien movimientos de revitalización [35]. Para el período actual, es de fundamental importancia analizar prácticas que afectan la imposición de nombres y apellidos, como los bautizos y bodas [36].

8.- Como complemento del punto anterior, es necesario cuestionar y revisar los trabajos más antiguos acerca del tema, a la luz de las nuevas investigaciones arqueológicas, históricas o antropológicas. Es probable que, al trabajar con una cantidad mayor de información, la interpretación y el conocimiento generado tendrá una base más sólida y fidedigna. La información histórica referente a la presencia de grupos étnicos en un área determinada, o bien la existencia de linajes y clanes debe ser contrastada en lo posible con los datos arqueológicos [37]. El hecho de encontrar datos alterados, falsos o fantásticos en los registros, no indica que no se pueda confiar en los escritos de los nativos, más bien nos dice mucho acerca de sus intenciones y de su contexto histórico [38].

Observaciones finales

El acercamiento al estudio del significado o simbolismo del nombre, cuando este pertenece a la persona, a un lugar o a alguna entidad sobrenatural, se puede ver como un intento de reforzar la identidad de una persona o grupo humano o bien como un movimiento de revitalización con vistas a lograr otros objetivos. El conocimiento generado por estudios como este se puede usar para restarle valor a las prácticas discriminatorias y racistas de ciertas sociedades, como la yucateca. No cabe duda de que este tipo de prácticas son producto de la ignorancia, por ejemplo, de toda la historia y gama de significados que puede rodear una apalabra (en este caso, un nombre o un apellido).

En otras partes del país se han llevado a cabo estudios que de una u otra forma buscan reinterpretar los nombres prehispánicos. Por ejemplo, Tena (2012) ha propuesto traducir los nombres nahuas de Cuitlahua como ‘Dueño de excremento’ (en vez de ‘excremento divino’ o ‘dueño de oro/ plata’) y de Tetlepanquetza como ‘Él pone a la gente sobre el fuego’, (sin relación con la palabra quetzal), analizando datos históricos acerca de la sociedad mexica. En todos los casos es necesario tomar en cuenta un contexto más amplio.

La gran cantidad de trabajos que se han estado produciendo en el ámbito epigráfico no tienen – en su mayoría – el objetivo de vincular el pasado prehispánico con las cuestiones étnicas o identitarias actuales, mucho menos tienen como finalidad el que sean leídos por los mayahablantes de hoy en día. Sin embargo, ha existido interés por parte de las personas del ámbito académico de compartir, aceptar o al menos considerar la información tratada en estos textos y de evaluar sus metodologías. Propuestas como esta pueden contribuir a ampliar los horizontes de trabajo y estudio, con el propósito de fortalecer a largo plazo la cultura y lengua maya.

Signos de la escritura jeroglífica maya relacionados con los apellidos mayas actuales: 1 Bahlam jaguar, 2 Chan / Kan cielo, firmamento 3 Ek’ estrella, astro, 4 K’uh deidad, dios, 5 Kab / Chab tierra, territorio, 6 Kan / Chan culebra, serpiente, víbora, 7 May pezuña, 8 Tun piedra, roca. Dibujos de ©️ William Mex (formas estándar).

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Última modificación: diciembre de 2022. La primera parte del ensayo la puedes leer aquí: https://wp.me/pbXGfE-yC

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _


NOTAS

[1] «Ama tu nombre, sobre todo si éste es de origen indio, para que no vivas en constante lucha con tu identidad. Un hombre de origen indígena, si desconoce el alfabeto espiritual de los orígenes de su nombre, es un hombre vacío y está expuesto a que se convierta en recipiente disponible al que se le puede llenar de cualquier cosa; luego entonces, esa oquedad puede que sea llenada con los desperdicios de un pensamiento, que no de él, y que acabará sometiéndolo». (Jorge Miguel Cocom Pech 2014:24 y 25)

[2] (Bracamonte 2001:60 y 61)

[3] (Farris 2012:138 y 154)

[4] (Farris 2012:306, nota 9 y 316)

[5] (Ruiz 1982)

[6] En algunos nombres se refleja el cambio u omisión de letras como la d, f, g, r que no existen en maya peninsular. En otros casos, se omiten las sílabas en los nombres que tienen dos vocales juntas.

[7] (Restall 1997:41-50)

[8] (Bracamonte 2001:137 y 367)

[9] Nótese la semejanza con la palabra Cauac (Kawak), que es el nombre de un día del calendario maya.

[10] (Bracamonte 2001:159 y 306). Este tipo de acciones son parecidas a lo expuesto en el párrafo anterior, en el trabajo de Restall.

[11] (Quintal 2005:197)

[12] Con lo ya expuesto, queda claro que el concepto de nombre y apellido tal y como lo conocemos actualmente era inexistente en la época prehispánica.

[13] Acciones descritas como prácticas de “tránsito étnico”, de “ocultamiento étnico” o de “ocultamiento de ascendencia maya”.

[14] (Quintal 2001:158; Quintal 2005:298)

[15] (Iturriaga 2011:28, 87 y 207)

[16] (Gabbert 2001:270). Ver Iturriaga 2011, para un análisis del racismo y los apellidos de origen maya en el Yucatán actual y Guzmán 2013, para un estudio sobre lengua, identidad y apellidos.

[17] (Mex 2016)

[18] (ver Lacadena 2000)

[19] (ver Proskouriakoff 1960)

[20] (ver Knorozov 1956)

[21] (ver Grube 2002)

[22] (ver Colas 2004)

[23] (ver Bricker 1986, England 1996)

[24] (ver Lacadena 1998)

[25] (ver Lacadena y Wichmann 2002, Rodríguez 2011)

[26] (citado en Brito 1981:35)

[27] (ver Boot 2009, Pallán y Meléndez 2005)

[28] (ver, Barrea y Rendón 1948)

[29] (ver Justeson et.al.1985)

[30] (Grube y Krochok 2007) (Stuart 1987)

[31] (ver García 2008)

[32] (Graña-Behrens 2006). Por ejemplo, es común que se refiera a Ek Balam (Ek’ Bahlam con ortografía del maya jeroglífico) como “Jaguar negro”, cuando según el registro epigráfico debe ser “Jaguar Estrella”, aunque en la etnografía también está atestiguado como “Lucero Jaguar”. De igual manera con Acanceh (Ahkan Kehj en ortografía del maya jeroglífico), traducido tradicionalmente como “Gemido de venado”, es más factible una traducción como “Venado Ahkan”.

[33] (ver García et.al. 2005, Tokovinine 2014)

[34] (Ver Martin y Grube 2008; ver Farriss 2012, Restall 1997)

[35] (ver Bracamonte 2001)

[36] (ver Kurjack et.al. 2001)

[37] (ver Cobos 2013)

[38] (ver Lacadena y Ciudad 2009)

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (de las dos partes del ensayo)


Barba, Beatriz
-1990 Sobre los cuatro nombres de los mayas. En A. Cardós (Ed.) La época clásica, nuevos hallazgos, nuevas ideas. México, D.F. University of Texas.

Barrera Vásquez, Alfredo y Silvia Rendón
-1972 El libro de los libros de Chilam Balam. México, D.F. FCE.

Becerra, Marcos
-1985 Nombres geográficos indígenas del estado de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez, Talleres tipográficos del gobierno del estado.

Benítez, José
-2000 Los apellidos indígenas en Petén. En XIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1999 Ed. por J.P. Laporte, H. Escobedo, B. Arroyo y A.C. de Suasnávar, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Boot, Erik
-2009 Loanwords, «foreign words,» and foreign signs in maya writing. En: The Idea of Writing: Play and Complexity. Ed. por A. Voogt e I. Finkel, Leiden: Brill.

Bracamonte y Sosa, Pedro
-2001 La conquista inconclusa de Yucatán: los mayas de las montañas, 1560-1680. Mérida, Yucatán, CIESAS.

Bricker, Victoria
-1986 A Grammar of Mayan Hieroglyphs. Middle American Research Institute, Tulane University.

Brito Sansores, William
-1981 La escritura de los Mayas: Jeroglíficos, Chilam Balames y Toponímicos. Mérida, Yucatán, Manuel Porrúa.

Campbell, Lyle
-1988 The Linguistics of Southeast Chiapas. Papers of the New World Archaeological Foundation, 51. Provo, Utah.

Cobos, Rafael
-2013 Presencia histórica de Itzáes, Putunes y Toltecas en las tierras bajas mayas a fines del Clásico y Posclásico. En A. Cucina, editor. Afinidades Biológicas y Dinámicas Poblacionales entre los Antiguos Mayas, una Visión Multidisciplinaria. Mérida, México: Ediciones de la UADY.

Coe, Michael D.
-1995 El desciframiento de los glifos mayas. México: Fondo de Cultura Económica.

Colas, Pierre Robert
-2003 Kinich and King. Naming self among classic maya rulers. Ancient Mesoamerica 14.

Colas, Pierre Robert
-2004 Personal names: a diacritical marker of ethnic boundary among the classic maya. En F. Sachse (Ed.) Maya ethnicity. The construction of ethnic identity from preclassic to modern times. Bonn, Markt Schwaben: Saurwein.

Carrasco, Pedro
-1964 Los nombres de persona en la Guatemala antigua. Estudios de cultura maya num. 4.

Castañeda, Quetzil
-2002 Post/Colonial Toponymy: Writing Forward ‘in Reverse’. Journal of Latin American Cultural Studies, Vol. 11, No. 2.

Cocom Pech, Jorge Miguel
-2013 K’aank’an ya’il icho’ob: waye’ ima a t’aan ich maya! Lágrimas de oro: ¡aquí no hables maya!, Ed. Trillas.

Davoust, Michel
-2001 Los glifos nominales de los personajes históricos mayas del período clásico, en: El poder del nombre propio: su escritura y significado a través de la historia en diferentes culturas, coord. A. Christin, Gedisa, España.

De Guzmán, Pantaleón
-2001 Compendio de nombres en Lengua Kaqchikel Guatemala: Academia de Lenguas Mayas.

De Landa, Diego
-1997 Relación de las cosas de Yucatán. México, Monclem ediciones.

De Vos, Jan
-1993 La paz de Dios y del rey. La conquista de la Selva Lacandona (1525-1821), México, FCE.

Eberl, Markus y Daniel Graña-Behrens
-2004 Proper names and throne names: on the naming practice of classic maya rulers. En D. Graña Behrens et al. (Eds) Continuity and change: maya religious practices in temporal perspective. Acta mesoamericana 14. Bonn, Verlag Anton Saurwein, Markt Schwaben.

Echeverría, Víctor
-1967 Sabios y guerreros mayas de Yucatán: su actuación y la etimología de sus respectivos nombres. Mérida, Yucatán: La literaria.

England, Nora
-1996 Introducción a la lingüística: idiomas mayas. Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín.

Farriss, Nancy
-1985 Recordando el futuro, anticipando el pasado: tiempo histórico y tiempo cósmico entre los mayas de Yucatán, en La memoria y el olvido: segundo simposio de historia de las mentalidades. México, INAH, Colección científica 144.

Farriss, Nancy
-2012 La sociedad maya bajo el dominio colonial. Artes de México/inah/conaculta, Ciudad de México.

Feldman, Lawrence
-1983 The Structure of Cholan Mayan Surnames in Sixteenth and Seventeenth Century Manuscripts: Features to look for in the Eighth Century Personal Name Hieroglyphs. Mexicon, vol. 5, num. 3.

Gabbert, Wolfgang
-2001 ¿Integración o colonialismo interno? Cultura y desigualdad en Yucatán. En Yucatán a través de los siglos. Memorias del 49º Congreso Internacional de Americanistas, Quito, Ecuador, Ed. por R. Gubler y P. Martel.

Garcia Barrios, Ana
-2008 Chaahk, el dios de la lluvia, en el período clásico maya: aspectos religiosos y políticos. Memoria para optar por el grado de doctor. UCM.

García Barrios, Ana, Ana Martín Díaz y Pilar Asensio Ramos
-2005 Los nombres reales del Clásico: Lectura e interpretación mitológica. En XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2004 ed. J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

García Campillo, José Miguel
-1995 Antroponimia y toponimia en las inscripciones mayas clásicas de Yucatán. Tesis Doctoral. UCM.

Graña-Behrens, Daniel
-2006 Emblem Glyphs and Political Organization in Northwestern Yucatan in the Classic Period (A.D. 300–1000). Ancient Mesoamerica 17.

Grube, Nikolai
-2001 Los nombres de los gobernantes mayas. Arqueología mexicana 9.

Grube, Nikolai
-2002 Onomástica de los gobernantes mayas. En V. Tiesler, R. Cobos, M. Greene (Eds.) La organización social entre los mayas. Memoria de la tercera mesa redonda de Palenque. México, CONACULTA, INAH, UADY.

Grube, Nikolai
-2006 Prólogo. En N. Grube (Ed.) Los mayas una civilización milenaria Colonia, Könemann.

Grube, Nikolai
-2006 Volcanes y selva: un variado espacio vital. En N. Grube (Ed.) Los mayas una civilización milenaria Colonia, Könemann.

Grube, Nikolai, and Ruth J. Krochock
-2007 Reading between the Lines: Hieroglyphic Texts from Chichén Itzá and its Neighbors. En Twin Tollans: Chichen Itza, Tula, and the Epiclassic to Early Postclassic Mesoamerican World. Ed. Kowalski y Kristan-Graham. Dumbarton Oaks.

Grube, Nikolai y Werner Nahm
-1994 A Census of Xibalba: A complete Inventory of WAY Characters on Maya Ceramics. En: The Maya Vase Book Volume 4. Kerr Associates, NY.

Guzmán, Violeta Guadalupe
-2013 Lengua e identidad entre los mayas contemporáneos de Yucatán. Anales De Antropología, 47(1).

Güemez, Miguel
-2011 Diccionario del español yucateco. México, Universidad Autónoma de Yucatán, Plaza y Valdés S.A. de C.V.

Helmke, Christophe
-2012 Mythological Emblem Glyphs of Ancient Maya Kings. Contributions in New World Archaeology, vol 3.

Houston, Stephen, John Robertson y David Stuart
-2000 The language of classic maya inscriptions. Current anthropology, 41 (3).

Ishihara, Reiko
-2009 Deities of the ancient Maya. A guide for the 3rd Maya at the Playa workshop.

Iturriaga, Eugenia
-2011 Las elites de la Ciudad Blanca: racismo, prácticas y discriminación étnica en Mérida, Yucatán. Tesis doctoral. Ciudad de México: UNAM.

Josserand, Kathryn y Nicholas A. Hopkins
-2002 La lingüística y el desciframiento de las inscripciones mayas. En Tercer Congreso Internacional de Mayistas, ed. A. L. Izquierdo. México, D.F., UNAM.

Justeson, John, William M. Norman, Lyle Campbell, y Terrence Kaufman
-1985 The foreign impact on Lowland Mayan language and script. Middle American Research Institute, Publication 53. New Orleans: Tulane University.

Kelley, David H.
-1976. Deciphering the Maya Script, Austin: University of Texas Press.

Kettunen, Harri y Christophe Helmke
-2014 Introduction to Maya Hieroglyphs. XIX European Maya Conference Bratislava.

Knorozov, Yurii
-1956 La escritura de los antiguos mayas. México, Instituto de Intercambio Cultural Mexicano Ruso.

Kurjack, Edward, Elena K. Lincoln y Beatriz E. Repetto
-2001 La comunidad maya del pasado. En Yucatán a través de los siglos. Memorias del 49º Congreso Internacional de Americanistas, Quito, Ecuador, Ed. R. Gubler y P. Martel.

Lacadena, Alfonso
-2000 Nominal Syntax and the Linguistic Affiliation of Classic Maya Texts. In The Sacred and the Profane: Architecture and Identity in the Maya Lowlands. Eds. P. Colas, K. Delvendahl, M. Kuhenrt.

Lacadena, Alfonso
-2003 El corpus glífico de Ek’ Balam, Yucatán, México (FAMSI).

Lacadena, Alfonso
-2009 Apuntes para un estudio de literatura maya antigua. En Text and Context: Yucatec Maya Literature in a Diachronic Perspective. A. Gunsenheimer, T. Okoshi y J. F. Chuchiak, eds. BAS. Shaker Verlag Aachen, Bonn.

Lacadena, Alfonso
-2016 Evolución de las fórmulas reverenciales mayas asociadas a los títulos políticos de rango y cargo desde el período Clásico hasta la época colonial. Ponencia presentada en el 10° Congreso Internacional de Mayistas, Izamal, Yucatán.

Lacadena, Alfonso y Andrés Ciudad
-2009. Migraciones y llegadas: mito, historia y propaganda en los relatos mayas prehispánicos en las Tierras Bajas. En M. Ruz, J. García y A. Ciudad (eds.) Diásporas, migraciones y exilios en el mundo maya. Mérida. UNAM y SEEM.

Lacadena, Alfonso y Albert Davletshin
-2013 Grammar of Hieroglyphic Maya. Advanced Workshop Handbook, European Maya Conference, Brussels.

Lacadena, Alfonso y Kerry Hull
-2012 Ancient maya poetics. Advanced Workshop Hadnbook, European Maya Conference, Helsinki.

Lacadena, Alfonso y Søren Wichmann
-2002 The distribution of lowland maya languages in the classic period. En V. Tiesler, R. Cobos, M. Greene (Eds.) La organización social entre los mayas. Memoria de la tercera mesa redonda de Palenque México, CONACULTA, INAH, UADY.

López Austin, Alfredo y Leonardo López Luján
-2001 El pasado indígena, México, COLMEX, FCE.

Love, Bruce
-2011 The Gods of Yucatán from A. D. 1560 to 1980. Estudios de Cultura Maya, Vol. 37.

Mateos, P;
-2010 El análisis geodemográfico de apellidos en México. Papeles de Población, vol. 16, núm. 65. UAEM, Toluca, México.

Mex, William
-2016 Nombres de origen maya: observaciones sobre su significado, simbolismo prehispánico y colonial y su relación con los apellidos mayas peninsulares de la actualidad. Revista Antrópica, año 2, num. 2. UADY.

Pacheco Cruz, Santiago
-1953 Diccionario de etimologías toponímicas mayas. México. Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.

Pallán, Carlos y Lucero Meléndez
-2005 Foreign Influences on the Maya Script. Paper presented at the 10th European Maya Conference, “The Maya and Their Neighbours,” Leiden University & Wayeb, Leiden, the Netherlands.

Pharo, Lars Kirkhusmo
-2012 «Tonalism»: Name, Soul, Destiny and Identity Determined by the 260-Day Calendar in Mesoamerica. En Oslo Studies in language, vol. 4 num. 2.

Pérez Suarez, Tomas
-2011 Los idiomas: historia y diversidad. En A. Martínez y M. Vega Los mayas voces de piedra. México, D.F. Ambar diseño.

Proskouriakoff, Tatiana
-1960 Historical Implications of a Pattern of Dates at Piedras Negras, Guatemala. American Antiquity, 25.

Quintal Avilés, Ella Fanny
-2001 El nombre impuesto como propio. Mestizos y mayeros en Yucatán. En Medio Katún. 10 años de (documentar la) Indignación, México, Indignación.

Quintal Avilés, Ella Fanny
-2005 Way yano’one’: aquí estamos. La fuerza silenciosa de los mayas excluidos, Visiones de la diversidad. Relaciones interétnicas e identidades indígenas en el México actual, vol. II, M. A. Bartolomé (coord.). México: INAH.

Rejón Garcia, Manuel (Marcos de Chimay)
-1988 Etimologías mayas: los nombres de varias poblaciones yucatecas algo sobre su origen. Mérida.

Restall, Mathew
-1997 The Maya World: Yucatec Culture and Society, 1550–1850. Stanford, CA: Stanford University Press.

Roche Canto, Conrado
-1987 Patronímicos y locativos en topónimos mayas. Mérida, Yucatán.

Rodríguez, Asier
-2011b Lengua maya escrita y lenguas vernáculas. Soluciones epigráficas a las tensiones entre lengua estándar (globalidad) y la dialectología (diversidad) en el período clásico. En M. Gallegos y J. Hendon (Eds.) Localidad y globalidad en el mundo maya prehispánico e indígena contemporáneos. Estudios de espacio y género. México. D.F., INAH.

Roys, Ralph
-1940 Personal names of the maya of Yucatan. En Contributions to American anthropology and history. Vol. 6, num. 31. Washington D.C., Carnegie Institution of Washington. Traducción al español: Roldán Peniche Barrera, Versión revisada y comentada por Alfredo Barrera Vásquez.

Ruiz Chávez, Glafira
-1982 Notas sobre el impacto de la conquista española sobre los apellidos mayas. Revista Información (3-4).

Sánchez, Feliciano
-2012 400 nombres mayas para tus hijos e hijas.

Scholes, Frances y J. Eric S. Thompson
-1977 The Francisco Pérez “Probanza,” of 1654-1656, and the “Matrícula” of Tipu (Belize). En Anthropology and history in Yucatán, editado por Grant D. Jones. Austin: University of Texas Press.

Scholes, Frances y Ralph Roys
-1996 Los Chontales de Acalan Tixchel. Traducción de Mario Humberto Ruz y Rosario Vega. México, D.F. UNAM.

Sheseña, Alejandro
-2010 Los nombres de los naguales en la escritura jeroglífica maya: Religión y lingüística a través de la onomástica. Journal of Mesoamerican Languages and Linguistics Vol. 2, No. 1.

Stuart, David
-1987 Ten Phonetic Syllables. Research Reports on Ancient Maya Writing 14. Washington, DC: Center for Maya Research.

Taube, Karl
-1992 The Major Gods of Ancient Yucatan. Studies in Pre-Columbian Art & Archaeology 32, Dumbarton Oaks

Tena, Rafael
-2012 Propuesta para la corrección de nombres y nomenclaturas. Arqueología Mexicana, vol. XIX, núm. 113.

Tokovinine, Alexander
-2007 Classic Maya Place Name Database. Disponible en línea:http://www.doaks.org/resources/publications/books-in-print/place-and-identity/the-classic-maya-place-names-database.

Tokovinine, Alexander
-2013 Place and Identity in Classic Maya Narratives. Washington, DC: Dumbarton Oaks Research Library and Collection.

Ulmann, Stephen
-1976. Semántica. Introducción a la ciencia del significado. Madrid, Aguilar.

Velásquez García, Erik
-2011 La escritura jeroglífica. En A. Martinez y M. Vega Los mayas voces de piedra. México, D.F. Ambar diseño.

Wichmann, Søren
-2004 The names of some major Classic Maya gods. En D. Graña Behrens (Ed.) Continuity and change: Maya religious practices in temporal perspective: 5th EMC, Bonn, Markt Schwaben: Anton Saurwein.

Zender, Marc
-2014 The Naming Insight: Hieroglyphic Names and Social Identity in the Pre-Columbian Americas. In A Celebration of the Life and Work of Pierre Robert Colas, editado por C. Helmke y F. Sachse, Acta Mesoamericana 27. Verlag Anton Saurwein, Munich, Germany.

Zender, Marc y Stanley Guenter
-2003 The names of the lords of Xib’alb’a in the maya hieroglyph script. En R. von Hansfftengel y C. Tercero (Eds) Eduard y Caecilie Seler: Sistematización de los estudios americanistas y sus repercusiones. México, UNAM, INAH.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

contacto

Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689


Observaciones acerca de los nombres y apellidos de origen maya (primera parte)

por William H. Mex

“No puede negarse, sin embargo, que el apellido indígena es hasta nuestros días un verdadero y quizá el más importante estigma étnico.” (Quintal 2001:158).

El objetivo de este texto es presentar una introducción al estudio de los nombres de origen maya tomando como base el estudio de la escritura jeroglífica maya y su relación con el lenguaje. Se presentan algunos ejemplos de nombres de personas y de nombres de entidades sobrenaturales tal y como aparecen en el registro epigráfico del período Clásico maya y en el período Colonial. Se dan ejemplos de los cambios en la manera de usar nombres o apellidos en la actualidad y del impacto que estos cambios han tenido dentro de la cultura maya. Con esta información se busca proponer una metodología con el fin de investigar el significado original de los nombres y apellidos mayas y de conocer más profundamente la razón de sus cambios. También se busca dar a conocer la importancia que tienen los nombres y apellidos mayas para la identidad peninsular en particular[1].

La importancia de los nombres personales

El nombre propio tiene un estatus, puede representar la reputación de su poseedor y de la misma manera, el nombre puede llegar a ser degradado. Los nombres personales son tan importantes que en algunas sociedades se les vincula con poderes mágicos o con complejas historias, supersticiones y tabús[2]. En un grupo social o cultural, el nombre personal puede servir para indicar el rango de una persona en relación con los demás y, al mismo tiempo, la información vinculada con un nombre puede indicar género, edad, u origen étnico o regional[3]. Cuando un nombre se vincula con el pasado, puede llegar a tener un simbolismo muy poderoso, por lo que poseer un nombre puede verse como un privilegio.

Un ejemplo muy relevante del uso de los nombres en el área maya lo encontramos con Jacinto de los Santos Uc, quién hacia 1761 se proclamó rey venido del oriente, con el título Rey Canek Chan Montezuma, afirmando que ya era tiempo de acabar con el dominio español. Este personaje formó su nombre y título con palabras pertenecientes a distintas épocas y lugares: Rey, título europeo; Canek, nombre del dirigente del último señorío maya (Tah Itzá), casi 100 años antes; y Montezuma (Motecuhzoma), nombre de uno de los últimos dirigentes mexicas, muerto más de 200 años antes. Este ejemplo también es un reflejo de la visión del tiempo cíclico y profético maya usado como recurso de legitimación, ya que Canek usó aquellos nombres ligados a las autoridades del pasado para justificar sus acciones[4].

Dada la importancia del nombre personal a través de la historia, no es de sorprender que muchas de las claves para el desciframiento de escrituras antiguas como la egipcia, se hayan obtenido gracias a la ubicación y posterior lectura de los nombres y títulos de las personas[5]. El caso del desciframiento de la escritura jeroglífica maya no fue la excepción, ya que cuando aún no podía leerse fonéticamente, estudiosos como Beyer (1937) se dedicaban a ubicar los glifos recurrentes (conjuntos de signos que se repetían en distintos monumentos), que hoy en día se conocen como cláusulas nominales y que pueden contener nombres y títulos de gobernantes[6]. Uno de los primeros nombres personales en ser ubicado y descifrado, gracias en buena medida a los trabajos enfocados en el fonetismo (como los de Knorozov, 1956), fue el de <Kak u pacal> de Chichén Itzá, Yucatán[7]. La lectura fue dada a conocer en los años sesenta por David Kelley, quién hizo notar que este nombre se menciona en fuentes coloniales para designar a un capitán Itzá[8].

El nombre maya durante el período prehispánico

Gracias a los miles de registros con escritura jeroglífica existentes, es en el área maya donde se ha realizado un estudio más profundo sobre el nombre personal y los nombres de entidades sobrenaturales y lugares[9]. Muchos de estos trabajos no se enfocan únicamente en los nombres mayas, ni tratan de profundizar en sus significados, sino que los abordan como parte de las temáticas históricas, de relaciones entre individuos y entidades políticas, o bien haciendo uso de conceptos como la etnicidad, el racismo y la estratificación social.  

En el período Clásico han sido identificados nombres de gobernantes hombres y mujeres, de artistas o escribas, escultores, vasallos, nombres de entidades sobrenaturales como los dioses y los wahy y también nombres de lugar[10]. Una de las claves para la identificación de un nombre es la ubicación de la frase nominal, definida como:

“…cualquier parte de la oración que refiere y/o identifica seres humanos o sobrenaturales como sujetos, agentes, pacientes o beneficiarios de acciones verbales, o como poseedores de objetos u otros seres […] incluye nombres personales, así como matronímicos, patronímicos, epítetos y títulos como rango/oficio, actividad y títulos de origen”[11].

Por ejemplo, la frase nominal de un soberano de Dzibilchaltún es Kalomte’ Uk’uw Chan Chahk…?…ti’ Jo’ Ajaw…?…Bahkab [12], en donde Kalomte’, Ajaw y Bahkab funcionan como títulos, Uk’uw Chan Chahk es el nombre propio del soberano y Jo’ es el nombre del señorío o ciudad al que pertenece. Cualquier parte de esta frase pudo sobrevivir hasta llegar a usarse como apellido hoy en día (el caso de Bacab), o nombre de ciudad, (el caso de Jo’, que es como los mayahablantes designan hoy en día a la ciudad de Mérida[13]), aun cuando el significado haya cambiado o sea desconocido.

Algunos soberanos clásicos cambiaban de nombre al momento de entronizarse, y, por lo tanto, no se conoce su nombre infantil o juvenil[14]. Ningún nombre de soberano podía consistir en una sola palabra, ya que los nombres se formaban con base en sustantivos que refieren a deidades, animales, objetos o roles sociales, los cuales se combinan con otros sustantivos o frases verbales[15]. Los nombres pueden incluir un sujeto y un predicado verbal o no verbal. Por ejemplo, en la primera posición aparecen deidades como K’inich (deidad solar), K’awil (deidad del trueno), Chahk (deidad de la lluvia), animales como Bahlam (jaguar), Mo’ (guacamaya) y K’uk’ (quetzal), roles sociales como el Ajaw (señor, gobernante) y objetos como Tok’ (pedernal) y Ek’ (estrella)[16].

Los nombres personales del Clásico también se pueden clasificar en los que no tienen predicado verbal (word-names) y los que sí lo tienen (sentence-names). Los primeros pueden incluir sustantivos y adjetivos en construcciones posesivas. Un ejemplo de construcción posesiva se observa con el nombre K’ahk’ u Jol K’inich ‘Fuego es la cabeza de K’inich’. Dado que el sustantivo K’inich está vinculado a las palabras que le preceden, este nombre enfatiza la identificación del soberano con un aspecto o con una parte del cuerpo de la deidad solar K’inich (en este caso, Jol su ‘cabeza’)[17]. En la segunda clasificación de nombres se incluyen construcciones verbales pasivas, afectivas o antipasivas. Un ejemplo de construcción verbal antipasiva lo tenemos con Jasaw Chan K’awil, siendo el verbo de la frase Jas ‘despejar, clarear’, y el sujeto de la acción la deidad Chan K’awil. Este tipo de apelativos indican que el soberano se proclamaba realizando la acción de despejar o clarear (Jas) siendo él mismo el aspecto vivo de esta deidad celeste (K’awil)[18]. Este nombre se puede traducir como ‘K’awil celestial despeja’ y además refleja un patrón de verbo-sujeto (VS), común en las lenguas mayas actuales[19].

De la misma manera, es posible que algunos nombres personales refieran a deidades relacionadas con la mitología, como el caso de Te’ K’ab Chahk, nombre de un soberano de Caracol al parecer inspirado en un aspecto de la deidad de la lluvia Chahk que posee un brazo (K’ab) de madera (Te’) y que aparece en la cerámica del Clásico[20].

Los nombres de las entidades sobrenaturales son más sencillos, y pueden constituirse de una sola palabra, como en el caso de Ahkan, deidad de la intoxicación, Chahk, deidad de la lluvia, K’inich, deidad solar o K’awil, deidad del trueno y de la realeza. Algunos nombres jeroglíficos han sobrevivido hasta la actualidad y son de uso común en la península de Yucatán, como el caso de Kisin ‘pedorro’, nombre de un ser sobrenatural que aparece en el Códice Madrid del Posclásico[21]. También sobresalen las entidades wahy, que suelen combinar nombres de animales y son clasificados según su color, materia, lugar, por semejanzas con otros animales, por sus acciones, sus partes del cuerpo, su temperamento, por las enfermedades que producen, o por condiciones y funciones [22]. Como ejemplo, están Nupul Bahlam ‘Jaguar enemigo’ y K’in K’ewel Bolay ‘Jaguar…sol’ [23]. Otros ejemplos son K’ahk’ Ohl Chamiy, que puede traducirse como ‘Muerte de corazón ígneo’ o ‘Muerte iracunda’ y Tahn Bihil Chamiy, ‘Muerte de medio camino’[24].

Por otra parte, los nombres mayas de lugar se identifican cuando aparecen como locaciones u objetos de alguna acción o cuando aparecen incorporados en las frases nominales de los personajes. Se pueden clasificar en aquellos de términos básicos, que describen características del paisaje y aquellos de términos derivados, que se marcan por medio de preposiciones o sufijos locativos[25]. Hay ejemplos como Pa’ Chan, “Cielo hendido”, que ocurre en el glifo emblema de la ciudad de Yaxchilán (Chiapas) y parece referir de manera metafórica a un cielo abierto, por el cual podían descender hacia la tierra criaturas sobrenaturales[26]. También hay sitios que incluyen nombres de animales, como Ek’ Bahlam ‘Jaguar estrella’ en el oriente de Yucatán y Ahkan Kehj ‘Venado Ahkan’ (que combina el nombre de un animal y de un dios), y otros como Mo’ Witz ‘Montaña guacamaya’, locación mencionada en Copán, Honduras [27].

El nombre maya en la transición de la época prehispánica a la época colonial

Entre varios grupos mesoamericanos como los Nahuas, Zapotecos o Mixtecos era común encontrar nombres calendáricos tanto en la época Prehispánica como en la Colonial[28]. Sin embargo, entre los mayas clásicos los nombres calendáricos fueron escasos (en el período Colonial igualmente son poco comunes), aunque entre los K’iche’ y Kaqchikel de tierras altas (posclásicos) si fueron más usuales[29].

Para el estudio de los nombres mayas peninsulares, se encuentran trabajos como el de Roys (1940) que clasifican los nombres en patronímicos, nombres naal y nombres de muchachos, basándose principalmente en lo documentado por Diego de Landa: que los antiguos mayas peninsulares pasaban el nombre a los hijos, y no a las hijas; que no se casaban con los del mismo nombre; y que usaban el nombre del padre como propio y el de la madre como apelativo. De este modo, Nachanchel era quién cuya madre (Na’) era Chan y cuyo padre era Chel[30]. También tenían un nombre de nacimiento, Paal kaba (nombre joven), y un sobrenombre, Coco Kaba (apodo). La gran mayoría de los nombres tienen que ver con los animales y las plantas, en ocasiones usando los prefijos Ah (masculino) e Ix (femenino)[31].

Como ejemplos de patronímicos tenemos Cupul (de kup ‘jícama’) y May ‘venado, pezuña, polvo fino’. Como ejemplos de nombre naal están Nachan Dzul (chan ‘serpiente’ o ‘cielo’), a quien también se le nombra como Ah Ceh Dzul, y Napuc Dzib, cuyo nombre de muchacho era Ah Xoc Dzib (xok, ‘tiburón’ o tal vez ‘leer o contar’). Como nombres de muchachos está Ah Chuen Kauil (de chuwen ‘artesano’ y K’awil ‘nombre de deidad’) y Ah Tok Canul (tok’, ‘navaja de pedernal’ y kanul ‘protector’). En estos dos casos, si Ah Chuen es ‘artesano’ y AhTok es ‘sangrador’, de aquí se puede inducir que varios nombres tienen que ver con oficios específicos. Se observa un poco de la influencia de la lengua nahuatl, como en el apellido Cetzal, probable forma maya de Quetzal[32].

En la región mopán, una lista de aproximadamente 92 nombres personales recopilados hacia 1653 revelan el uso de un nombre cristiano y un apellido maya o indígena (el nombre maya era cercenado, poniendo primero un nombre castellano, dejando únicamente una palabra maya como apellido), aunque también incluye treinta nombres que son solamente indígenas, de los llamados “indios del monte”. Del total, quince nombres son calendáricos, sin coeficiente y otros quince son iguales a los recopilados por Roys (1940) para la península de Yucatán[33]. Es probable que la semejanza con nombres peninsulares refleje movimientos por cuestiones políticas hacia el sur del área maya y también un origen común, dado que el mopán y el yucateco son lenguas emparentadas. Son comunes apellidos como Caan, Chacxib, Mux, Peche o Tutz. Los nombres de los llamados “indios del monte” (aproximadamente 30) son completamente mayas, usando los prefijos Ah (masculino) e Ix (femenino). En este grupo es donde hay nombres calendáricos, los cuales usualmente van después del prefijo y antes de otra palabra, no calendárica, como con Ix Muluc Mukul, Ix Men Kante, e Ix Etznab Cauih (los nombres de los días son Muluc, Men y Etznab)[34].

Por otra parte, los nombres chontales, algunos recopilados hacia 1569, muestran que los chontales ya usaban nombres cristianos junto con un apellido indígena, pero usando también los prefijos masculinos ah, pa, pax, pap y los femeninos ix y na. Entre los chontales también aparecen nombres calendáricos nahuas o mayas, pocos nombres calendáricos aparecen con coeficiente y el título Ahaw se puede ubicar antes o después del nombre[35]. Algunos ejemplos de nombres masculinos son Ah Chamal (ah, prefijo masculino y chamal “pipa o puro de tabaco”), Chacbalam (“jaguar rojo” o “puma”). Los nombres femeninos parecen tener mayor influencia de la lengua nahuatl y hacen mayo uso del prefijo Ix, como con Ix Natzin (con el prefijo femenino maya Ix, pero con el sufijo reverencial nahuatl –tzin) con el significado de ‘madre reverenda’ y formas como Ix Na Lamat, que tiene el nombre del día calendárico Lamat [36].

En el caso de los choles lacandones, sus nombres se conformaban con un nombre individual y patronímicos, siguiendo un patrón parecido a los nombres chontales. Llevaban los prefijos masculinos ah, pa, pax, y con el significado de “padre”, pap; los nombres femeninos llevaban los prefijos ix y na’. También se ha detectado el uso de nombres calendáricos, con su coeficiente, como Chan Ix (4 Hix), Chan Tox (4 Tox), y Ox Bin (3 Bin), entre otros[37]. En ocasiones, la familia tenía un nombre animal, transmitido de padre a hijo, pero también cada persona podía tener un nombre animal. En las listas de nombres de los años 1696, 1691 y hacia 1712, se da constancia de que algunos indígenas tenían “nombre cristiano” y apellido indígena, sin embargo, hay casos en los usaban nombre y apellido de origen español[38]. El uso de esta clase de “apellidos” indicaría la pertenencia a un grupo más grande que la familia. Algunos de los nombres más usados son Bub, Tuhnol, Cauil Chacchan y Tzunun, entre otros. Si bien son pocos, hay nombres relacionados con otras lenguas mayas, con días calendáricos mayas y nahuas (los nahuas ocupan de un 35% a un 45% de estos nombres), y también hay cierta semejanza con los nombres peninsulares, por ejemplo, con el uso de los prefijos Ah e Ix[39].

En las tierras altas mayas, los nombres de los k’iche’ y kaqchikel se pueden clasificar en nombres que se heredan, nombres usados por un solo individuo, nombres para las posiciones políticas y nombres que tienen apelativos calendáricos.

XXXXXXXXXXXXX CONTINUARÁ XXXXXXXXXXXXX

Signos de la escritura jeroglífica maya clásica relacionados con los nombres y apellidos mayas del pasado y del presente. 1 logograma Ajaw señor, gobernante, 2 Chahk deidad de la lluvia, 3 Hix jaguar sobrenatural, 4 Ik’ aire, viento, aliento, 5 K’awil deidad del trueno, 6 K’uk’ quetzal, 7 Mo‘ guacamaya’, 8 Tok’ pedernal. Formas estándar, ©️ William Mex.

[1] Este es un breve ensayo que escribí cuando era estudiante de arqueología y puede considerarse como un trabajo incompleto y un poco desactualizado.

La metodología usada para la elaboración de este trabajo tomó en cuenta: 1.-La revisión de los estudios de índole epigráfica que hablan sobre los nombres de persona, de seres sobrenaturales y de lugares, así como la ubicación de palabras que hoy en día se usan como apellidos y que sabemos que aparecen de alguna manera en la escritura jeroglífica maya. 2.-La ubicación de algunos apellidos mayas, cuando aparecen como palabras, títulos o nombres de persona en estudios académicos, así como en Relaciones de la época del contacto y en textos como los libros Chilam Balam. 3.-La revisión de estudios actuales que se enfocan en algunas de las causas y consecuencias de los cambios en el uso de nombres y apellidos y la repercusión que estos han tenido, principalmente en la península de Yucatán.

La temporalidad usada es la siguiente: período Clásico (250 d.e.c. a 900 d.e.c.), período Posclásico (900 d.e.c. al 1521 d.e.c.), período Colonial, de 1521 a 1821 d.e.c. La zona maya (que se divide en tierras bajas y tierras altas), comprende los actuales estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas, el estado independiente de Belice, la nación de Guatemala, así como parte de El Salvador y de Honduras. Esta zona está dentro del área reconocida como Mesoamérica.

La familia de idiomas mayas se clasifica en: rama Huastecana, rama Yucatecana, rama Occidental que incluye lenguas Cholanas, rama Tzeltalana, rama Kanjobalana, y la rama oriental, que la forman el grupo Mameano y el grupo Quicheano. De manera detallada, la rama Huastecana comprende: Huasteco y el extinto Chicomucelteco, 2-Yucateca: idioma yucateco o peninsular, Lacandón, Mopán e Itzá. 3.-Cholana: Chol, Chontal, Chortí y los extintos Choltí y Acalán. 4.-Tzeltalana: Tzozil y Tzeltal. 5.-Kanjobalana: Chuj, Tojolabal, Jacalteco, Acateco, Tuzanteco y Motozintleco. 6.-Mameana: Mam, Teco, Ixil y Aguateco. 7.-Kicheana: Kekchí, Uspanteco, Pocomam, Pokomchí, Quiché, Cakchiquel, Tzutuhil, Sacapulteco y Sipacapa.

El sistema de escritura maya jeroglífico utiliza logogramas para representar palabras CVC o CVCVC y fonogramas para representar sonidos CV (C= consonante, V= vocal). La escritura tuvo su mayor auge durante el período Clásico y fue plasmado diversos objetos.

La lengua reflejada en las inscripciones (lengua franca o de prestigio) se define como maya Clásico y pertenece al grupo Ch’olano. Ha sido propuesta una diferenciación entre las ramas occidental (relacionadas con el chontal y chol) y oriental (relacionado con el choltí colonial y chortí actual). Igualmente han sido identificadas evidencias de bilingüismo, además de formas pasivas, incoativas, de sufijos y de la sintaxis nominal de la familia Yucatecana y rasgos semejantes para el grupo Tzeltalano y para el grupo Kicheano mayor.

[2] (Ullmann 1976:81 y 82)

[3] (Restall 1997:41)

[4] (Farris 1985:57 y 58)

[5] (Coe 1995:44-48)

[6] (Coe 1995:155 y 190)

[7] Este nombre hoy en día se puede leer en su forma completa, y con ortografía jeroglífica moderna como K’ahk’ u Pakal K’awil, ‘Fuego es el escudo de K’awil’.

[8] (Coe 1995:173). Hasta el día de hoy, la escritura jeroglífica maya se estudia tomando en cuenta el método estructural, expuesto por Berlin y Proskouriakoff, y el método fonético, expuesto por Knorozov. Más tarde, trabajos como los de Heinrich Berlin (1958 y 1959) y Tatiana Proskouriakoff (1960) enfocados en la ubicación estructural de los nombres de persona y de lugar, fueron los que dieron las claves para el estudio del contenido histórico de las inscripciones jeroglíficas mayas (Coe 1995:192) (Kelley 1976:213)

[9] Los estudios que han tomado en cuenta principalmente datos prehispánicos son los de Barba (1992), Colas (2003 y 2004), Davoust (2001), Eberl y Graña-Behrens (2004), García, J.M. (1995), García, A. (2008), García et.al. (2005), Grube (2001 y 2002), Grube y Nahm (1994), Ishihara (2009), Sheseña (2010), Stuart y Houston (1994), Taube (1992), Tokovinine (2007), Wichmann (2004), y Zender y Guenter (2003). Destacan también los trabajos de Lacadena (2000 y 2016) enfocados en la sintaxis nominal y en el significado y uso de algunos títulos personales en el Clásico y el período Colonial y el enfoque global de Zender (2014), que toma en cuenta datos de los mayas, aztecas y nativos del sur de Estados Unidos. Siempre con respecto a los nombres mayas, los trabajos que se apoyan principalmente en datos coloniales son los de Becerra (1985), Benítez (2000), Brito (1981:117-199), Campbell (1988:373-386), Carrasco (1964), Castañeda (2002), De Guzmán (2001), De Vos (1993:261-288), Feldman (1983), Güémez (2011:367-406), Love (2011), Pacheco (1959), Rejón (1988), Restall (1997:41-50), Roche (1987), Roys (1940), Ruiz (1982), Scholes y Roys (1996:450-460) y Scholes y Thompson (1977). Si bien no se enfoca en los nombres propios, el trabajo de Barrera y Rendón (1948) también proporciona traducciones de nombres que aparecen en los libros Chilam Balam, algunos de los cuales han sido recopilados por Echeverría (1967) y en un trabajo aparte, traducidos al inglés por Kelley (1976:103-105). En menor medida, algunos de los trabajos que abordan la temática del nombre o apellido maya apoyándose en datos actuales son los de Guzmán (2013), Iturriaga (2011), Quintal (2001:158, 2005:298), Sánchez (2012), Vázquez (2012) y el estudio de Mateos (2010) acerca de los apellidos en México.

[10] (Colas 2004, Davoust 2001, Ishihara 2009, Sheseña 2010 y Tokovinine 2013)

[11] (Lacadena 2000:116). La traducción del inglés es mía. Una frase nominal puede o no incluir alguna de estas partes.

[12](Maldonado et.al. 2002:8). Los puntos suspensivos indican partes del texto cuya lectura no se ha identificado. La ortografía del texto original se ha adaptado a la ortografía de este trabajo.

[13] Bahkab y Jo’ con la ortografía del maya Clásico, Bacab y Ho’ con la ortografía actual. El apellido Ho’il (‘el de Ho’ /Mérida’) también de allí viene.

[14] (Grube 2002) (Eberl y Graña-Behrens 2004).

[15] (Grube 2002:326-327).

[16] (Colas 2004:90 y 91) (Grube 2002:336-342).

[17] (Colas 2003:278-279) (Colas 2004:88).

[18] Chan K’awil se puede traducir como ‘K’awil celeste’ o ‘K’awil del cielo’. Aunque el nombre también se puede interpretar como ‘K’awil que despeja el cielo’.

[19] (Colas 2004:88-91).

[20] (García et al. 2005:636-638).

[21] (Zender y Guenter 2003:96).

[22] (Sheseña 2010:23-28).Wahy en maya Clásico, wáay en maya peninsular actual.

[23] Aunque normalmente se traduce Nupul como ‘compañero’, aquí se prefiere la traducción como ‘enemigo’, basado en entradas del maya yucateco colonial.

[24] (Sheseña 2010:17, 19 y 27). Chamiy es el equivalente cholano Clásico al Kimiy yucateco.

[25] (Tokovinine 2013:7 y 8).

[26] (Helmke 2012:100-107).

[27] (Graña-Behrens 2006:114) (Lacadena 2003:98) (Tokovinine 2013:64). Nombres aquí representados con la ortografía del maya jeroglífico. Ek Balam en la ortografía colonial, Ek’ Báalam con ortografía moderna y Acanceh en ortografía colonial, Áakan Kéej con ortografía moderna.

[28] Los nombres calendáricos son los que incluían el nombre de un día del calendario, por ejemplo “4 Ajaw”.

[29] (Pharo 2012:184 y 185) (Scholes y Thompson 1977:66)

[30] (Landa 2007:70).

[31] (Davoust 2001:86) (Roys 1940).

[32] (Roys 1940). Las traducciones de palabras son las que Ralph Roys ofrece.

[33] (Davoust 2001:86-87).

[34] (Scholes y Thompson 1977:64-67).

[35] (Davoust 2001:87).

[36] (Scholes y Roys 1996:450-458). Las traducciones son las que dan Scholes y Roys.

[37] (Davoust 2001:88). Los nombres de los días en este caso son Hix, Tox y Bin.

[38] (Hellmuth 1972:192 y 214).

[39] (De Vos 1993:262) (Feldman 1983:43)

contacto

Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

El cacao y el chocolate entre los mayas yucatecos del siglo 16

por William H. Mex

Introducción

Este breve texto hace una revisión de los términos lingüísticos relacionados con el cacao y el chocolate, tal y como aparecen en dos fuentes del maya yucateco (peninsular) de los siglos dieciséis y diecisiete: el Calepino Maya de Motul y el Bocabulario Maya Than.

El análisis se enfoca en unas pocas fuentes coloniales, enfatizando aspectos vinculados con los nombres, las bebidas y alimentos, los oficios y otros aspectos económicos vinculados con estos dos productos. Se han dejado de lado varios aspectos, principalmente para no hacer demasiado largo el texto.

Menciones generales sobre el cacao en la región

Varios escritos mencionan que el grano de cacao servía como un tipo de “dinero” o “moneda” entre los antiguos mesoamericanos. En el siglo dieciséis, Antonio de Ciudad Real ya enfatizaba que el cacao servía “de moneda menuda en toda la Nueva España, como en Castilla la de cobre; cómpranse con el cacao todas las cosas que con el dinero se comprarían”[1]. La Relación de la provincia de Tabasco recalcaba que el cacao era considerado como “la mayor riqueza de esta tierra” y la Relación de la Villa de Santa María de la Victoria (Tabasco) especificaba también que el tributo cobrado por Motecuzoma era específicamente de cacao[2].

La Relación de las cosas de Yucatán menciona que en la región peninsular hacían “del maíz y cacao molido una manera de espuma muy sabrosa con que celebran sus fiestas” y que los mayas sacaban del cacao una grasa parecida a la mantequilla, la cual, mezclada con el maíz, servía para elaborar otra bebida “sabrosa y estimada”[3].

El análisis de los vocablos y dicciones de la época relacionados con el cacao y el chocolate ayudará a profundizar en aspectos interesantes de la lengua maya.

Los nombres del cacao y del chocolate

El primer tema que nos interesa tiene que ver con un grupo de términos para designar a los tipos de cacao, sus partes y al chocolate. El término registrado para ‘chocolate’ es chacau haa (con ortografía actual, chakaw ja’), literalmente ‘agua caliente’ o bien, ‘bebida caliente’[4]. Por su parte, la voz para ‘cacao’ aunque fue registrada así en fuentes hispanas, en fuentes mayas era común que se registrase como cacau (con ortografía actual, kakaw).

Una ‘especie de cacao’ que se registró es el balam te, mismo término que aparece en otras lenguas mayas, como el tzendal colonial, para designar al patastle o pataxte (Theobroma bicolor)[5]. Otro tipo de cacao era el ‘cacao negro’ designado como ek tzuyen cacau, cuya cáscara al parecer era especialmente dura. Un tercer término -menos común- para el ‘cacao muy sazonado en el árbol’ era cocox[6]. También es necesario aclarar que algunas fuentes se refieren al cacao como una bebida o alimento “frío” y al chocolate como una bebida “caliente”, aunque en Mesoamérica estas designaciones no se relacionan necesariamente con la temperatura de los alimentos.

A la mazorca de cacao se le designaba como u boxel cacau, siendo boxel la ‘cáscara, corteza, vaina’ de las cosas, mientras que la mazorca muy pequeña era el ppiz te[7]. Otras fuentes registran pach cacao y u kab cacao tuliz también como ‘mazorca de cacao’, términos que se pueden entender como ‘(la) carga (del árbol) del cacao’ y ‘(el) brazo completo del cacao’, respectivamente[8]. El ‘corazón del grano del cacao’ era u puczikal ixim, voz que también designaba al “corazón” del grano de maíz y de la almendra[9]. Es interesante que la voz ixim, cuyos equivalentes en lenguas mayas usualmente significan ‘maíz en grano’ o ‘semilla de maíz’, aquí refiera al cacao. Esto podría indicar que, en ciertos contextos o épocas, el ixim no era únicamente el grano de maíz, sino que hacía referencia a las semillas valiosas.

El lugar ideal para la siembra del cacao era donde hubiera mucha humedad y poco sol.  Así lo revela la palabra chheen, la cual además de designar al ‘pozo o cisterna’ y a la ‘cueva de agua’ también era la ‘hoya de cacao’. Otra entrada registra también chheen tun como ‘cueva, hoya de cacao’ y como ‘cueva de agua en peña viva, muy honda’[10]. Otro lugar donde se plantaba el cacao era el kal ax ‘hoya sin agua en que plantan cacao’, especificando en este caso que ‘aunque por los lados haya agua, si en medio hay tierra en que plantarlos, se dice kal ax’[11]. Este término probablemente se conforme de las voces kal ‘recinto’ y ax, voz que designa a algo parecido a una vejiga o ampolla.

Las bebidas, los alimentos y su preparación  

Tenemos información de la preparación de diversas bebidas con cacao y de los aditivos que llevaban. Una de las bebidas más conocidas es el zaca, que se describía como:

“atol, en lengua mexicana, hecho de agua y maíz, y bébese frío (sin cocer ni calentar) ya entrado el día; es bebida fresca y sustenta. Algunas veces mezclan cacao en ella”[12].

Otra fuente registra la misma bebida como una ‘bebida ordinaria de los indios, de maíz cocido, agua y cacao’[13].  El término literalmente significa ‘bebida blanca/clara’, designación que hace referencia a su color. Un nombre de bebida bastante raro es tzune, que designaba a una ‘bebida echa de cacao, maíz y pepitas de zapotes’[14]. Tanto el origen como la etimología de esta palabra son desconocidos y al parecer, en toda la región maya, solamente una fuente yucateca la registró.  

Otra bebida, registrada como aquella ‘de los dioses, que ofrecían los antiguos’ o con la que ‘hacían la bebida a los ídolos’ era chhuyul ha o chhuyul a, literalmente ‘bebida colgante’[15]. Es probable que este tipo de ofrendas consistiera en chocolate o incluyera cacao, ya que otra fuente específica que u chhuyubil luch específicamente era el “colgadero” en que traían o llevaban las ‘jícaras de chocolate’[16].  

También se registraron algunos de los complementos que se agregaban a las bebidas, tales como el mahaz, que se describe como ‘cierto árbol de flores olorosas que echan en el chocolate, y las tales flores’. Otro aditamento (también una flor) se registró como xuchit, y se tradujo como ‘orejuelas para chocolate’. Esta palabra tiene su origen en la voz nahuatl xochitl y se sabe que dicha orejuela es una planta silvestre cuya flor se usaba como especia para dar sabor fuerte al chocolate, a modo de pimienta[17]. Por otra parte, las vainillas olorosas que se echaban en el chocolate eran conocidas como ziiz bic[18].

Además de las bebidas, también se preparaban unos ‘panecillos de masa para hacer chocolate’ mencionados como u taa chacau haa, dicción que literalmente significa ‘la excrecencia del chocolate’, aunque otra fuente registra patbil chacau haa como ‘chocolate en panecillos’ [19].

Un grupo de entradas nos revela parte del proceso de preparación y servicio de estos dos productos. Se hace énfasis en las acciones de tostar, moler y algunas instrucciones para la elaboración del chocolate.

Por ejemplo, ‘tostar, entre la ceniza o rescoldo, maíz en grano o en mazorcas, o cacao’ era chucul tan, mientras que ‘tostar en seco en sartén, caldera o comal’ los granos era kel. Para que hiciera mucha espuma el cacao en el chocolate, se decía que se tenía que tostar muy bien, el término usado en este caso era takan kel, en tanto que la espuma del cacao era yom cacau[20]. Para ‘moler’ cosas como la ‘sal, el maíz o cacao’ el verbo usado era huchh y la muela para moler el chocolate era u caail chacau haa. Si el producto no se molía bien, quedaba en el fondo del recipiente u xixil chacau haa, es decir, los residuos del chocolate[21].

La preparación del chocolate se podía hacer ‘chorreando de una jícara en otra’, lo cual se decía thoh chacau haa, siendo thoh ‘echar a chorro agua, miel, vino o otro licor’[22]. Seguramente este tipo de procedimientos y los aditivos mencionados, además de cambiar la consistencia de la bebida y de hacerla más sabrosa, también tenían algún componente simbólico.

Nombres, títulos y oficios relacionados con el cacao

Son pocos los oficios relacionados específicamente con el cacao. Como ah chheen cab, ah chheen nal o ah pakal te se le designaba al que era ‘señor de hoya de cacau’[23]. Col bet cacao era la acción de ‘hazer milpa alquilado por cacao’, zac bet cacau era ‘alquilarse a tejer a trueque de cacao’ y pidz bet cacao era ‘alquilarse a desmotar, a trueque de cacao’, aunque las tres acciones se podían hacer también a cambio de maíz [24].  

Entre los oficios de las mujeres encontramos que ix mol era la ‘muñidora’, es decir, designaba a la persona que concertaba o reunía a otras mujeres cuando tejían o hilaban entre muchas la obra de una. Además, esta persona recogía cacao de cada una, para que bebiesen entre todas. Por otra parte, ix haa era la ‘chocolatera que hace chocolate’, o literalmente la ‘señora de la bebida’[25].

El cacao como moneda, tributo y símbolo de estatus

Varias dicciones nos permiten acercarnos a los contextos relacionados con la economía y el valor del cacao.

El cacao formaba parte de algunos de los presentes que se enviaban a futuros familiares, a veces para arreglar una boda. Así, el mek se registró como el ‘presente que envía el suegro a su consuegro, padre de su yerno’, y se dice que solía ser de cacao. El coyol era la prenda o señal que se daba, como “arras de casamiento” y el muhuul era el presente que enviaba el padre del varón que se casaba. Otro tipo de arras era designado como xim o ximila, voces que se traducen como el ‘presente o don de cacao, dineros o cuzcas y hacerlos’[26]. Es interesante que se especifique que no todos los presentes de casamiento incluían cacao y sería interesante indagar más en las características de cada uno.

También se mencionan varios tipos de bolsas, al parecer de distinto tamaño y función, para el cacao y el dinero. Una de ellas era u chimil cacao y otra era nombrada ton. Al parecer eran los tipos de bolsa más pequeñas, dado que chim es la voz usada para ‘buche de ave’ y ‘bolsa de los testículos’, mientras que ton refería al ‘miembro viril’. El tem o hotem era otro tipo de bolsa o taleguilla (al parecer la segunda en tamaño) y se especifica que en ella llevaban ‘cacao para gastar’ aquellos que eran mercaderes[27].

A la contribución de cacao se le nombraba como ppixlim cib, y consistía en cera con un valor de veinte cacaos, esta servía para candelas de la iglesia o para subsidiar otras cosas[28]. La mención de veinte cacaos es interesante porque algunas fuentes mesoamericanas remarcan que ese era el equivalente a un día de labor, mientras que otros registros explican que algo ‘menudo’ o de escaso valor, era lo que valía menos de veinte cacaos. Sería interesante profundizar en esta cuestión y también en el simbolismo del número veinte en relación con el cacao.

Observaciones finales

En este breve análisis se ha visto que las diferentes etapas del cacao y sus partes se designaron con diferentes palabras. El vocabulario analizado nos revela cuales eran los espacios ideales para el crecimiento de la planta de cacao y las designaciones de algunas de las bebidas y su preparación. Cuando se analizan con más detalle, salen a la luz los tipos de aditamentos que se usaban y los procesos llevados a cabo para hacer el chocolate.

Era común que ciertos verbos vinculados con la preparación del cacao fuesen los mismos que se usaban para designar la preparación de otros alimentos. Son pocos los oficios relacionados de manera explícita con el cacao, pese a su importancia económica. También es evidente que servía para arreglar matrimonios. Aún hay varios aspectos del cacao y del chocolate en los que se puede profundizar más y seguramente muchas de las cosas aquí mencionadas tienen su equivalente en otras lenguas mayas y/o mesoamericanas[29].

Sección de la p.95 del Códice Madrid, donde se menciona al kakaw en el contexto de ofrenda de sangre (tomado de Vail 2013).

____________________________________________

Anexo. Frases, oraciones y dicciones relacionadas con el cacao y el chocolate  

Nota. En esta parte las dicciones mayas han sido puestas en negritas, no en cursivas y sus traducciones no se colocaron entre comillas simples. Los corchetes indican la reconstrucción de una letra, palabra o traducción no registrada en el manuscrito original. Se ha usado la misma bibliografía citada, pero sin hacer corrección alguna del maya o del español.

Chhehaan in cacao .l. chheha[a]n en ti cacao cacao no tengo ni ay [en] mi poder . [Y, assí,] en qualquier [otra] cosa.
Cenx a kel cacau? [¿qué es de tu cacao tostado?]
In lappah tanam, taakin, cacav tomé assí algodón, dinero, cacao
Bahunx v mek hachil ca ti bini? ¿quánto cacao, etc., embió el suegro a su consuegro?
In mucul chhac tah cacau [cogí cacao en secreto, cortándolo].
Bin v num ya te cacau, tanam, etc. Ganará cacao y algodón, trabajando por que se lo den
Bin v bote hun kal cacau tu ca[a] mocilob pagar[á]n veinte cacaos los vnos y los otros.
Xab.ah.ah trasponer el cacao o ortaliza
Xaabal [acento en la primera] ser traspuesto el cacao o hortaliza, y desparcirse y derramarse el ganado, o junta y congregacion.
Xim cuenta para cacaos.
Hun xim, ca[a] xim [vno o dos cacaos]
Hun xim son dos mazorcas, porque, por vn cacao, que es hun xim, dan dos mazorcas.
V hel v hel cacau, ta[a]kin, ixim, etc. con cacau se paga el cacau, y con dinero [el dinero], etc.
Ximte la derrama o escote o contribución de cacao, o de dineros, entre principales y no principales.
Ximte tex .1. ximte nenex cacau contribuid [con] cacao.
Toppol; toppancil Abrirse los capullos del algodón y cacao
Ixim; te : cacao, cuenta para ello
Hote; ho xim u tulul cuchi Valía cinco cacaos
Dzuy u boxel ek t[z]uyen cacau [dura es la cáscara del cacao negro]
Lahun yox kal cacau in nahalic cincuenta cacaos he ganado hoy
Hun xec naranjo; on; cacau un pie de naranjo, [de aguacate, de cacao]
chiichici chacau haa ca zizac dzedzeci menea así el chocolate [para que se enfríe un poquito]
xach: Desparçir; apartar vnos de otros como contando cacao
Té: [cuenta] para años, meses, dias, leguas, cacao, huevos, y calabazas


Notas

Sobre la ortografía: la ortografía colonial para la lengua maya presenta diferencias con respecto a la ortografía moderna. Las equivalencias son las siguientes: c = k; k = k’; chh = ch’; th = t’; z = s (ç) ; dz = ts’ / tz’; pp = p’; u = w (ante vocal); h = j (nunca es muda) y la x = sh del español (y en todos los alfabetos mayas). Los tonos, vocales rearticuladas y altos glotales no siempre se representan en el maya colonial

[1] García y Castillo 1976:1:182. Cabe mencionar que cacao a veces refiere a la mazorca o a la semilla y chocolate refiere a la bebida que incluye cacao.

[2] De la Garza y otros 1983:2:371 y 427.

[3] Rivera 1985:75.

[4] Acuña 2001:186. Haa o ja’ es la voz para ‘agua, bebida’ y chacau / chakaw es ‘caliente’.

[5] Acuña 2001:75; Ruz 1986:431. Balam significa ‘jaguar’.  

[6] Acuña 1993:297; Acuña 2001:115.

[7] Acuña 1993:161. Probablemente de aquí venga el nombre del pueblo yucateco ubicado en el oriente de Yucatán, escrito actualmente como Pisté. 

[8] Bolles 2018:323.

[9] Acuña 1993:204. Puczikal es la voz para ‘corazón’.  

[10] Acuña 2001:213.

[11] Acuña 2001:322.

[12] Acuña 2001:132.

[13] Acuña 1993:143. La voz zac/sak significa ‘blanco, puro’.  

[14] Acuña 1993:143. La palabra es bastante rara. Es posible que se haya querido registrar tzuyen, ya que ek tzuyen cacau era el ‘cacao negro’, aunque tzuy también significa ‘freir’. Por otra parte, en mopán tzun significa ‘remojar’ (ver Hofling 2011:433), por lo que otra posibilidad es que tzune refiera a una bebida en la que se ‘remojaba’ el cacao. Otra opción es que la palabra se relacione con el ch’ol tzun que significa ‘prender fuego’ (ver Hopkins et al 2011:243) y que designara a una bebida caliente de cacao. Una opción, más lejana, es que esté relacionada con la palabra para designar al árbol o fruto conocido como sonzapote, zunzapote o tzinzapote (de tzontzapotl, voz de origen nahuatl).    

[15] Acuña 1993:143 y 71.

[16] Acuña 2001:219. Chhuy (ch’uy) significa ‘colgar’.

[17] Acuña 2001:385. No es claro si mahaz es una palabra maya o es un préstamo temprano de alguna otra lengua; Acuña 1993:496.

[18] Acuña 1993:629.

[19] Acuña 2001:518 y 234. Taa es ‘excrecencia’ o ‘excremento’.  

[20] Acuña 2001:204 y 333, 618; Acuña 2001:528.

[21] Acuña 2001: 260 y 93; Acuña 1993:123.

[22] Acuña 2001:561.

[23] Acuña 2001:42 y 52. En este caso cab y nal designan a ‘lugar de’ la hoya para el cacao, ch’e’en y pak’al es ‘hortaliza’.

[24] Acuña 2001:118 y 132. Col es la palabra para ‘milpa’, mientras que zac es ‘tejer tela’ y pidz es ‘carmenar algodón’.

[25] Acuña 2001:312; Acuña 2011:43.

[26] Acuña 2001:404; Acuña 1993:114. Las arras se pueden definir como: “Prenda o señal entregada como garantía en algún contrato o concierto; En algunos ritos matrimoniales, monedas que los desposados se entregan como símbolo de su unión; Entrega de una parte del precio o consignación de una cantidad con la que se garantiza el cumplimiento de una obligación”. (DRAE 2021); Acuña 2001:538.

[27] Acuña 2001:540. También se menciona el nac pach, que era el ‘dinero o cacao que lleva uno en algún camino para lo que se le ofreciere o arco y flechas, por si acaso ay alguna caza; hostia y vino, por si acaso no lo hubiere en algún pueblo, para decir missa’ (Acuña 2001:421). Por otra parte, la voz tzoy designaba a ‘bienes y hazienda, como dinero, cacao, ropa y mercaderías’ (Acuña 2001:166).

[28] Acuña 2001:510. Ppix es una voz que designa a las cosas pequeñas y redondas.

[29] Por ejemplo, se tiene registro de una ‘representación de los indios’ llamada ah pakal cacau (Acuña 2001:52). Con ortografía actual es aj pak’al kakaw y parece referir a una deidad.

Bibliografía
Acuña, René (paleografía, comentarios y edición)
-1983 Thesaurus verboru[m]: vocabulario de la lengua cakchiquel v[el] guatemalteca: nuevamente hecho y recopilado con summo estudio, travajo y erudición. Thomás de Coto. México, UNAM.
-1993 Bocabulario de Maya Than, México, D.F., UNAM.
-2001 Calepino Maya de Motul. Plaza y Valdez, México.

Bolles, David (paleografía, edición y comentarios)
-2018 Vocabulario muy copioso en lengua española y maya de Yucatán, compuesto por Fr. Alonso de la Solana de la Orden de N.P.S. Francisco, Mérida 1580. FAMSI

García Quintana, Josefina, y, Víctor M. Castillo Farreras (editores)
-1976 Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España: Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva España, siendo comisario general de aquellas partes. Antonio de Ciudad Real (2 volúmenes). Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas.

Garza, Mercedes de la, Ana Luisa Izquierdo, Ma. Del Carmen León y Tolita Figueroa (editores)
-1983 Relaciones histórico-geográficas de la Gobernación de Yucatán (Mérida, Valladolid y Tabasco), 2 vols., UNAM, IIFL, México, D.F.

Hirth, Kenneth G.
-2016 The Aztec Economic World: Merchants and Markets in Ancient Mesoamerica. Cambridge University Press.

Hofling, Charles A.
-2011 Mopán Maya-Spanish-English Dictionary / Diccionario maya mopan-español-inglés. University of Utah Press, Salt Lake City.

Hopkins, Nicholas, J. Kathryn Josserand, y Ausencio Cruz Guzmán
-2011 A Historical Dictionary of Chol (Mayan): The Lexical Sources from 1789 to 1935, Tallahassee: Jaguar Tours.

Rivera Dorado, Miguel (edición y comentarios)
-1985 Relación de las cosas de Yucatán. Diego de Landa. Alianza Editorial, Madrid.

Vail, Gabrielle (estudio y descripción)
-2013 Códice de Madrid. Universidad Mesoamericana, Guatemala.

CONTACTO
Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Origen y significados del apellido Mex (Me’ex)

por William H. Mex

Introducción

El presente escrito tiene como objetivo indagar en los varios significados que la palabra Mex (me’ex) ha tenido en las distintas lenguas mayas a lo largo del tiempo[1]. Es bien conocido que esta palabra prehispánica es de origen maya y que hoy en día es usada como apellido. Además, se sabe que tiene los significados de ‘barba, bigote’ y ‘pelo’, pero una revisión de los diccionarios y textos coloniales y actuales de la región revelará mucho más acerca de su simbolismo y trascendencia[2].

Antecedentes del apellido[3]

En la península de Yucatán, poco más de 10,000 personas tienen la palabra de origen maya Mex como apellido: 7,615 en Yucatán, 2,211 en Quintana Roo y 916 en Campeche (de un aproximado de 13,282 personas que lo llevan en todo México) (Imagen 1 y 2). Este apellido ocupa el lugar 61 entre los más comunes de Yucatán y el lugar 34 entre los apellidos de origen maya más usados. En Quintana Roo ocupa el lugar 137 entre todos los apellidos y el 43 entre los de origen maya, mientras que en Campeche el apellido ocupa el lugar 179 entre todos los apellidos y el lugar 51 entre los mayas[4]. Los 10 municipios o ciudades en donde es más común el apellido son: Mérida, Benito Juárez, Hunucmá, Tinum, Campeche, Izamal, Umán, Kanasín, Dzitás y Yaxcabá (ver Imagen 1 y 2).

Imagen 1. Mapa con la distribución de personas con el apellido Mex en la península de Yucatán. Con rojo profundo se indican los lugares con mayor población con el apellido. Tomado de forebears.io.
Imagen 2. Lista con las 13 ciudades y municipios donde aparecen más personas con el apellido Mex, por incidencia, frecuencia y rango. Tomada de forebears.io.

Los antiguos mayas no usaban apellidos o nombres tal y como nosotros los usamos hoy en día. Es bien conocido que, tras la conquista de la región de Yucatán en el siglo dieciséis, los monjes franciscanos comenzaron a imponer nombres cristianos a los nativos de la región y que, en muchos casos, el patronímico prehispánico ocupó el lugar del apellido español. Por ejemplo, una persona que usaba de nombre completo Ah kukum Xiu fue bautizado como Francisco de Montejo Xiu. Los mayas retuvieron sus patronímicos en muchos casos, ya que éstos tenían un significado muy importante con respecto a su historia, organización y linaje[5].

Así, se menciona en la Relación de las cosas de Yucatán del siglo dieciséis, con respecto a los mayas de la región peninsular y sus linajes, lo siguiente:

“Que tienen mucha cuenta con saber el origen de sus linajes, especialmente si vienen de alguna casa de Mayapan y eso procuran saberlo de los sacerdotes, que es una de sus ciencias, y jáctanse mucho de los varones señalados que ha habido en sus linajes. Los nombres de los padres duran siempre en los hijos, en las hijas no. A sus hijos e hijas los llamaban siempre por el nombre del padre y de la madre […] Y por eso cuando vienen a parte no conocida (y se ven) necesitados acuden luego al nombre, y si hay alguien (que lo lleve), luego con toda caridad se reciben y tratan. Y así ninguna mujer u hombre se casaba con otro del mismo nombre porque era en ellos gran infamia”[6].

Es de notar que la estructura de los nombres o apelativos de los mayas prehispánicos era muy diferente a la estructura de los nombres europeos y que el concepto de apellido, tal y como lo conocemos hoy en día, no existía entre los mayas.

Los significados comunes de la palabra Me’ex

Basta con abrir el diccionario más común de lengua maya (yucateca) actual para encontrar los significados básicos de la voz me’ex. Ya desde el período colonial se registraron los siguientes términos en el Calepino Maya de Motul y en el Vocabulario Mayathan, del siglo dieciséis:  

  • meex: ‘la barba que sale al hombre en el rostro’
  • ah meex: ‘barbado, el que tiene barbas’[7]
  • ah meex, yan meex ti: ‘barba de hombre u otro animal’
  • u meex yuc:  ‘barba de cabrón o cabra’ [de yuc: ‘venado’][8]
  • ix-ma meex: ‘sin barba o desbarbado’ [el término ixma indica ‘carencia’] [9]
Imagen 3. Yuuk

El primer ejemplo deja en claro que la palabra es un sustantivo, con el significado simple de ‘barba’. En el segundo, tercer y cuarto ejemplo, el prefijo ah (en ortografía actual, aj), como agentivo, sirve para identificar a quien tiene una característica, a quien posee algo, o bien, a quien ejerce alguna acción. En este caso, ah meex (en ortografía actual aj me’ex) refiere a ‘el (individuo) de la barba’ (y en ningún caso a un ‘barbero’)[10]. Las otras traducciones nos dan a entender que también algunos animales (como el yuuk, venado Mazama pandora) podían tener barba o su equivalente (Imagen 3). En diccionarios actuales la palabra aparece así:

  • me’ex: ‘barba, bigote del hombre’[11]
  • me’ex: ‘pelo de algunos animales en la quijada inferior’ [12]

Con base en la revisión de diccionarios de otras lenguas pertenecientes al grupo maya yucateco, se infiere que la palabra pudo referir casi a cualquier tipo de vello del cuerpo humano[13]. Así, por ejemplo, en idioma Itzá encontramos:

  • me’ex: barba, bigotes
  • me’ex chiim: ‘pelo púbico de hombre’ [donde chiim es ‘pene’]
  • me’ex kiyep: ‘pelo púbico de hombre’ [donde kiyep es ‘pene’]
  • me’ex pel: ‘pelo púbico de mujer, barba de vulva’ [donde pel es ‘vulva’]
  • me’ex t’uy: ‘pelo púbico de mujer’[14] [donde t’uy es ‘vagina, vulva’]

En idioma Mopán se hallan palabras semejantes, que amplían el rango de significados que hemos encontrado:

  • me’ex: ‘patilla, barba, bigotes’ [15]
  • me’ex: ‘pelo del pecho de pavo macho’ [16]

De manera semejante, en idioma Lacandón encontramos este significado:

  • me’x: ‘barba, bigote’ [17]

En una lengua que no pertenece al grupo yucateco también se encuentra la voz equivalente (cognado). La hoy extinta lengua Ch’olti’ registró en el siglo 16:

  • meex: ‘barbas, el pelo’ [18]

Al parecer son todas las lenguas que registran algún equivalente del término[19]. Con eso se puede inferir que la palabra se restringió desde tiempos antiguos a las tierras bajas del área maya, que hoy en día ocupan la península de Yucatán, parte del norte de Guatemala y belice, principalmente.

Imagen 4. Pecarí de collar (kitam)

De esta manera, nos damos cuenta de que me’ex refiere principalmente a los pelos del cuerpo humano o animal que son largos o notorios, pero no tanto como el cabello de una persona. Por eso en el período colonial podemos encontrar el nombre de un poblado yucateco como Mexcitam que significa ‘barba de jabalí’ o ‘jabalí barbado’ (en ortografía actual, Me’ex kitam) (ver Imagen 4) [20]. Otros términos coloniales yucatecos nos acercan a los significados metafóricos de la palabra. Por ejemplo, tenemos:

  • u meex kin: ‘los rayos del sol’ [21] [con ortografía actual, u me’ex k’iin]

Dado que la palabra kin (k’iin) significa ‘sol’, esta entrada nos da a entender que los rayos solares son el equivalente a las ‘barbas’ o los ‘pelos (faciales)’ del astro rey. Como se verá, es posible que me’ex k’iin haya referido a un tipo de planta.

El término me’ex y su relación con los animales marinos

La palabra también tiene relación con algunos animales. En el contexto de los nombres de seres marinos, algunos textos coloniales y actuales registran los siguientes significados:

  • mex cay : ‘pulpo, pez’ [donde cay es ‘pez, pescado’]
  • mex: ‘pulpo’
  • mex: ‘pez araña, peje araña’[22]
Imagen 5. Pez araña

Es decir, el pulpo es el animal marino que (por sus tentáculos), aparenta tener barbas. El pez araña también se veía como un ser barbudo o de apariencia peluda, aunque no sabemos si este vínculo se debe a otra característica del animal (Imagen 5). Diego de Landa, en su Relación ya mencionada , ya describía a uno de estos peces me’ex, de la siguiente manera:

Imagen 6. Cacerolita de mar

“Un pescado vi en las costas, algunas veces, que por ser de concha todo, lo dejé para poner aquí. Es, pues, del grandor de una tortuga pequeña y cubierto por arriba de una concha delicada, redonda, de hermosa hechura y verde muy claro; tiene una cola de lo mismo de la concha, muy delgada, que parece punzón y larga corno un jeme; por debajo tiene muchos pies y todo lleno de menudos huevos que no tiene que comer de él sino huevos y cómenlos muchos los indios; llámanle en su lengua mex.”[23]

Landa describía al “cangrejo herradura”, también conocido como “cacerolita de mar” (Imagen 6)[24]. Queda claro que diferentes peces, que compartían características (como el aparentar tener ‘barbas’ o ‘bigotes’ o ser “velludos”) entran en la categoría de me’ex. 

El término me’ex en relación con las plantas

Ya se ha visto que el término me’ex guarda relación con los vellos notorios del cuerpo humano o animal, describe a los rayos del sol y también a los animales que poseen alguna característica semejante a un bigote o barba. En varias lenguas mayas se han registrado nombres de plantas que usan la misma palabra, para describir una característica notoria. Así tenemos:

Imagen 7. Liquen Me’ex Ts’uul
  • mex dzul (me’ex ts’uul) [25]

El nombre se puede traducir como ‘barba española’ (o barba de extranjero, siendo dzul o ts’uul ‘extranjero’) y describe a un liquen (Ramalina calicaris farinacea, Schaer) encontrado en arbustos de la región de las llanuras de Progreso, Yucatán (Imagen 7).

En el mismo contexto, también tenemos:

Imagen 8. Me’ex nuxiib

Su nombre se traduce como ‘barbas de viejo’ (también se le conoce como ‘barbas de chivo’), ya que nuxib es ‘viejo, anciano’ (Imagen 8). Esta planta (Clematis dioica) se describe de la siguiente manera:

“Es una enredadera de 30 pies, abundante en tierras de matorrales cerca de Izamal. El nombre maya es el equivalente del español. El nombre de Chiapas, “Cabeza de vieja” expresa más o menos la misma idea en cuanto a su apariencia. Se dice que la raíz es astringente. Es el “musgo español” del sur de los EE. UU.”[27]

Otros textos de maya Yucateco actual registran las siguientes plantas:

Imagen 9. Me’ex, musgo español
  • me’ex: ‘musgo español’
  • u me’ex nuxiib: ‘barba de anciano’ [28]
  • me’ex cháak: ‘musgo’ [29]

El musgo español es el liquen Tillandsia usneoides, que aparece sobre rocas o árboles, a modo de “barba”(Imagen 9). En el tercer ejemplo, dado que cháak es ‘lluvia’, se entiende que me’ex cháak son las plantas (musgos) que salen cuando llueve, como si fueran “barbas” o “vellos”, pequeños. Otras plantas registradas en la Nomenclatura Etnobotánica Maya son:

  • me’exmasewal
  • me’exnuxib (‘barbas de viejo, barba española’)[30]

En idioma Lacandón, la voz me’ex, además de significar ‘barba’, también sirve para describir a varias plantas pequeñas, por ejemplo:

  • chäk meꞌex: ‘alegría, flor de seda’ (planta)
  • chäk meꞌex kꞌin: ‘chacmol, tabachín, ponciana enana’ (planta)’ [31]
Imagen 10. Chäk me’ex k’in

El primer término literalmente es ‘barba o bigote rojo’ (usando el adjetivo chäk: ‘rojo’), mientras que el segundo término significa ‘barba roja del sol’ (Imagen 10 y 11). Es probable que el segundo término designe a la planta en comparación con los rayos del sol, debido a la forma alargada de la misma y a su llamativo color rojo. En la misma lengua, uno de los significados generales de la voz me’ex es el de ‘zarcillo, raíces aéreas’ (aunque literalmente son ‘bigotes’)[32].

El nombre chäk me’ex k’in define a una planta del género caliandria, perteneciente a la familia de las leguminosas (Fabaceae Calliandra calothyrsus Meisn). Su descripción, de acuerdo con los lacandones de Chiapas, es la siguiente:

“Arbusto verde con hojas finas como helechos y flores rojas, tenues y de pompón. Produce vainas de semillas planas de aproximadamente 10 cm de largo por 2.54 de ancho. Suelen ser arbustos o árboles pequeños, aunque algunos pueden convertirse en árboles grandes. Tienen flores con numerosos filamentos largos unidos en la base, las flores emergen en cabezas axilares o racimos terminales. Es una maleza común en la carretera que ocurre en áreas húmedas en la mayor parte de México. Es una «planta indicadora» agrícola para los lacandones del sur”.[33]

Imagen 11. Chäk me’ex k’in. Foto de Suzanne Cook.

Es claro que me’ex también refiere de manera general a ciertas plantas que guardan parecido con el bigote, la barba o los vellos de las personas. En su mayoría son plantas cuyas hojas no son muy abundantes, por lo que dan la impresión de formar “bigotes” poco crecidos y escasamente concentrados (y también parecidos a una “barba”)[34]. Es decir, estas plantas se percibían como los “bigotes” o “barbas” de los árboles.

El término Me’ex como nombre propio en el periodo colonial

Es bien conocido que en el texto colonial Chilam Balam de Chumayel se menciona a un personaje histórico de nombre Ah Mex Cuc o Ah Mex Cuc Chan (con ortografía actual Aj Me’ex Kuk o Aj Me’ex Kuk Chan). El Diccionario Maya Cordemex registra este nombre con la traducción, un poco dudosa de ‘ardilla barbuda de linaje Chan’ y menciona que posiblemente haya sido el fundador de un linaje’[35].

Ya hemos visto que Ah Mex significa ‘el barbado’, pero no es claro lo que significa Cuc. En algunas lenguas mayas el término Kuk refiere a cosas que se pueden enrollar o acomodar, a modo de un bulto de ropa[36], mientras que el término Chan significa ‘víbora, serpiente, culebra’ en diferentes lenguas mayas (pero no en Yucateco)[37]. Pero Kuk también podría significar ‘ardilla’ y podría describir a aquel personaje que tiene la barba o bigote como los “pelos” de la ardilla[38]. Sin embargo, con base en lo que se sabe de los nombres mayas, es más lógico considerar que el nombre está compuesto de tres elementos: el que describe a la persona como ‘barbado’ (Ah Mex), el que correspondiente a su familia (Cuc) y la palabra correspondiente a su posible linaje (Chan). Es decir, este personaje famoso era El barbudo kuk, perteneciente a los Chan’ [39].

Es de notar que Ah Mex Cuc es mencionado como uno de los gobernantes o personajes de élite de Mayapán (ya que ostenta el título ajaw ‘gobernante, señor’) y Ah Mex Cuc Chan es mencionado como uno de los cuatro linajes relacionados con Chichén Itzá en el Chilam Balam de Chumayel (los otros linajes eran Zacal Puc, Holtun Balam y Hochtun Poot)[40]. Algunos autores han interpretado que Ah Mex Cuc en parte semejante a una versión de la deidad Kukulcan (k’u’uk’ul kaan), la ‘serpiente emplumada’[41]. Es un tema en el que aún se debe indagar más con base en los documentos históricos, aunque es valioso observar que la voz Mex, como parte de algún nombre personal, no era muy común.

Con respecto al nombre o linaje Chan, algunos académicos lo han relacionado con grupos “chontales” de la región de Tabasco o bien, con grupo “foráneos” que tuvieron relación con los nahuas del centro de México y que habrían migrado hacia la península de Yucatán en la época Clásica tardía (después del 900 d.C.) o en el Posclásico (hacia el 1200 d.C.)[42]. Hoy en día, Chan es el apellido maya más común en la península de Yucatán. Hay información de que los personajes relacionados con el Ah mex pudieron tener un origen no maya, pero debemos revisar más datos.

¿Podría ser Me’ex una palabra de origen no maya?

Los siguientes párrafos con respecto al origen de la palabra son propuestas en las que aún se debe profundizar. Su lectura debe hacerse con precaución, ya que reflejan en parte pensamientos en voz alta del autor.

De las 31 lenguas mayas de las que tenemos registro, la palabra me’ex solo se encuentra con el significado de ‘barba, bigote, pelo’ en cinco lenguas mayas. De esas, cuatro lenguas pertenecen al grupo yucateco (Yucateco, Itzá, Mopán y Lacandón) y una al grupo ch’olano (Ch’olti’); por lo que se puede proponer que alguna lengua del grupo yucateco prestó la palabra al Ch’olti’ colonial (y tal vez también al Tuzanteco)[43]. El hecho de que la voz me’ex se encuentre principalmente en el grupo yucateco y que sea una palabra rara, diferente a otras voces para nombrar a la barba o bigote en las demás lenguas mayas, hace sospechar de su origen.

En otras lenguas no mayas, como el Nahuatl, encontramos palabras semejantes, que nombran a varios tipos de hierbas. Por ejemplo, el fraile Alonso de Molina, en su diccionario de Nahuatl colonial registró los términos:

  • mexixin: ‘mastuerzo’
  • mexixquilitl: ‘mastuerzo’ (Imagen 12) [44]

Otra fuente de Nahuatl registra términos semejantes:

  • mexixin: ‘berro de indias o capuchinas (Tropaeolum majus), de la familia de las geraniáceas’ (Imagen 13)
  • mexixquilitl: ‘mastuerzo, planta que los mexicanos consumían y de cuyo nombre, según algunos autores, habrían sacado el suyo’[45]

Otro diccionario Nahuatl registra como nombre de hierba:

Imagen 12. Mexixin, Mastuerzo común
  • mixitl: ‘hierba intoxicante, alucinógena, altera el cerebro, posiblemente estramonio (jimson weed)’ (Imagen 14) [46]

No es seguro que estos términos del nahuatl tengan el mismo origen o sean equivalentes, en las respectivas variantes dialectales[47]. En los primeros cuatro ejemplos, la raíz lingüística (es decir, el elemento de la palabra que tiene significado) es *mexix, siendo -in un sufijo y -quilitl la palabra para ‘verdura o hierbas comestibles’. En los últimos dos términos la raíz lingüística es *mixixi, y -tl funciona como sufijo, mientras que xiwitl significa ‘hierba’.

En cualquier caso, las palabras con la raíz *mexix sirven para designar a algunas hierbas (o plantas) y son estas palabras las que guardan más semejanza con el término maya. Ya se ha visto que en Yucateco me’ex designa al musgo español y, especialmente entre los lacandones, sirve para nombrar a algunas plantas pequeñas.

Con esto en mente, se plantean tres opciones: 1.-Que la palabra se haya originado en el grupo yucateco y de allí se prestara al nahuatl. 2.-Que la palabra se originara en el Nahuatl y de allí pasara al maya Yucateco o 3.-Que los términos del maya y del nahuatl no guarden relación alguna y que hayan tenido orígenes diferentes, siendo casualidad su semejanza en pronunciación y significados. Es necesario decir que aún hace falta revisar más evidencia histórica o arqueológica para apoyar alguna de las propuestas, aunque considero que la tercera opción es la más viable, por el momento.

Observaciones finales y pendientes

El significado original y básico de la palabra me’ex designa a todo aquel elemento semejante a una barba o bigote, que sobresale en el cuerpo de los humanos, árboles o animales. Algunos animales, como los venados, jabalíes y pavos, tienen me’ex. Así como las hierbas son el me’ex de la tierra, hay plantas que son el me’ex de los árboles y rocas, mientras que el me’ex del sol, son sus rayos. Dado que las hierbas y plantas pequeñas son el equivalente a los “vellos” o “barbas” de la tierra y de algunos árboles, esta palabra pasaría a designar a las barbas, bigotes o vellos corporales de las personas y animales. Ese es el significado más básico del término. Con el paso del tiempo, me’ex pasaría a designar a ciertos animales de apariencia barbada o velluda. La palabra también designa al pez araña, al pulpo y al cangrejo cacerola.

En el período Posclásico (hacia el 1200-1400 d.C.) la palabra ya se usaba como parte de un nombre, para designar a un personaje masculino ‘el barbado’ o ‘el del bigote’ (Aj Me’ex). Después de usarse como parte de un nombre, me’ex habría pasado a ser un apellido, usado en regiones cercanas a Mayapán y Chichén Itzá principalmente. La palabra es más antigua, y pudo haberse originado (para nombrar plantas) hace unos 1,100 años (hacia el 900 d.C.), cuando las cuatro lenguas del grupo maya yucateco aún no se comenzaban a diferenciar.

En el período colonial (1500-1800 d.C.) se tiene registro de nombres con el apellido Mex en los pueblos de Ixil y Tekantó (como Marcos Mex) y, hacia 1741, aparecen los nombres Ignacio Mex, Antonio Mex, Feliciano Mex y Juan Mex como oficiales de cabildo de lo que es el barrio de San Sebastián, en Mérida, Yucatán[48]. Si consideramos que el apellido se menciona en la época colonial en relación con la ciudad de Chichén Itzá, y que hoy en día el apellido Mex es común en poblaciones cercanas a dicha ciudad, como Tinum, Yaxcabá y Dzitás, es probable que la palabra, como parte de un nombre personal, se originara en esa región de la península (ver Imagen 13).

Imagen 14. Principales ciudades o municipios con presencia del apellido Mex. Con estrella blanca: ubicación de Mayapán; con doble estrella: ubicación de Chichén Itzá. En círculo azul: posible área de origen y difusión del nombre y/o apellido Mex. Mapa de forebears.io, modificaciones del autor.

Aún hace falta un estudio para ubicar exactamente en dónde se comenzó a usar la palabra como apellido (en la época moderna) y su distribución y expansión en la Península de Yucatán. Vale mencionar que aunque hay apellidos Mex en otros estados y países, aún se debe investigar si son palabras con un mismo origen o si la semejanza entre el apellido maya y el de otras regiones es casualidad.

Imagen 15. La palabra Me’ex, representación moderna escrita con los jeroglíficos de los antiguos mayas. Dibujo de Eduardo Puga (2020).
Imagen 16. Distribución del apellido Me’ex en los estados de México (en color fuerte, los lugares con mayor concentración de personas). Tomado de forebears.io.
Imagen 17. Distribución del apellido Me’ex en México por estado, cantidad, frecuencia y rango. Tomado de forebears.io.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Créditos de las imágenes. Imagen 3: tomada de zoogalaxy.com, imagen 4: autor desconocido (tomada de internet), imagen 5: autor desconocido (tomada de internet), imagen 6: animapedia.org, imagen 7: tomada de internet, imagen 8: página del CICY, imagen 9: wikipedia, imagen 10: fedipedia.org.


Comentario del lingüísta Martín Sobrino Gómez (El español que se habla en Yucatán y otras anécdotas) publicado en Facebook, abril de 2020:

Les diré lo que pienso de la etimología de la palabra me’ex ‘barba, bigote’ en las lenguas mayas. Si nos atenemos a la pura similitud fonética y la aparente relación de significado en las palabras, también podemos encontrar en mam las palabras xhch’ume’xh / xme’xh con el significado de ‘pelo de elote’ (Kaufman 2003), y en el Diccionario k’iche’ de la ALMG (2004) encontramos el término me’x ixim ‘maíz negro’. Con respecto al mam, la forma me’xh parece un buen candidato para tomarla como cognado de me’ex de la rama yucatecana, y tal vez proponerlo como una forma que se puede reconstruir en protomaya. Pero no parece ser así, Kaufman (2003) muestra estas palabras con sus correspondientes cognados en las lenguas de la rama oriental para las que reconstruye *…me’y ‘pelo de maíz’, de manera que, en mam, la /xh/ retrofleja en esa posición es reflejo de la /y/ del protomaya oriental, como lo demuestran las correspondencias de sonido con las otras lenguas de dicha rama, por ejemplo:

k’iche’ tzami’y ‘pelo de elote’

poqomchi’ tzami’y ‘pelo de elote’

mam xhch’ume’xh ‘pelo de elote’

De manera que, si me’xh fuera cognado con el yucatecano, las lenguas yucatecanas mostrarían *me’ey en lugar de me’ex. Comprobémoslo. Para luciérnaga, encontramos en mam las formas xkukxh / kukax (con la retrofleja al final), mientras que en poqomchi’ (Kaufman 2003) y yucateco tenemos:

poqomchi’ kukaay

yucateco kokay/kóokay

Podemos, por lo tanto, descartar esa palabra en mam para considerarla cognado de me’ex. Como ven, en un estudio etimológico siempre se deben tener en cuenta los reflejos de las formas heredadas y las correspondencias de sonidos entre lenguas para estar seguros que no estamos tratando con préstamos o con similitudes azarosas. En este sentido, la forma me’x de me’x ixim ‘maíz negro’ del k’iche’ tampoco sería cognado del me’xh, mam, pero, podemos por el momento intentar averiguar si sí lo es con el me’ex yucateco.

Tenemos que, nuevamente, recurrir a las correspondencias de sonido. En general, donde el yucateco tiene vocales rearticuladas podemos encontrar dos tipos de correspondencias en lenguas de otras ramas. En las lenguas cholano-tseltalanas puede haber correspondencias tanto de vocal corta V como de secuencia de V’V (vocal-corte glotal-vocal), mientras que en lenguas k’icheanas se tiene vocal larga VV, por ejemplo:

Glosa mono espina plátano/mamey

Yuc ba’ats’ k’i’ix ja’as

Tze bats’ ch’ix ja’as

K’ich baats’ k’iix

Con esto, parece que me’x del k’iche’ no presenta la correspondencia esperada, o sea, la vocal larga (algo como *meex). No obstante, hay que notar algo. En Sobrino Gómez (2018, 2015, y pronto profundizaré esto en el Coloquio Yuri Knorosov) explico esta aparente anomalía de las correspondencias regulares entre Yucatecano V’V y Cholano/tseltalano V / V’V. En GLLM las protoformas *CV’C y *CV’VC pasan como CVC y CV’VC, respectivamente, en lenguas cholanas y tseltalanas. En cambio, en yucatecano pasan ambas formas como CV’VC. Ahora, de acuerdo con lo observado en los datos comparativos de Kaufman (2003), todo lo que él reconstruye como *CV’VC en protomaya oriental en k’iche siempre tiene el reflejo CV’C, es decir, se pasa de una secuencia *V’V a una secuencia V’, entonces, hasta ahora no he encontrado (hay que buscarlas) cognadas yucateco-k’iche en las que pueda ver la correspondencia Yuc: V’V / K’ich: V’. Sólo como hipótesis sin comprobar puedo decir que me’x (me’x ixim) del k’iche’ y el me’ex de las lenguas yucatecanas pueden tener relación si suponemos una protoforma *me’ex que se mantuvo así en yucatecano y que pasó como me’x en k’icheano, perdiéndose en las demás lenguas (tal vez también la mantiene el tuzanteco, habría que observar las correspondencias de sonido en esa lengua para saber si es un préstamo o no). La relación semántica entre el significado de la palabra en cada una de las lenguas sería pensar que originalmente se refería tal vez a los pelos del elote negro, o a lo oscuro y/o tupido de la mazorca o algo así, y que de ahí pasó a significar ‘vello’ una vez que el yucatecano pierde la palabra básica que tenía para eso *ism.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Notas

[1] En todas las palabras en lengua maya, la letra /x/ equivale el sonido /sh/ del español. El apostrofo ( ‘ ) marca una ligera pausa en la salida del aire (cerrando la glotis) al momento de pronunciar la palabra o vocal. Se puede consultar el video “Aprende maya con breves diálogos” (https://www.youtube.com/watch?v=c5EgkTbau2o) para una introducción a la pronunciación de vocales y consonantes del maya yucateco. 

[2] Aquí se consideran las siguientes épocas para el estudio de la cultura maya: Clásica (250-900 d.C.), Posclásica (900-1521 d.C.), Colonial (1521-1810 d.C.) y actual (1810 en adelante).

[3] En este escrito, los nombres de textos o libros se presentan en cursivas, al igual que las palabras mayas y otras, que no pertenecen al español. Las traducciones están entre comillas simples (‘…’) y las citas textuales entre comillas dobles (“…”).  

[4] Información tomada de https://forebears.io/surnames/mex . Los tres apellidos más comunes de Yucatán son mayas: Chan, Pech y Canul. En Campeche, el apellido maya más común ocupa el octavo lugar y es Chan, mientras que en Quintana Roo, el apellido maya más común también es Chan, pero ocupa el noveno lugar del total de apellidos.

[5] (Quezada 2014). Esto influyó para que en la región se conservaran más los apellidos de origen prehispánico, a diferencia de lo que ocurrió en el centro de México, donde se conservaron menos.

[6] (Rivera 1985:81). Bracamonte y Sosa (2001:354) explica al respecto que “… en la sociedad maya la pertenencia a un linaje definido por el patronímico otorgaba ciertos derechos y obligaciones, pero no explica por sí sola la conducta política, ya que las personas que compartían un mismo apellido se ubicaban en estratos sociales diversos, podían tener o no acceso al ejercicio del poder y también asumían actitudes políticas antagónicas”. Mayapán es una ciudad arqueológica ubicada al sureste de Mérida, fue en el Posclásico (1250-1450 d.C.) cuando alcanzó su máximo esplendor.

[7] (Acuña 2001:40 y 407). También se registra ah chac vac ach meex: ‘barbudo, de larga barba’ (donde chac: ‘grande)’.

[8] (Acuña 1993:139 y 301). La letra /u/ representa el pronombre de la tercera persona, en este caso ‘de él/ella’, la palabra yuc (en ortografía actual, yuuk) refiere al venado temazate, o venado cabrito, que es del tamaño de una cabrilla (Mazama pandora) y al que se le llamaba ‘cabra’.  

[9] (Acuña 2001:311)

[10] Otro término registrado en el diccionario colonial es Ah meex ceh ‘cabrón de Castilla baruado’ (Acuña 2001:49). La palabra ceh significa ‘venado’ (en ortografía actual sería Aj me’ex kéej). Ver Acuña 2001:36, 46, 56, para otras frases en relación con el término me’ex.

[11] (ALMY 2003:143)

[12] (Bastarrachea et al. 1998:105)

[13] Las lenguas que conforman el grupo maya yucateco son 4: el Yucateco, el Itzá, el Lacandón y el Mopán. Solo el yucateco se habla en la Península de Yucatán. En total, se tiene registro de aproximadamente 31 lenguas mayas, algunas extintas.

[14] (Hofling y Tesucún 1997:444). El idioma Itzá es hablado en Guatemala, cerca de la región Petén Itzá.

[15] (Ulrich y Ulrich 1976: 129). El idioma Mopán se habla en Guatemala, en la región de Petén y en Belice.    

[16] (Hofling 2011:306)

[17] (Hofling 2014:226). El idioma Lacandón se habla en Chiapas, en la región de la Selva Lacandona.

[18] (Robertson et al. 2010:302). La lengua Ch’olti’ se habló en Guatemala y pertenece al grupo ch’olano, junto con los idiomas Ch’orti’, Ch’ol y Chontal. No está emparentada directamente con el grupo yucateco.

[19] Brown y Wichmann (2004:174) registran en tzotzil la voz nex como cognado del protomaya *me’x (vello facial, cabello rubio’, según ellos), pero me fue imposible encontrar en alguna fuente tzotzil esa palabra con el significado por ellos atribuido. Solo aparece como el nombre de una planta. También me fue imposible encontrar en mam la voz me’xh, que igualmente registran como cognado, ya que solo aparece como adjetivo, me’x ‘castaño’. Igualmente, en ixil, kaqchiquel, tz’utujil y mochó me fue imposible encontrar el supuesto cognado. En k’iche’ se ha registrado el término me’x ixim, ‘maíz negro’, pero no es seguro que sea cognado, aunque cabe la posibilidad de que sea un préstamo (ver nota de Sobrino al final de este escrito). Hay que considerar que Christenson (2004:74) recopila mex ‘color de ojos que no sea marrón’ y mex ixim ‘maíz negro’ y otras fuentes recopilan mex como ‘canche’.

[20] (Roys 1957:117). Resulta interesante que, en idioma Tuzanteco de Guatemala, encontremos la palabra me’x, con el significado de ‘marrano de pelaje muy blanco’ (Kaufman 2003:291). Es posible que este me’x esté relacionado con el me’ex del grupo yucateco y que, a razón de la característica de ser velludo del marrano, la voz para ‘barba, bigote’ haya pasado a designar ese animal. En los libros Chilam Balam se registra un nombre de lugar como Tixmex (ti’ xme’ex), tal vez ‘donde hay me’ex’ o ‘lugar de las barbas’, ‘lugar del barbudo’.

[21] (Acuña 2001:517)

[22] (Bolles 2010:3670)

[23] (Rivera 1985:167). El jeme es una unidad de medida y equivale a la distancia que hay entre el dedos índice y pulgar. Con “indios”, se refiere a los mayas nativos de la región peninsular.

[24] Limulus polyphemus (Atlantic horseshoe crab)

[25] (Bolles 2010:3669). También registrada por el CICY (ver la interesante página https://www.cicy.mx/sitios/flora%20digital/ficha_virtual.php?especie=2000)

[26] (Bolles 2010:3669). Los líquenes surgen de la simbiosis entre un hongo y un alga o cianobacteria, aparecen sobre rocas o árboles.

[27] (Bolles 2010:3669).

[28] Bromelliaceae (Bricker et al. 1998:184).

[29] (Barrera 1980:511).

[30] Chloris elegans H.B.et K. -Grami y Clematis dioica L. -Ranun Chloris virgata Swartz -Grami Tillandsia brachycaylos Schlechter -Brome Tullandsia usneoides L. Brome, respectivamente (ver Barrera et al.1976:111 y 112).

[31] (Baer y Baer 2018:136). Calliandra calothyrsus. La letra /ä/ representa una sexta vocal (que no existe en español), que se pronuncia semejante a una vocal intermedia entre una /o/ y una /u/.

[32] (Cook 2016:347).

[33] (Cook 2016:127).

[34] Las plantas pequeñas también pueden ser concebidas como “bigotes”, en maya yucateco actual, como en la frase ku’ukul jok’ik u pak’al Juan, bey u me’ex: ‘unas cuantas plantitas salieron de lo que sembró Juan, parecen sus bigotes’ (Barrera 1980:347).

[35] (Barrera 1980:522).

[36] (Prager 2020) .

[37] (Kaufman 2003:638). Chan también podría ser ‘cuatro’ o ‘cielo’, si consideramos otras lenguas mayas, como las del grupo ch’olano. No confundir con la palabra chaan o chan con el significado de ‘chico, pequeño’. En yucateco, kaan ‘serpiente’, es su equivalente.

[38] Aunque la ardilla no aparenta tener bigotes o barbas, a diferencia de otros animales, como el jabalí.

[39] Es decir, Ah Mex Cuc Chan se compone de tres elementos que pueden ser analizados y traducidos por separado: Ah Mex, Cuc y Chan.

[40] (Masson y Peraza 2014:53)

[41] (Piña Chan 2013:109). Aunque estos textos fueron redactados en los siglos dieciséis y diecisiete, es posible que contengan información histórica que se remonte unos 300 o 500 antes, es decir, hacia el 1204 d.C. y 1244 d.C., época en la que las ciudades de Mayapán y Chichén Itzá aún estaban habitadas.

[42] (Fox 1987:101). La lengua Chontal es del grupo ch’olano, no relacionada directamente con el Yucateco. Las lenguas nahuas (a las cuales pertenece el Nahuatl) se hablan principalmente en el centro de México (no tienen relación con las lenguas mayas).

[43] Si la palabra me’ex tuviera su origen en otro grupo de lenguas mayas, como el ch’olano (que comprende al Ch’ol, Chontal, Ch’olti’ y Ch’orti’) tal vez se esperaría encontrarla, con esa forma y significado, en varias de esas lenguas o en un grupo completo. Es decir, dado se encuentra en todas las lenguas del grupo yucateco, pero solo en uno del ch’olano, es más probable que una lengua yucateca (tal vez colonial) donara la palabra me’ex al Ch’olti’. El préstamo al Tuzanteco, pudo ser en la época colonial o actual.

[44] (Molina 1571:55). Parece ser Lepidium Virginicum. Es una planta comestible.

[45] (Simeón 1992:271). Con las Indias, se refieren a la región del México antiguo. Los mexicas habrían tomado su nombre de la planta mexixin, tomando la raíz lingüística del mismo *mexix, formando después la palabra mexica. Posiblemente se trate de una etimología popular o mitológica. Al respecto, el cronista y conquistador español Cristóbal del Castillo en su Historia de la venida de los mexicanos y otros puebles e Historia de la conquista, relata que cuando los mexicas llegaron a la región de lo que sería Tenochtitlan: “…después todos los pobladores -los azcapotzalcas, los tepanecas que se llaman en conjunto tlacopanecas, y todos sus súbditos, los coyohuques, los atlacuihuayancalques-, los nombraron mexixquilquani, comedores de mastuerzo, porque comían mastuerzo por hambre” (Navarrete 2001:89).   

[46] (Karttunen 1992:149). Aunque la vocal de este término es /i/ en algunas lenguas, es común el cambio vocálico en la pronunciación, donde la vocal /e/ pasa a pronunciarse como /i/ como en mex -> miixi. Cabe remarcar que la diferencia entre vocal corta (mexix) y la vocal larga (de miixii) no se explicaría y también faltaría explicar la variación entre mex y me’ex.

[47] Fray Bernardino de Sahagún, recopiló en Nahuatl colonial la palabra mixitl, como nombre de una hierba pequeña que se usaba para tratamientos medicinales, explicando que también quitaba las fuerzas al cuerpo y hacía perder el habla (Garibay 1969:292). Un diccionario Nahuatl actual de Zongolica, Veracruz, registra: mixixiwitl: ‘planta medicinal’, dícese mixixi (ver Gerónimo et al. 2012:66).

[48] (Restall 1997)

Bibliografía

Academia de la Lengua Maya de Yucatán (ALMY)
-2003 Diccionario maya popular. Academia de la Lengua Maya de Yucatán, A.C., Mérida, Yucatán, ALMY.

Acuña, René (ed.)
-1993 Bocabulario de Maya Than, México, D.F., UNAM.
-2001 Calepino Maya de Motul. Plaza y Valdez, México.

Baer, Phillip, y Mary Baer
-2018 Diccionario maya lacandón. ILV

Barrera Marín, Alfredo, Alfredo Barrera Vásquez y Rosa María López Franco
-1976 Nomenclatura etnobotánica maya. Una interpretación taxonómica. INAH, SEP.

Barrera Vásquez, Alfredo (director)
-1980 Diccionario Maya Cordemex. Mexico: Ediciones Cordemex.

Bastarrachea Manzano, Juan Ramón, Ermilo Yah Pech, y Fidencio Briceño Chel
-1998 Diccionario básico español-maya-español. Maldonado editores.

Bolles, David
-2010 Combined Mayan-Spanish and Spanish Mayan Vocabularies.

Bracamonte y Sosa, Pedro
-2001 La conquista Inconclusa de Yucatán. Los mayas de la montaña, 1560-1680. Colección Peninsular.

Bricker, Victoria, Eleuterio Poot Yah y Ofelia Dzul
-1998 A Dictionary of the Maya Language as Spoken in Hocabá, Yucatán. Salt Lake City: The University of Utah Press.

Brown, Cecil H. y Søren Wichmann -2004 Proto-Mayan syllable nuclei. International Journal of American Linguistics 70:128-186.

Christenson, Allen J.
-2004 K’iche’-English Dictionary and Guide to Pronunciation of the K’iche’-Maya Alphabet. Documento electrónico, FAMSI.

Cook, Suzanne
-2016 The Forest of the Lacandon Maya. An Ethnobotanical Guide. Springer.

Forebears: Names & Genealogy Resources
https://forebears.io/surnames/mex

Fox, John W.
-1987 Maya Postclassic State Formation: Segmentary Lineage Migration in Advancing Frontiers. New Studies in Archaeology. Cambridge University Press.

Flora de la península de Yucatán (Centro de Investigación Científica de Yucatán, CICY)
https://www.cicy.mx/sitios/flora%20digital/index.php

Garibay, Ángel María (ed.)
-1969 Historia General de las Cosas de la Nueva España, (vol. 3). Editorial Porrúa, México. D.F.

Gerónimo Sánchez, Eutiquio, Ezequiel Jiménez Romero, Ramón Tepole González, Andrés Hasler Hangert, Aquiles Quiahua Macuixtle, y Jorge Luis Hernández
-2012 Tlahtolnechikolli. Diccionario nawatl moderno – español de la sierra de Zongolica Veracruz

Hofling, Charles A.
-2011 Mopán Maya-Spanish-English Dictionary / Diccionario maya mopan-español-inglés. University of Utah Press, Salt Lake City.
-2014 Lacandon Maya-Spanish-English dictionary. University of Utah Press, Salt Lake City.

Hofling, Charles, y Francisco Fernando Tesucún
-1997 Itzaj Maya – Spanish – English Dictionary. University of Utah Press, Salt Lake City.

Kaufman, Terrence
-2003 A Preliminary Mayan Etymological Dictionary. Documento electrónico.

Karttunen, Frances
-1992 An Analytical Dictionary of Nahuatl. University of Oklahoma Press

Masson, Marilyn, y Carlos Peraza Lope
-2014 Kukulcan’s Realm: Urban Life at Ancient Mayapán. University Press of Colorado.

Molina, Alonso de
-1880 Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana, edición facsimilar.

Navarrete Linares, Federico (ed.)
-2001 Historia de la venida de los mexicanos y otros pueblos e Historia de la conquista. Cristóbal del Castillo, Cien de México. CONACULTA.

Piña Chan, Román
-2013 Chichén Itzá. La ciudad de los brujos del agua. FCE, México.

Prager, Christian
-2020 The Sign 576 as a Logograph for KUK, a Type of Bundle.

Quezada, Sergio
-2014 Maya lords and lordship. The Formation of Colonial Society in Yucatán, 1350–1600. University of Oklahoma Press Norman

Restall, Matthew
-1997 The Maya World : Yucatec Culture and Society, 1550-1850, Stanford University Press

Rivera Dorado. Miguel (ed.)
-1985 Relación de las cosas de Yucatán. Landa, Fray Diego de. Alianza Editorial, Madrid.

Robertson, John S., Daniel Law y Robbie Haertel (eds.)
-2010 Colonial Ch’olti’: The Seventeenth-Century Morán Manuscript. University of Oklahoma Press.

Roys, Ralph
-1957 The Political Geography of the Yucatan Maya. Carnegie Institution of Washington.

Siméon, Rémi
-1992 Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. Siglo XXI.

Ulrich, Mathew y Rosemary Dixon de Ulrich
-1976 Diccionario bilingüe maya mopán-español y español maya mopán. ILV.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

CONTACTO
Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

¿Qué significa la palabra píib?

por William H. Mex

Este breve texto hace una revisión de los distintos significados que la palabra píib / piib ha tenido dentro de varios contextos en la región maya. Si bien es conocido que la voz pib se usa en la actualidad principalmente por hispanohablantes para designar a un tamal grande preparado en fechas cercanas al Día de muertos, en un principio, la palabra designaba a otra cosa. Como se verá, los orígenes de la palabra se encuentran en las inscripciones jeroglíficas del siglo siete de nuestra era, pero sus significados también se infieren en textos coloniales y, en la actualidad, la palabra sigue teniendo cambios interesantes.

El término pib en el período colonial (siglos 16-18)

En las primeras dos partes del trabajo, se hace una revisión de las palabras y términos relacionados con la voz píib / piib en la mayoría de los diccionarios y fuentes coloniales y actuales de las lenguas mayas, así como en algunos trabajos etnográficos. No se pretende hacer un análisis profundo de los términos relacionados con el día de muertos, más bien, se revisan las varias fuentes de los textos antiguos para darse una idea de los cambios de significado de una sola palabra.

Una de las fuentes escritas con caracteres latinos más antiguas del área maya es el Calepino Maya de Motul. Este diccionario, que recopila términos del maya yucateco principalmente de finales del siglo 16, registró la voz pib como sustantivo: ‘baño o temazcal en que se purificaban las parturientas o recién paridas, y el hornillo en que se asaban calabazas, carnes, etc., debajo de tierra’, y también como verbo: pib ‘asar debajo de tierra carne, calabazas, etc.’[1]. También registra la voz pibaan ‘cosa asada debajo de tierra en los hornillos dichos pib’ y pib bil o pibil ‘lo asado debajo de tierra en los tales hornillos pib’. El Bocabulario Maya Than, casi de la misma época, también recopila voces parecidas: pib ‘baño en que entran las indias recién paridas y otros enfermos’; pib ba ‘bañarse en este baño’ y pan pib ‘hacer el horno en que se cuecen gallos y gallinas debajo de la tierra’, entre otras voces (esta última dicción usa la voz pan ‘excavar’)[2].

Otro término interesante que registra el Bocabulario es pib cab ‘cama de puercos, citames o de casta, que hacen’. Es interesante que, en este caso, ‘cama’ es igual a lo que se conoce como ‘barbacoa’, por lo que la dicción recopilada refiere a la barbacoa de puerco, que es el antecedente de la famosa cochinita pibil, como bien remarca René Acuña (1993).

Cabe indicar que uno de los sufijos usados en estos términos es -aan, que, añadido a la raíz del verbo (pib) sirve para formar el participio ‘asado, asada’. El mismo sufijo aparece en otras palabras mayas como dzibaan ‘escrito’, alaan ‘dicho’ y mizaan ‘barrido’. Otro sufijo es bil, que forma participios a partir de verbos transitivos, como en el caso de kakbil ‘cosa asada’, caxanbil ‘cosa hallada’ y por supuesto, mucbil ‘cosa enterrada’ (palabra que aún se usa en términos compuestos como mucbilpollo) (ver Smailus 1989). Al final de este trabajo se ponen otros ejemplos del uso de la palabra en distintas oraciones[3].   

Con esto queda claro que los significados principales de pib eran ‘horno subterráneo’, ‘baño (edificio) de vapor’ (usualmente conocido como temazcal) y también ‘asar bajo la tierra’.

Otra fuente fidedigna recopilada con caracteres latinos alrededor del siglo 18, donde se menciona la palabra pib, es el texto esotérico conocido como Ritual de los Bacabes. En el folio 180, en una sección relacionada con los conjuros para apaciguar las enfermedades, se menciona un ‘texto [o palabras] para el enfriamiento del pib’, en maya colonial: u thanil u siscunabal pib lae. El texto hace una analogía entre apagar el horno subterráneo con agua y calmar la enfermedad del cuerpo humano. En una sección declara: “¿serán trece mis cántaros de agua de cenote? Trece son mis medidas de agua de granizo que se filtraron en la laja”. Sería interesante profundizar entre el uso del pib en ese contexto, seguramente relacionado con el temazcal para el tratamiento de enfermedades y dolencias[4].

El famosísimo Chilam Balam de Chumayel, texto del siglo 17, en una sección relacionada con los acertijos y el lenguaje suyua, también menciona varias comidas ‘cocidas en el pib’. Por ejemplo, se comparan los huesos enterrados del padre con la mandioca que se pide cocida así:

he x lic u katice lay tz’iine pibbil [subrayado mío]

‘lo que está pidiendo es la mandioca, horneada bajo tierra’

De aquí se deduce que pibil tz’in la ‘mandioca asada’, es algo que se consumía desde tiempos antiguos. En otra sección se compara el tronco del henequén con la cabeza del cerdo silvestre (kéek’en, con ortografía actual):

he x lic u katice u pol keken[e] pibbil [subrayado mío]

‘lo que está pidiendo es la cabeza del cerdo silvestre, horneada bajo tierra’  

También se menciona al macal o ñame (cocido bajo la tierra), como pibil macal y la mazorca de maíz (también cocida), como pibil nal. Con estos ejemplos mencionados, es claro que el significado antiguo más común de pib era ‘horno subterráneo’ y ‘cocer en el horno subterráneo’, según las fuentes alfabéticas mayas de la etapa colonial.

Elaboración de un horno subterráneo -píib- en una comunidad maya yucateca en la actualidad (foto de Salazar y otros, 2012)

Los significados de pib en las lenguas del grupo yucateco actuales

El significado de pib, con ortografía actual píib, piib o incluso pii’, se ha conservado en las cuatro lenguas que conforman el grupo yucatecano: yucateco, lacandón, itzá y mopán[5].

El diccionario de la Academia de la Lengua Maya de Yucatán registra píib (con vocal con tono alto -íi-) como ‘horno hecho bajo tierra a modo de foso para cocer la carne o el pan’ y también como ‘cocer debajo de la tierra’. También registra píib ‘asar a las brasas’ y píib ‘barbacoa’. Otra entrada anotó pib como ‘horno hecho en tierra a modo de foso para carne o pan; la barbacoa u horno subterráneo’. El Diccionario Maya Cordemex recopiló pib como ‘horneado, cocido bajo tierra; en el centro de México se diría hecho en barbacoa’ y también pibi wah (con ortografía actual, píibil waaj) con la definición de ‘pan de maíz que tiene forma de disco, grueso, en su interior se coloca carne de puerco o de gallina y puerco, la masa lleva manteca y sal; se cuece en horno subterráneo, envuelto en hojas de plátano; esta comida se hace especialmente en Todos Santos’ [énfasis mío]. Esto indica que el nombre completo del célebre tamal es píibil waaj ‘tamal horneado (bajo la tierra)’.

Una fuente yucateca de Hocabá (1998) registra la variante píi’ (que omite la consonante -b- en la pronunciación), así como algunos significados relacionados con otros, ya mencionados: píib o píi’t ‘enterrar, cocinar en horno de pozo’; j-píib ‘(cocinero) enterrador’ y x-píib ‘(cocinera) enterradora’[6]. Es llamativo que esta fuente también registre píib como ‘tamal grande para los finados’.

Otras lenguas del grupo conservan significados parecidos. En lacandón, ha sido registrado píib ‘horno, horno de pozo’ y también píibtik ‘hornearlo’. En itzá, piib se ha recopilado como ‘horneada’ y pii’ o piib como ‘hornear’. Finalmente, en mopán, la forma que sobrevive es pib ‘horno; horno en la tierra (subterráneo)’. Aunque por el momento no dispongo de información más amplia acerca de los alimentos y la cocina de estos grupos, seguramente aún se prepara entre ellos algo parecido al píibil waaj de la península de Yucatán.

Como se ha visto, el significado que predomina es el de ‘horno (subterráneo)’ y ‘hornear bajo tierra’. Algunos estudios etnográficos del siglo 19, como el de Brinton (1883) cuando mencionan “la conmemoración de la comida de las almas”, aluden también a los tamales que eran horneados bajo tierra. Alice Dixon, en su breve trabajo de 1885, también menciona el término hanal pixan “comida para las almas”, y el tamal, diciendo que se elaboraba pibil ‘cocido bajo tierra’, y que podía tener carne de pollo o puerco. Ninguno de los dos menciona el pib solo como ‘tamal’. El Diccionario de Mejicanismos de Ramos I Duarte (1898), que recopila varias voces mayas de uso común en el español de la península de Yucatán, tampoco registra pib como ‘tamal’.  Cabe mencionar que John L. Stephens, al referirse a la Fiesta de Todos los Santos de la región de Mérida, en fechas fechas cercanas a 1843, menciona el término mukbipoyo (mucbilpollo) en referencia a un tamal grande cocido bajo tierra, que llevaba carne de cerdo y aves de corral, y que todos comían en esos días**. Pero tampoco menciona el pib.

La voz píib o pib ha pasado a ser usada y popularizada para designar al tamal grande elaborado en fechas cercanas al día de muertos, principalmente entre hablantes del “español yucateco”. El diccionario del INEA (publicado en el mismo año que el de Hocabá, 1998) registra, además de los primeros dos significados mencionados, el tercero, píib: ‘pan de maíz relleno con carne o frijol’. Sin embargo, aunque podría parecernos que el uso de píib como ‘tamal’ es muy reciente, algunos estudios sugieren que ya se usaba así desde hace algún tiempo. Santiago Pacheco Cruz, en sus trabajos de 1946 y 1947, menciona que en la región yucateca ya se usaba la palabra pib para designar al tamal, en una fecha cercana a 1924, al parecer entre hispanohablantes. Pero curiosamente, el mismo autor, en su Diccionario Verdadero del Idioma Maya (1969), solo menciona pib con los significados de ‘hornear’ y ‘horno’. Trabajos como los de Villa Rojas (1987) y Redfield y Villa Rojas (1934) solo mencionan pib con los significados de ‘horno’ u ‘hornear’ y también muchos alimentos y varios tipos de tamales -waaj- que se preparaban en hornos subterráneos penínsulares. Diccionarios el español yucateco modernos, como el de Güémez (2011), mencionan pib con los tres significados.

Con los datos ya revisados, se infiere que fue a principios del siglo pasado cuando la voz pib, para designar al ‘tamal de día de muertos’ comenzó a popularizarse entre hispanohablantes, hasta llegar a la actualidad, donde la palabra píib usualmente trae a la mente el alimento, y no tanto al lugar de cocción (horno) ni al verbo (aunque las personas cultas si conocen los dos significados). Como se verá a continuación, algunas fuentes prehispánicas de hace más de 1,300 años también registran la palabra pib, pero en otros contextos.

Los píibil waaj envueltos. Imagen tomada de redes sociales.

El término pib(nah) en las inscripciones clásicas mayas (600-700 d.C.)

Tenemos por lo menos dos ciudades con inscripciones jeroglíficas donde se mencionan los antecedentes de las palabras coloniales y actuales ya revisadas y las inscripciones datan de la segunda mitad del siglo 7[7]. En Palenque (Chiapas), en las inscripciones del Templo de la Cruz, del Templo de la Cruz Foliada y en el “Altar del cráneo” se menciona el recinto interior de los primeros dos edificios como el pibnah o pibnahil de los dioses del gobernante K’inich Kan Bahlam, en los años 684 y 692. La lectura de la sección es clara: u-pi-bi-NAH-li, que se transcribe u pibnahil y se traduce como ‘es el templo de baño de vapor de…[los dioses]’ (ver Imagen 3).

Imagen 3. Sección de la alfarda del Templo de la Cruz Foliada (Palenque). Se señala el cartucho con la lectura u pibnahil. Dibujo de L. Schele, tomado de FAMSI.

En el último monumento se menciona incluso una entrada de fuego, och-k’ahk’ hacia el pibnah de una deidad de la muerte. Es claro que en estos ejemplos la palabra pib refiere a ‘horno’ (no necesariamente subterráneo) o incluso a ‘asar/calentar’ y que la palabra nah refiere al ‘edificio/templo’. La traducción literal de pibnah sería ‘edificio-horno’, pero se debe interpretar como ‘templo para baño de vapor’ o bien, ‘(edificio) temazcal’. Esto ha llevado a que autores como Houston (1996) y Bernal (2011) afirmen que dichos recintos eran una especie de temazcales simbólicos relacionados más que nada con las tres deidades principales de Palenque. Posiblemente el significado original de pib tenía que ver únicamente con ‘calentar con fuego (en espacios cerrados)’ y estaba relacionado con recintos pequeños construidos dentro de estructuras más grandes, y no necesariamente con ‘calentar/asar en espacios subterráneos’. En maya clásico tal vez se leyó como pihb[8].

El segundo ejemplo que tenemos, desgraciadamente con menos contexto, se encuentra en el Monumento 6 de la ciudad de Tortuguero (Tabasco). Una sección menciona la dedicación, ocurrida en el 510 d.C. del pibnah del personaje Ahkul K’uk’. La transliteración es u-pi-bi-NAH, que se transcribe u pibnah(il) y se traduce como ‘…el temazcal (de Ahkul K’uk’…)’ (ver Imagen 4). Aunque el contexto es obscuro, es probable que el nombre del temazcal haya sido Nah k’anjal y es llamativo que esta acción ocurriera en una fecha 8 Chuwen, en otros calendarios mayas, 8 Ba’atz’[9]. Es valioso mencionar que hoy en día, esta fecha en la cuenta chol q’ij de algunos pueblos mayas, marca el comienzo del “año nuevo”. Posiblemente el ejemplo de Tortuguero sea el antecedente de este tipo de celebraciones y tal vez el pibnah se relacionó con el comienzo o cierre de ciclos calendáricos importantes y con el uso de baños de vapor, para rituales de purificación-renovación. Pero estos son tópicos más específicos en los que se debe profundizar aún más.  

Imagen 4. Sección del Monumento 6 de Tortuguero, con la parte que se lee u pibnah a la izquierda. Dibujo de S. Gronemeyer (de Gronemeyer y MacLeod 2010).

Con los ejemplos ya revisados, queda claro que pib o pihb, en fechas próximas al 650 d.C. y en las inscripciones de la región de Palenque y Tortuguero (occidente del área maya) tenía el significado de ‘calentar/asar con fuego en espacios cerrados’. Se usaba junto con la palabra nah ‘edificio, templo’, para formar el término compuesto pibnah, que se puede traducir como ‘templo de vapor’, ‘edificio para baño (de vapor)’ o bien, ‘temazcal’.  

Comentarios finales

En este breve recorrido lingüístico se han revisado las variaciones en el significado que la palabra pib ha tenido a lo largo del tiempo. Si bien sus significados coloniales nos revelan que hacía referencia al horno subterráneo, al temazcal y a las acciones relacionadas con estos lugares, hoy en día la palabra se usa por los hablantes de español yucateco (y mexicano) como sustituto de pílbil waaj. Es decir, píib ha pasado de ser ‘lo horneado bajo tierra’ a ser ‘el tamal horneado (del día de finados)’. Los mayahablantes de la península aún entienden a la perfección términos como píib o píibil y su relación con las diferentes comidas. Los diversos contextos del uso de la palabra, entre éstos y los no mayahablantes, enriquecen aún más la historia de la voz y lengua maya.

Queda pendiente profundizar más en el estudio de la palabra y sus contextos. Sería interesante indagar por qué esta palabra solo se conservó en las cuatro lenguas pertenecientes al grupo yucatecano. Hace falta un estudio del desarrollo de términos como pibipollo (más usado en Campeche), mucbilpollo y las diferentes formas de cocinar en el pib que han existido desde tiempos coloniales o prehispánicos. Vale mencionar que se ha propuesto la existencia arqueológica del píib para cocinar en el área maya y también se conoce la existencia de temazcales arqueológicos prehispánicos (ver bibliografía). Esta palabra, que se ha usado ininterrumpidamente en varios contextos durante más de 1,300 años, aún tiene mucho que decirnos.  

An Alaskan in Yucatán: Hanal Pixan, "Comida de Muertos"
El píib moderno. Foto tomada del blog An alaskan in Yucatán.

ANEXO. Frases y términos relacionados con el píib~piib~pib a través de la historia. Se incluyen del maya yucateco colonial (Acuña 1993 y 2001) y del maya yucateco actual (Barrera y otros 1980, Bricker y otros 1998, INEA 1998, ALMY 2007). ¡Ojo! La ortografía de las fuentes es variada. Algunas dicciones aún merecen un análisis etimológico profundo.

Pib tex ah tzoo ‘asad así el gallo de papada’
Oppem oppem in pib kum ‘muy asadas están mis calabazas’
Ticin pib ‘asar debajo de la tierra, o cocer sin caldo ni agua’
Ticin pib tex ceh ‘asad el venado así’
Ticin pib bil; ticin pibaan asado así
Ticin pib tabal -pasivo [del verbo]-
U pib ah al; u pibil ah al ancil ‘baño de parida’
Pib ba u cibah, ca tohni yol ‘bañóse en un baño así y sanó’
Piban; pib tahan ‘bañado así’
Pan ex pibil ‘haced así el horno’
Zac pib och ‘zorrillos grandes y blancos, que traen los hijos en una bolsilla en la barriga’
Pan pib ‘pecar con parturienta’
U panah bin u pibil Juan ‘dicen que pecó Juan con su mujer parturienta’
U maak píib ‘tapa del horno subterráneo (hecha de hojas de diversos árboles)’
Píibil bak’ carne asada en horno subterráneo
Píib u joolil lu’um tu’ux ku tak’ankunsa’al ba’al utia’al jaantbil. Bey u ya’alal tu’ux kuk mu’ukul bak’ yéetel waaj utia’al tak’ankunbil
Jaaleb: u k’aaba’ juntúul ba’alche’ kajakbal ich k’áax bey miise’, píibil u jaanta’al

Ts’a u si’intunil le’ píibo’ – ponle piedras al pib [horno]
Jáale’ex le’ píibo’ – desentierren el pib [alimento]
yan u píib in taata bejla’e’: mi papá tiene que hacer pibes hoy
In suku’une’ táan u píibtik bu’ul: ‘mi hermano está haciendo pib de frijol’
Pedroe’ tu píibtaj iib: ‘Pedro hizo pib de ibes’
píibt le kaaxo’: ‘haz pib de gallina’.
nojoch le píib tu beetajo’obo’: ‘es grande el hoyo que hicieron en la tierra para el pib’
píib ken k jaant bejla’e’: ‘hoy vamos a comer pib’.
Pibil k’éek’en ‘baked pork’
píibil iis ‘baked sweet potato’
píibil bu’ul ‘baked beans’
píibil k’óol ‘baked sauce’
píibil nal ‘roasted corn’
tu síiskuntaj in píib ‘ella enfrió mi horno’ ‘(mujer embarazada que se acercó al horno)’

NOTAS

[1] La ortografía colonial para el maya yucateco varía con respecto a la ortografía actual. Las equivalencias son: c=k, k= k’; h=j, th=t’, dz=ts’, tz’=ts’, tz=ts, u=w (antes de vocal). Las vocales rearticuladas se representan con vocal doble. En todas las palabras mayas la x=sh del español mexicano. ¡En ningún caso la -h- es muda! En este texto, las palabras en lengua maya se presentan en cursivas y sus traducciones, entre comillas simples ‘ ‘ .

[2]  Pib, como verbo, hace uso de los sufijos tah y te.

[3] El participio en español sirve para expresar la forma de un verbo que se ha completado, normalmente con la terminación -ado, -ido. En el término compuesto pib-bil, la -b- de pib, se asimila con la primera -b- del sufijo -bil, dando lugar a pibil (no se pronuncia pib bil, aunque algunas fuentes coloniales así lo recopilaron).

[4] Muchas enfermedades del cuerpo humano se describen en los textos coloniales mayas como relacionadas con el calor del cuerpo humano, o bien, como una afectación relacionada con algún tipo de “calor” a veces generada por factores externos.

[5] El proceso de omitir la -b- al final de la palabra se llama síncopa.

[6] El proceso de omitir la -b- en la pronunciación se llama elisión. La forma píi’~pii’ también es común en Campeche.

**La referencia de Stephens fue agregada el 26-oct-20 (ver bibliografía).

[7] La escritura jeroglífica maya se desarrolló principalmente en las Tierras bajas mayas y refleja un idioma de filiación ch’olana, relacionado principalmente con el ch’olti’, ch’orti’, ch’ol y chontal. El sistema de escritura consta principalmente de dos tipos de signos: silabogramas, que representan sílabas y logogramas, que representan palabras. En la transliteración (escribir lo que aparece con los signos, tal cual), los silabogramas se escriben con minúsculas y los logogramas con mayúsculas, ambos en negritas. En la transcripción (escribir como se debe leer el texto), las palabras van en minúsculas y en cursivas, sin negritas. Por cuestiones de fluidez para el lector, no represento aquí lo fonemas reconstruidos, normalmente puestos entre corchetes [ ]. En los ejemplos, los signos u, pi, bi y li son silabogramas, el signo NAH es un logograma.

[8] La palabra solo sobrevivió en lenguas del grupo maya yucateco. Aunque la reconstrucción de la -h- aspirada glotal preconsonántica en maya clásico es viable, no contamos con ejemplos de lenguas ch’olano-tzeltalanas como pijb~pihb como equivalentes de píib. La forma proto-yucatecana debió ser *pihb. Es posible el tono de la vocal-íi- sirviera para desarrollar un verbo (asar, píib), a partir de un sustantivo (horno, piib).

[9] La cuenta chol q’ij es la conocida como tzolk’in en maya yucateco. Es un conteo calendárico que combina 13 numerales y 20 signos de días, con sus respectivos augurios.

BIBLIOGRAFÍA (usada y recomendada)

Academia de la Lengua Maya de Yucatán (ALMY)
-2003 Diccionario maya popular. Academia de la Lengua Maya de Yucatán, A.C., Mérida, Yucatán, ALMY.

Acuña, René (ed.)
-1993 Bocabulario de Maya Than. México, D.F., UNAM.
-2001 Calepino Maya de Motul. Plaza y Valdez, México.

Arzápalo Marín, Ramón (ed.)
-1987 El Ritual de los Bacabes. Edición facsimilar con transcripción rítmica, traducción, notas, índice, glosario y cómputos estadísticas (Fuentes para el estudio de la cultura maya, 5). UNAM, México.

Barrera Vásquez, Alfredo (dir.)
-1980 Diccionario Maya Cordemex. México: Ediciones Cordemex.

Bernal Romero, Guillermo
-2011 El Señorío de Palenque durante la Era de K’inich Janaahb’ Pakal y K’inich Kan B’ahlam (615-702 d.C.). Tesis Doctoral, México: UNAM, FFyL.

Bricker, Victoria, Eleuterio Poot Yah y Ofelia Dzul
-1998 A Dictionary of the Maya Language As Spoken in Hocabá, Yucatán. Salt Lake City: The University of Utah Press.

Brinton, Daniel G.
-1883 “The Folk-Lore of Yucatan”. En: «The Folk-Lore Journal, Vol. 1, No. 8 (Aug. 1883), pp. 244-256

Clarke, Mary, Ashley E. Sharpe, Elizabeth M. Hannigan, Megan E. Carden, Gabriella Velásquez Luna, Boris Beltrán & Heather Hurst
-2020 Revisiting the Past: Material Negotiations between the Classic Maya and an Entombed Sweat Bath at Xultun, Guatemala. Cambridge Archaeological Journal.

Dixon [LePlongeon], Alice
-1885 The new and old in Yucatan. Harper’s Magazine, 70:372–386.

Edmonson, Munro S.
-1982 The Ancient Future of the Itza: The Book of Chilam Balam of Tizimin, University of Texas Press, USA.
-1986 Heaven Born Merida and Its Destiny: The Book of Chilam Balam of Chumayel. University of Texas Press, Austin.

FAMSI (Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies, Inc.)
-2020 Copyrighted drawings by Linda Schele.

Gronemeyer, Sven
-2006 The Maya Site of Tortuguero, Tabasco, Mexico: Its History and Inscriptions (AMA, 17). Verlag Anton Saurwein, Markt Schwaben.
-2016 “The Linguistics of Toponymy in Maya Hieroglyphic Writing”. En: Places of Power and Memory in Mesoamerica’s Past and Present. How Sites, Toponyms and Landscapes. Shape History and Remembrance. Daniel Graña (ed.). Berlin: Ibero-Amerikanisches Institut. pp.85-122.

Gronemeyer, Sven y Barbara McLeod
-2010 “What Could Happen in 2012: A Re-Analysis of the 13-Bak’tun Prophecy on Tortuguero Monument 6”. Wayeb Notes Number 34.

Grube, Nikolai, Simon Martin y Marc Zender
-2002 Palenque and its Neighbors. In: Grube, Nikolai (ed.): Notebook for the XXVIth Maya Hieroglyphic Forum at Texas, pp. 1-66. Austin: University of Texas.

Güémez Pineda, Miguel
-2011 Diccionario del español yucateco. Universidad Autónoma de Yucatán.

Hofling, Charles A.
-2011 Mopán Maya-Spanish-English Dictionary / Diccionario maya mopan-español-inglés. University of Utah Press, Salt Lake City.
-2014 Lacandon Maya-Spanish-English dictionary. The University of Utah Press, Salt Lake City.

Hofling, Charles, y Francisco Fernando Tesucún
-1997 Itzaj Maya – Spanish – English Dictionary. University of Utah Press, Salt Lake City.

Houston, Stephen D.
-1996 Symbolic Sweat baths of the Maya; Architectural Meaning in the Cross Group at Palenque, Mexico. Latin American Antiquity 7(2): 132-151.

Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA)
-1998 Diccionario bilingüe maya-español-maya. México, D.F.

Kennedy, Diana
-2004 Cocina Esencial De Mexico / Essential Cooking of Mexico. Plaza & Janes Editories, S.A.

Olson, Marc
-2009 Hanal Pixan, «Comida de Muertos». En An Alaskan in Yucatán, blog https://marcoyucatan.blogspot.com/2009/11/hanal-pixan-comida-de-muertos.html

Pacheco Cruz, Santiago
-1946 Cosas del terruño, cuentos, historietas, leyendas i chismografías regionales. Pluma y lápiz, s.a. Mérida, Yucatán, Méjico.
-1947 Usos, Costumbres, Religión i Supersticiones de Los Mayas. Mérida, Yucatán, Méjico.
-1969 Hahil tzolbichunil t’an mayab / Verdadero diccionario de la lengua maya. Mérida, Yucatán, Méjico.

Ramos I Duarte, Feliz
-1898 Diccionario de Mejicanismos. Colección de locuciones i frases viciosas. Segunda edición. Herrero Hermanos, editores. México.

Redfield, Robert, y Alfonso Villa Rojas
-1934 Chan Kom: A Maya Village. University of Chicago Press.

Salazar, Carmen, Daniel Zizumbo-Villarreal, Stephen B. Brush,Y Patricia Colunga-Garcíamarín
-2012 Earth Ovens (Píib) in the Maya Lowlands: Ethnobotanical Data Supporting Early Use. Economic Botany, 66(3), 2012, pp. 285–297.

Simms, Stephanie R., Francesco Berna, George J. Bey III
-2013 A prehispanic Maya pit oven? Microanalysis of fired clay balls from the Puuc region, Yucatán, Mexico. Journal of Archaeological Science 40, 1144-1157.

Smailus, Ortwin
-1989 Gramática del Maya Yucateco colonial. Wayasbah, Hamburgo.

Stephens, John L.
-1843 Incidents of travel in Yucatan. Vol. 1. London, W. Clowes and sons, 14, Charing Cross.

Terán, Silvia y Christian Rassmussen
-1994 La milpa de los mayas: agricultura de los mayas prehispánicos y actuales en el noroeste de Yucatán, Gobierno del Estado de Yucatán, Mérida.

Villa Rojas, Alfonso
-1978 Los elegidos de Dios: etnografía de los mayas de Quintana Roo. Instituto Nacional Indigenista, México.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

CONTACTO
Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _