Observaciones acerca de los nombres y apellidos de origen maya (SEGUNDA parte)

por William H. Mex

«-Yáabilkunt a k’aaba, wa leti’e’ ku tal ich u chun u máasewal k’aaba’, baylili’e’ ti’al ma’ mans a kuxtal chéen ich u loxil yéetel u chikul a wich. Junp’éel wíinik ku tal ich u chuunil máasewale’, wa ma’ ku k’ajóolt u pixan wo’ojil ti’ u chunil u k’aaba’, jóojoch u wíinklil. Wa ma’ k’aasik tuláakale ba’aj kin wa’ik tech, maake táan in wa’ik bix anik u pixane’, je’ u suutkuba’ bey junp’éel nojoch káat tu chúupule’ yéetel je’ ba’axake’, je’elo’ tuune’, la’e’ ba’aj jóojochil je’ u páajtal u chúupu’ yéetel u ta’ mis ti’ junp’éel túukul, ma’ u ti’ali’, bey xan je’ bin u p’eentakaj tumene’ tuukula’ – »[1]

➜Esta es la segunda parte del ensayo sobre los nombres y apellidos mayas publicada en este blog, el enlace para la primera parte la puedes encontrar al final del texto. Revisado: febrero de 2023

Los nombres y apellidos mayas del período Colonial a la actualidad

El período Colonial (1697-1821) estuvo marcado en un principio por un programa misionero que contemplaba la conversión de los nativos al cristianismo mediante bautizos masivos, también se buscaba desarraigar sus creencias, conformar pueblos con cabildo e iglesia y disminuir la cantidad de nativos fugitivos y gentiles [2]. En esa época hicieron presencia ciertos intentos de integración de poblaciones que no tomaban en cuenta el grado de cohesión social y que a la larga dieron lugar a nuevas fragmentaciones. Sin embargo, y de manera general, la lengua castellana tuvo poco impacto sobre la lengua maya, y se puede hablar tanto de hispanización como de mayanización, ya que en varios casos el maya era la primera lengua entre los nacidos en cualquier casta. Sobre todo, fueron las elites mayas quienes adoptaron aspectos culturales españoles por conveniencia [3].

En los documentos de la época, se hizo común el uso de palabras como yuum (señor, amo) que era un título con el que se designaba a los batabes y maestros cantores, e igualmente se hizo común que varios personajes mayas se vincularan histórica y convenientemente con ciudades como Mayapán, por cuestiones de prestigio. Así mismo, en estos documentos, los designados como indios siempre llevaban apellido maya, con excepción de los indios hidalgos [4]. Lo más común fue que los apelativos mayas fuesen cambiados por los apellidos de misioneros, encomenderos, o dueños de esclavos y, en los seminarios, quienes fundaban las becas eran quienes les daban el apellido a sus tutelados [5].

Debido a la influencia de las instituciones castellanas, no hay evidencia del uso del nombre de madre en los registros coloniales, si bien es posible que hasta cercano el siglo diecinueve la práctica de llevar un nombre materno (en este caso, después del paterno y como segundo apellido) se haya vuelto común de nuevo. En la mayoría de los casos hubo una tendencia a retener los patronímicos, como un reflejo de la identidad en común que compartían los grupos mayas, con una escasa adopción de apellidos castellanos. De la misma manera, se preferían nombres que tuvieran contrapartes femeninas (por ejemplo, Bernardino- Bernardina) y algunos nombres se mayanizaban, por ejemplo: XPab, Antoyo (Antonio), Bicto (Victor), Calos (Carlos), Pelip (Felipe) [6]. En documentos oficiales referentes a propiedades o tierras, algunos mayas usaban con facilidad sus nombres precristianos (es decir, con su nombre de madre primero) olvidándose del nombre castellano. En el caso de la península de Yucatán, también es probable que el uso de apodos haya sobrevivido – aunque de diferente manera – hasta la época actual [7].  

Durante el mismo período, entre los pueblos de la montaña de la península de Yucatán se observa mayor diversificación de apelativos (patronímicos, aunque también los que podrían ser matronímicos), lo que da un menor número de individuos por linaje, destacando por cantidad los Chan, May, Euan, Mo, Canul y Canché [8]. El uso de apellidos también sirve como medio de legitimación y para resaltar la importancia de un linaje (que implica parentesco y vínculo político). Por ejemplo, en un documento del siglo diecisiete, Don Juan Chan afirma que su esposa María Tzeh, descendía de Fernando Tzeh, quien era descendiente del linaje de Kauac Op Tzeh, de la ciudad de Mayapán [9]. Hay ejemplos en dónde los mayas rebeldes (bautizados) usaban su nombre al estilo prehispánico (con su nombre de madre primero) cuando respondían a las cartas de los eclesiásticos reductores, lo que indicaría un intento de marcar su frontera étnica [10].

Otro rasgo para resaltar es que ciertos nombres o apellidos se asociaban con determinadas áreas de la península: Canul al norponiente, Cupul al suroriente y los Pech en la provincia de Cehpech. Hoy en día ciertos apellidos aparecen por regiones o comunidades: Pat y Cimé en Chan Kom; Ay y Tuz en Ek Balam; Dzul Baas, Cahum y Pomol en Hunukú [11]. La inclusión de un nombre castellano en el apelativo indígena (borrando el nombre de la madre), la transformación del “nombre de padre” en lo que hoy en día llamamos apellido[12], y el cambio total de apellido maya por un apellido castellano han sido acciones llevadas a cabo desde principios de la época Colonial, pero que han sido más notorias en los últimos doscientos años.

En la época actual (principios del siglo veinte y años treinta) otro cambio ha ocurrido con el apellido maya: la castellanización del apellido o bien, la traducción de este al español. Casos conocidos son los de los apellidos Che (traducido Madera), Ek (como Estrella), Chel (Rubio), Dzul (Caballero, aunque originalmente ‘extranjero, foráneo’), Uh (Luna) y Caamal, Matu y Tamay castellanizados como Cámara, Matos y Tamayo. Otros apellidos se modifican adaptándolos a la morfología del idioma castellano[13]. Si bien se ha convertido en una práctica poco común, el apellido indígena ha pasado a ser sinónimo de estigma étnico [14]. La traducción parece buscar “transferir las connotaciones positivas de un apellido castellano”, algo que también se intenta mediante los matrimonios estratégicos con personas de apellido no maya, lo que en ocasiones se suele llamar “blanqueamiento” y lleva a la vez a un desprecio por la piel de color oscuro y a una visión entre ciertas partes de la sociedad yucateca de que la pobreza y el apellido maya tienen que estar inevitablemente vinculados [15]. También es común escuchar decir en diversas partes del área maya en general, que un apellido maya “suena feo” y escuchar el uso despectivo de palabras como “macehual” o “indio” para las personas que tienen apellidos mayas [16]. Esto ha influido, principalmente en épocas recientes, a que la estigmatización del apellido de origen maya continúe.

Hacia una metodología para el estudio del significado del nombre maya, desde la época prehispánica hasta la época actual

Con base en lo ya expuesto, queda claro que tanto la manera de nombrarse como los significados de los nombres y apellidos mayas, han sufrido cambios en diferentes épocas y lugares. En un estudio previo, se ha propuesto que un título prehispánico como Bahkab (Bacab), pudo pasar a formar parte del nombre de deidades para después pasar a usarse como apellido, pero sin conservar el significado, ni siquiera en fuentes coloniales [17]. Otras palabras usadas como apellido, por ejemplo, Balam (báalam ‘jaguar’), han conservado su significado, si bien parte el simbolismo prehispánico relacionado con la palabra se perdió desde hace tiempo, y otras como Chan, son de origen más complicado, pudiendo significar tanto ‘serpiente’, como ‘cielo’.

Los pasos aquí expuestos tienen como objetivo enfocar y organizar la investigación del nombre personal maya de forma precisa, completa y sistematizada con miras a profundizar en su significado y simbolismo. Esta metodología también se puede aplicar para investigar nombres de animales, seres sobrenaturales y de lugares. Está basada parcialmente en los seis puntos que Brito (1981) propone para el estudio de los toponímicos mayas, si bien aquí se parte del estudio de la escritura jeroglífica maya, tomando en cuenta un contexto más amplio.

1.- Para la identificación de un nombre prehispánico, se debe localizar primeramente la frase nominal, que identifica a seres humanos o sobrehumanos, y puede incluir nombres personales, títulos, oficios y nombres de lugar [18]. Esto se hace por medio del método estructural, buscando patrones de la lengua maya en las inscripciones (es decir, la sintaxis), y aislando fechas, verbos, objetos, sujetos y nombres de lugar, aunque no sea posible dar una lectura fonética en un principio [19]. Este trabajo se complementa con el método fonético, que proporciona lecturas más precisas [20].

2.- En el período Clásico, con excepción de los nombres de dioses, algunos wahy y algunos nombres de lugar, los nombres personales no se pueden constituir por una sola palabra, e incluyen como mínimo un adjetivo y un sustantivo [21]. Se incluyen principalmente nombres de animales, de dioses, y en menor medida, de objetos; igualmente hay una diferenciación en la conformación de nombres, según sea la región oeste o este del área maya [22]. Por lo tanto, se debe esperar encontrar diferencias entre los nombres y apellidos en la época colonial y en la época actual, dependiendo de cada región, dentro de la zona maya.

3.- La interpretación de cada palabra perteneciente a la frase nominal debe ser sencilla y lógica, tomando en cuenta el contexto de la época en que se sitúe el estudio. Por ejemplo, si se sabe que en las lenguas mayas el adjetivo se ubica antes que el sustantivo y que el orden de una oración es de forma común VOS (verbo-objeto-sujeto), entonces, este será el orden más común encontrado en las inscripciones clásicas y en los documentos coloniales [23]. También se debe tomar en cuenta que partes de la frase nominal pueden cambiar su lugar en la oración, o incluso no usarse, debiendo estos cambios en el orden considerarse como posibles marcadores de filiación lingüística [24].

4.- Las lenguas mayas se puede clasificar en clásicas, posclásicas, coloniales y modernas, y en cada período hay palabras o términos que pudieron o no sobrevivir en épocas posteriores. Hay que considerar tanto la variación lingüística como la variación dialectal, ya detectada desde el período Clásico [25]. Aún dentro de un área conservadora como la maya peninsular, si se quiere saber el significado de un nombre, es necesario tomar en cuenta otras lenguas mayas, como bien advertía Alfredo Barrera Vázquez hace más de 50 años: “ha sido un error tomar el maya de Yucatán como el único que nos pudiera dar el significado de todos los nombres relacionados con la religión y otros aspectos de la cultura maya peninsular” [26].

5.- Se debe considerar la posibilidad de encontrar palabras de otras lenguas mesoamericanas en las inscripciones prehispánicas y en los textos coloniales. Ya desde hace tiempo ha sido posible identificar influencias – principalmente de la lengua mixe-zoque, del nahua y posiblemente del zapoteco y del totonaco -, tanto en las inscripciones, como en las lenguas mayas actuales [27]. En la época colonial, hay buenos ejemplos de influencia nahuatl en los libros Chilam Balam [28]. En dado caso, la transparencia morfológica, la reconstructibilidad y las anomalías fonológicas y gramaticales deben tomarse en cuenta para saber cuál es el idioma que dio origen a una palabra [29]. No debe sorprendernos si llegaran a aparecer palabras cuya etimología es imposible de analizar, o cuyo significado se ha perdido para siempre.

6.- Hay evidencia de que ciertos nombres de personas, de dioses o de lugares han sobrevivido desde la época prehispánica hasta la actualidad, si bien esto no quiere decir que su significado o simbolismo también se haya mantenido. Tanto los nombres de Jun Witzil Chahk, que aparece en un dintel de Yaxchilán, de K’ahk’ u Pakal y de Jun Pik Tok’ personajes de Chichén Itzá, son mencionados en fuentes etnohistóricas o etnográficas posteriores [30]. Los nombres de algunos dioses recopilados en las etnografías actuales tienen claramente un equivalente Clásico [31]. Nombres de lugar como los de Ek Balam, Calcehtok y Acanceh también aparecen en inscripciones del norte de Yucatán, si bien su significado ha variado o se ha perdido parcialmente [32]. Dado que varios nombres de persona o lugar tienen raíces mitológicas, en ocasiones será necesario profundizar en la mitología de los pueblos mayas y mesoamericanos, tanto prehispánicos como actuales [33].

7.- Se deben tomar en cuenta las distintas formas de organización de la sociedad maya durante diferentes épocas, ya sea como ciudades estado o “superestados”, o como cacicazgos, chibales o cuchcabales e indagar en como estas formas afectaron la elección o imposición de un nombre hacia el individuo o hacia el grupo de personas [34]. También hay que analizar el prestigio que tuvo o se le atribuyó a un nombre y el efecto de este en las redacciones históricas. Algunos casos de aislamiento o de contacto entre grupos mayas y no mayas provocaban cambios en la forma de nombrarse, pudiendo identificarse áreas más conservadoras, o bien movimientos de revitalización [35]. Para el período actual, es de fundamental importancia analizar prácticas que afectan la imposición de nombres y apellidos, como los bautizos y bodas [36].

8.- Como complemento del punto anterior, es necesario cuestionar y revisar los trabajos más antiguos acerca del tema, a la luz de las nuevas investigaciones arqueológicas, históricas o antropológicas. Es probable que, al trabajar con una cantidad mayor de información, la interpretación y el conocimiento generado tendrá una base más sólida y fidedigna. La información histórica referente a la presencia de grupos étnicos en un área determinada, o bien la existencia de linajes y clanes debe ser contrastada en lo posible con los datos arqueológicos [37]. El hecho de encontrar datos alterados, falsos o fantásticos en los registros, no indica que no se pueda confiar en los escritos de los nativos, más bien nos dice mucho acerca de sus intenciones y de su contexto histórico [38].

Observaciones finales

El acercamiento al estudio del significado o simbolismo del nombre, cuando este pertenece a la persona, a un lugar o a alguna entidad sobrenatural, se puede ver como un intento de reforzar la identidad de una persona o grupo humano o bien como un movimiento de revitalización con vistas a lograr otros objetivos. El conocimiento generado por estudios como este se puede usar para restarle valor a las prácticas discriminatorias y racistas de ciertas sociedades, como la yucateca. No cabe duda de que este tipo de prácticas son producto de la ignorancia, por ejemplo, de toda la historia y gama de significados que puede rodear una apalabra (en este caso, un nombre o un apellido).

En otras partes del país se han llevado a cabo estudios que de una u otra forma buscan reinterpretar los nombres prehispánicos. Por ejemplo, Tena (2012) ha propuesto traducir los nombres nahuas de Cuitlahua como ‘Dueño de excremento’ (en vez de ‘excremento divino’ o ‘dueño de oro/ plata’) y de Tetlepanquetza como ‘Él pone a la gente sobre el fuego’, (sin relación con la palabra quetzal), analizando datos históricos acerca de la sociedad mexica. En todos los casos es necesario tomar en cuenta un contexto más amplio.

La gran cantidad de trabajos que se han estado produciendo en el ámbito epigráfico no tienen – en su mayoría – el objetivo de vincular el pasado prehispánico con las cuestiones étnicas o identitarias actuales, mucho menos tienen como finalidad el que sean leídos por los mayahablantes de hoy en día. Sin embargo, ha existido interés por parte de las personas del ámbito académico de compartir, aceptar o al menos considerar la información tratada en estos textos y de evaluar sus metodologías. Propuestas como esta pueden contribuir a ampliar los horizontes de trabajo y estudio, con el propósito de fortalecer a largo plazo la cultura y lengua maya.

Signos de la escritura jeroglífica maya relacionados con los apellidos mayas actuales: 1 Bahlam jaguar, 2 Chan / Kan cielo, firmamento 3 Ek’ estrella, astro, 4 K’uh deidad, dios, 5 Kab / Chab tierra, territorio, 6 Kan / Chan culebra, serpiente, víbora, 7 May pezuña, 8 Tun piedra, roca. Dibujos de ©️ William Mex (formas estándar).

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Última modificación: diciembre de 2022. La primera parte del ensayo la puedes leer aquí: https://wp.me/pbXGfE-yC

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _


NOTAS

[1] «Ama tu nombre, sobre todo si éste es de origen indio, para que no vivas en constante lucha con tu identidad. Un hombre de origen indígena, si desconoce el alfabeto espiritual de los orígenes de su nombre, es un hombre vacío y está expuesto a que se convierta en recipiente disponible al que se le puede llenar de cualquier cosa; luego entonces, esa oquedad puede que sea llenada con los desperdicios de un pensamiento, que no de él, y que acabará sometiéndolo». (Jorge Miguel Cocom Pech 2014:24 y 25)

[2] (Bracamonte 2001:60 y 61)

[3] (Farris 2012:138 y 154)

[4] (Farris 2012:306, nota 9 y 316)

[5] (Ruiz 1982)

[6] En algunos nombres se refleja el cambio u omisión de letras como la d, f, g, r que no existen en maya peninsular. En otros casos, se omiten las sílabas en los nombres que tienen dos vocales juntas.

[7] (Restall 1997:41-50)

[8] (Bracamonte 2001:137 y 367)

[9] Nótese la semejanza con la palabra Cauac (Kawak), que es el nombre de un día del calendario maya.

[10] (Bracamonte 2001:159 y 306). Este tipo de acciones son parecidas a lo expuesto en el párrafo anterior, en el trabajo de Restall.

[11] (Quintal 2005:197)

[12] Con lo ya expuesto, queda claro que el concepto de nombre y apellido tal y como lo conocemos actualmente era inexistente en la época prehispánica.

[13] Acciones descritas como prácticas de “tránsito étnico”, de “ocultamiento étnico” o de “ocultamiento de ascendencia maya”.

[14] (Quintal 2001:158; Quintal 2005:298)

[15] (Iturriaga 2011:28, 87 y 207)

[16] (Gabbert 2001:270). Ver Iturriaga 2011, para un análisis del racismo y los apellidos de origen maya en el Yucatán actual y Guzmán 2013, para un estudio sobre lengua, identidad y apellidos.

[17] (Mex 2016)

[18] (ver Lacadena 2000)

[19] (ver Proskouriakoff 1960)

[20] (ver Knorozov 1956)

[21] (ver Grube 2002)

[22] (ver Colas 2004)

[23] (ver Bricker 1986, England 1996)

[24] (ver Lacadena 1998)

[25] (ver Lacadena y Wichmann 2002, Rodríguez 2011)

[26] (citado en Brito 1981:35)

[27] (ver Boot 2009, Pallán y Meléndez 2005)

[28] (ver, Barrea y Rendón 1948)

[29] (ver Justeson et.al.1985)

[30] (Grube y Krochok 2007) (Stuart 1987)

[31] (ver García 2008)

[32] (Graña-Behrens 2006). Por ejemplo, es común que se refiera a Ek Balam (Ek’ Bahlam con ortografía del maya jeroglífico) como “Jaguar negro”, cuando según el registro epigráfico debe ser “Jaguar Estrella”, aunque en la etnografía también está atestiguado como “Lucero Jaguar”. De igual manera con Acanceh (Ahkan Kehj en ortografía del maya jeroglífico), traducido tradicionalmente como “Gemido de venado”, es más factible una traducción como “Venado Ahkan”.

[33] (ver García et.al. 2005, Tokovinine 2014)

[34] (Ver Martin y Grube 2008; ver Farriss 2012, Restall 1997)

[35] (ver Bracamonte 2001)

[36] (ver Kurjack et.al. 2001)

[37] (ver Cobos 2013)

[38] (ver Lacadena y Ciudad 2009)

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (de las dos partes del ensayo)


Barba, Beatriz
-1990 Sobre los cuatro nombres de los mayas. En A. Cardós (Ed.) La época clásica, nuevos hallazgos, nuevas ideas. México, D.F. University of Texas.

Barrera Vásquez, Alfredo y Silvia Rendón
-1972 El libro de los libros de Chilam Balam. México, D.F. FCE.

Becerra, Marcos
-1985 Nombres geográficos indígenas del estado de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez, Talleres tipográficos del gobierno del estado.

Benítez, José
-2000 Los apellidos indígenas en Petén. En XIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1999 Ed. por J.P. Laporte, H. Escobedo, B. Arroyo y A.C. de Suasnávar, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Boot, Erik
-2009 Loanwords, «foreign words,» and foreign signs in maya writing. En: The Idea of Writing: Play and Complexity. Ed. por A. Voogt e I. Finkel, Leiden: Brill.

Bracamonte y Sosa, Pedro
-2001 La conquista inconclusa de Yucatán: los mayas de las montañas, 1560-1680. Mérida, Yucatán, CIESAS.

Bricker, Victoria
-1986 A Grammar of Mayan Hieroglyphs. Middle American Research Institute, Tulane University.

Brito Sansores, William
-1981 La escritura de los Mayas: Jeroglíficos, Chilam Balames y Toponímicos. Mérida, Yucatán, Manuel Porrúa.

Campbell, Lyle
-1988 The Linguistics of Southeast Chiapas. Papers of the New World Archaeological Foundation, 51. Provo, Utah.

Cobos, Rafael
-2013 Presencia histórica de Itzáes, Putunes y Toltecas en las tierras bajas mayas a fines del Clásico y Posclásico. En A. Cucina, editor. Afinidades Biológicas y Dinámicas Poblacionales entre los Antiguos Mayas, una Visión Multidisciplinaria. Mérida, México: Ediciones de la UADY.

Coe, Michael D.
-1995 El desciframiento de los glifos mayas. México: Fondo de Cultura Económica.

Colas, Pierre Robert
-2003 Kinich and King. Naming self among classic maya rulers. Ancient Mesoamerica 14.

Colas, Pierre Robert
-2004 Personal names: a diacritical marker of ethnic boundary among the classic maya. En F. Sachse (Ed.) Maya ethnicity. The construction of ethnic identity from preclassic to modern times. Bonn, Markt Schwaben: Saurwein.

Carrasco, Pedro
-1964 Los nombres de persona en la Guatemala antigua. Estudios de cultura maya num. 4.

Castañeda, Quetzil
-2002 Post/Colonial Toponymy: Writing Forward ‘in Reverse’. Journal of Latin American Cultural Studies, Vol. 11, No. 2.

Cocom Pech, Jorge Miguel
-2013 K’aank’an ya’il icho’ob: waye’ ima a t’aan ich maya! Lágrimas de oro: ¡aquí no hables maya!, Ed. Trillas.

Davoust, Michel
-2001 Los glifos nominales de los personajes históricos mayas del período clásico, en: El poder del nombre propio: su escritura y significado a través de la historia en diferentes culturas, coord. A. Christin, Gedisa, España.

De Guzmán, Pantaleón
-2001 Compendio de nombres en Lengua Kaqchikel Guatemala: Academia de Lenguas Mayas.

De Landa, Diego
-1997 Relación de las cosas de Yucatán. México, Monclem ediciones.

De Vos, Jan
-1993 La paz de Dios y del rey. La conquista de la Selva Lacandona (1525-1821), México, FCE.

Eberl, Markus y Daniel Graña-Behrens
-2004 Proper names and throne names: on the naming practice of classic maya rulers. En D. Graña Behrens et al. (Eds) Continuity and change: maya religious practices in temporal perspective. Acta mesoamericana 14. Bonn, Verlag Anton Saurwein, Markt Schwaben.

Echeverría, Víctor
-1967 Sabios y guerreros mayas de Yucatán: su actuación y la etimología de sus respectivos nombres. Mérida, Yucatán: La literaria.

England, Nora
-1996 Introducción a la lingüística: idiomas mayas. Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín.

Farriss, Nancy
-1985 Recordando el futuro, anticipando el pasado: tiempo histórico y tiempo cósmico entre los mayas de Yucatán, en La memoria y el olvido: segundo simposio de historia de las mentalidades. México, INAH, Colección científica 144.

Farriss, Nancy
-2012 La sociedad maya bajo el dominio colonial. Artes de México/inah/conaculta, Ciudad de México.

Feldman, Lawrence
-1983 The Structure of Cholan Mayan Surnames in Sixteenth and Seventeenth Century Manuscripts: Features to look for in the Eighth Century Personal Name Hieroglyphs. Mexicon, vol. 5, num. 3.

Gabbert, Wolfgang
-2001 ¿Integración o colonialismo interno? Cultura y desigualdad en Yucatán. En Yucatán a través de los siglos. Memorias del 49º Congreso Internacional de Americanistas, Quito, Ecuador, Ed. por R. Gubler y P. Martel.

Garcia Barrios, Ana
-2008 Chaahk, el dios de la lluvia, en el período clásico maya: aspectos religiosos y políticos. Memoria para optar por el grado de doctor. UCM.

García Barrios, Ana, Ana Martín Díaz y Pilar Asensio Ramos
-2005 Los nombres reales del Clásico: Lectura e interpretación mitológica. En XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2004 ed. J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

García Campillo, José Miguel
-1995 Antroponimia y toponimia en las inscripciones mayas clásicas de Yucatán. Tesis Doctoral. UCM.

Graña-Behrens, Daniel
-2006 Emblem Glyphs and Political Organization in Northwestern Yucatan in the Classic Period (A.D. 300–1000). Ancient Mesoamerica 17.

Grube, Nikolai
-2001 Los nombres de los gobernantes mayas. Arqueología mexicana 9.

Grube, Nikolai
-2002 Onomástica de los gobernantes mayas. En V. Tiesler, R. Cobos, M. Greene (Eds.) La organización social entre los mayas. Memoria de la tercera mesa redonda de Palenque. México, CONACULTA, INAH, UADY.

Grube, Nikolai
-2006 Prólogo. En N. Grube (Ed.) Los mayas una civilización milenaria Colonia, Könemann.

Grube, Nikolai
-2006 Volcanes y selva: un variado espacio vital. En N. Grube (Ed.) Los mayas una civilización milenaria Colonia, Könemann.

Grube, Nikolai, and Ruth J. Krochock
-2007 Reading between the Lines: Hieroglyphic Texts from Chichén Itzá and its Neighbors. En Twin Tollans: Chichen Itza, Tula, and the Epiclassic to Early Postclassic Mesoamerican World. Ed. Kowalski y Kristan-Graham. Dumbarton Oaks.

Grube, Nikolai y Werner Nahm
-1994 A Census of Xibalba: A complete Inventory of WAY Characters on Maya Ceramics. En: The Maya Vase Book Volume 4. Kerr Associates, NY.

Guzmán, Violeta Guadalupe
-2013 Lengua e identidad entre los mayas contemporáneos de Yucatán. Anales De Antropología, 47(1).

Güemez, Miguel
-2011 Diccionario del español yucateco. México, Universidad Autónoma de Yucatán, Plaza y Valdés S.A. de C.V.

Helmke, Christophe
-2012 Mythological Emblem Glyphs of Ancient Maya Kings. Contributions in New World Archaeology, vol 3.

Houston, Stephen, John Robertson y David Stuart
-2000 The language of classic maya inscriptions. Current anthropology, 41 (3).

Ishihara, Reiko
-2009 Deities of the ancient Maya. A guide for the 3rd Maya at the Playa workshop.

Iturriaga, Eugenia
-2011 Las elites de la Ciudad Blanca: racismo, prácticas y discriminación étnica en Mérida, Yucatán. Tesis doctoral. Ciudad de México: UNAM.

Josserand, Kathryn y Nicholas A. Hopkins
-2002 La lingüística y el desciframiento de las inscripciones mayas. En Tercer Congreso Internacional de Mayistas, ed. A. L. Izquierdo. México, D.F., UNAM.

Justeson, John, William M. Norman, Lyle Campbell, y Terrence Kaufman
-1985 The foreign impact on Lowland Mayan language and script. Middle American Research Institute, Publication 53. New Orleans: Tulane University.

Kelley, David H.
-1976. Deciphering the Maya Script, Austin: University of Texas Press.

Kettunen, Harri y Christophe Helmke
-2014 Introduction to Maya Hieroglyphs. XIX European Maya Conference Bratislava.

Knorozov, Yurii
-1956 La escritura de los antiguos mayas. México, Instituto de Intercambio Cultural Mexicano Ruso.

Kurjack, Edward, Elena K. Lincoln y Beatriz E. Repetto
-2001 La comunidad maya del pasado. En Yucatán a través de los siglos. Memorias del 49º Congreso Internacional de Americanistas, Quito, Ecuador, Ed. R. Gubler y P. Martel.

Lacadena, Alfonso
-2000 Nominal Syntax and the Linguistic Affiliation of Classic Maya Texts. In The Sacred and the Profane: Architecture and Identity in the Maya Lowlands. Eds. P. Colas, K. Delvendahl, M. Kuhenrt.

Lacadena, Alfonso
-2003 El corpus glífico de Ek’ Balam, Yucatán, México (FAMSI).

Lacadena, Alfonso
-2009 Apuntes para un estudio de literatura maya antigua. En Text and Context: Yucatec Maya Literature in a Diachronic Perspective. A. Gunsenheimer, T. Okoshi y J. F. Chuchiak, eds. BAS. Shaker Verlag Aachen, Bonn.

Lacadena, Alfonso
-2016 Evolución de las fórmulas reverenciales mayas asociadas a los títulos políticos de rango y cargo desde el período Clásico hasta la época colonial. Ponencia presentada en el 10° Congreso Internacional de Mayistas, Izamal, Yucatán.

Lacadena, Alfonso y Andrés Ciudad
-2009. Migraciones y llegadas: mito, historia y propaganda en los relatos mayas prehispánicos en las Tierras Bajas. En M. Ruz, J. García y A. Ciudad (eds.) Diásporas, migraciones y exilios en el mundo maya. Mérida. UNAM y SEEM.

Lacadena, Alfonso y Albert Davletshin
-2013 Grammar of Hieroglyphic Maya. Advanced Workshop Handbook, European Maya Conference, Brussels.

Lacadena, Alfonso y Kerry Hull
-2012 Ancient maya poetics. Advanced Workshop Hadnbook, European Maya Conference, Helsinki.

Lacadena, Alfonso y Søren Wichmann
-2002 The distribution of lowland maya languages in the classic period. En V. Tiesler, R. Cobos, M. Greene (Eds.) La organización social entre los mayas. Memoria de la tercera mesa redonda de Palenque México, CONACULTA, INAH, UADY.

López Austin, Alfredo y Leonardo López Luján
-2001 El pasado indígena, México, COLMEX, FCE.

Love, Bruce
-2011 The Gods of Yucatán from A. D. 1560 to 1980. Estudios de Cultura Maya, Vol. 37.

Mateos, P;
-2010 El análisis geodemográfico de apellidos en México. Papeles de Población, vol. 16, núm. 65. UAEM, Toluca, México.

Mex, William
-2016 Nombres de origen maya: observaciones sobre su significado, simbolismo prehispánico y colonial y su relación con los apellidos mayas peninsulares de la actualidad. Revista Antrópica, año 2, num. 2. UADY.

Pacheco Cruz, Santiago
-1953 Diccionario de etimologías toponímicas mayas. México. Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.

Pallán, Carlos y Lucero Meléndez
-2005 Foreign Influences on the Maya Script. Paper presented at the 10th European Maya Conference, “The Maya and Their Neighbours,” Leiden University & Wayeb, Leiden, the Netherlands.

Pharo, Lars Kirkhusmo
-2012 «Tonalism»: Name, Soul, Destiny and Identity Determined by the 260-Day Calendar in Mesoamerica. En Oslo Studies in language, vol. 4 num. 2.

Pérez Suarez, Tomas
-2011 Los idiomas: historia y diversidad. En A. Martínez y M. Vega Los mayas voces de piedra. México, D.F. Ambar diseño.

Proskouriakoff, Tatiana
-1960 Historical Implications of a Pattern of Dates at Piedras Negras, Guatemala. American Antiquity, 25.

Quintal Avilés, Ella Fanny
-2001 El nombre impuesto como propio. Mestizos y mayeros en Yucatán. En Medio Katún. 10 años de (documentar la) Indignación, México, Indignación.

Quintal Avilés, Ella Fanny
-2005 Way yano’one’: aquí estamos. La fuerza silenciosa de los mayas excluidos, Visiones de la diversidad. Relaciones interétnicas e identidades indígenas en el México actual, vol. II, M. A. Bartolomé (coord.). México: INAH.

Rejón Garcia, Manuel (Marcos de Chimay)
-1988 Etimologías mayas: los nombres de varias poblaciones yucatecas algo sobre su origen. Mérida.

Restall, Mathew
-1997 The Maya World: Yucatec Culture and Society, 1550–1850. Stanford, CA: Stanford University Press.

Roche Canto, Conrado
-1987 Patronímicos y locativos en topónimos mayas. Mérida, Yucatán.

Rodríguez, Asier
-2011b Lengua maya escrita y lenguas vernáculas. Soluciones epigráficas a las tensiones entre lengua estándar (globalidad) y la dialectología (diversidad) en el período clásico. En M. Gallegos y J. Hendon (Eds.) Localidad y globalidad en el mundo maya prehispánico e indígena contemporáneos. Estudios de espacio y género. México. D.F., INAH.

Roys, Ralph
-1940 Personal names of the maya of Yucatan. En Contributions to American anthropology and history. Vol. 6, num. 31. Washington D.C., Carnegie Institution of Washington. Traducción al español: Roldán Peniche Barrera, Versión revisada y comentada por Alfredo Barrera Vásquez.

Ruiz Chávez, Glafira
-1982 Notas sobre el impacto de la conquista española sobre los apellidos mayas. Revista Información (3-4).

Sánchez, Feliciano
-2012 400 nombres mayas para tus hijos e hijas.

Scholes, Frances y J. Eric S. Thompson
-1977 The Francisco Pérez “Probanza,” of 1654-1656, and the “Matrícula” of Tipu (Belize). En Anthropology and history in Yucatán, editado por Grant D. Jones. Austin: University of Texas Press.

Scholes, Frances y Ralph Roys
-1996 Los Chontales de Acalan Tixchel. Traducción de Mario Humberto Ruz y Rosario Vega. México, D.F. UNAM.

Sheseña, Alejandro
-2010 Los nombres de los naguales en la escritura jeroglífica maya: Religión y lingüística a través de la onomástica. Journal of Mesoamerican Languages and Linguistics Vol. 2, No. 1.

Stuart, David
-1987 Ten Phonetic Syllables. Research Reports on Ancient Maya Writing 14. Washington, DC: Center for Maya Research.

Taube, Karl
-1992 The Major Gods of Ancient Yucatan. Studies in Pre-Columbian Art & Archaeology 32, Dumbarton Oaks

Tena, Rafael
-2012 Propuesta para la corrección de nombres y nomenclaturas. Arqueología Mexicana, vol. XIX, núm. 113.

Tokovinine, Alexander
-2007 Classic Maya Place Name Database. Disponible en línea:http://www.doaks.org/resources/publications/books-in-print/place-and-identity/the-classic-maya-place-names-database.

Tokovinine, Alexander
-2013 Place and Identity in Classic Maya Narratives. Washington, DC: Dumbarton Oaks Research Library and Collection.

Ulmann, Stephen
-1976. Semántica. Introducción a la ciencia del significado. Madrid, Aguilar.

Velásquez García, Erik
-2011 La escritura jeroglífica. En A. Martinez y M. Vega Los mayas voces de piedra. México, D.F. Ambar diseño.

Wichmann, Søren
-2004 The names of some major Classic Maya gods. En D. Graña Behrens (Ed.) Continuity and change: Maya religious practices in temporal perspective: 5th EMC, Bonn, Markt Schwaben: Anton Saurwein.

Zender, Marc
-2014 The Naming Insight: Hieroglyphic Names and Social Identity in the Pre-Columbian Americas. In A Celebration of the Life and Work of Pierre Robert Colas, editado por C. Helmke y F. Sachse, Acta Mesoamericana 27. Verlag Anton Saurwein, Munich, Germany.

Zender, Marc y Stanley Guenter
-2003 The names of the lords of Xib’alb’a in the maya hieroglyph script. En R. von Hansfftengel y C. Tercero (Eds) Eduard y Caecilie Seler: Sistematización de los estudios americanistas y sus repercusiones. México, UNAM, INAH.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

contacto

Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689


Observaciones acerca de los nombres y apellidos de origen maya (primera parte)

por William H. Mex

“No puede negarse, sin embargo, que el apellido indígena es hasta nuestros días un verdadero y quizá el más importante estigma étnico.” (Quintal 2001:158).

El objetivo de este texto es presentar una introducción al estudio de los nombres de origen maya tomando como base el estudio de la escritura jeroglífica maya y su relación con el lenguaje. Se presentan algunos ejemplos de nombres de personas y de nombres de entidades sobrenaturales tal y como aparecen en el registro epigráfico del período Clásico maya y en el período Colonial. Se dan ejemplos de los cambios en la manera de usar nombres o apellidos en la actualidad y del impacto que estos cambios han tenido dentro de la cultura maya. Con esta información se busca proponer una metodología con el fin de investigar el significado original de los nombres y apellidos mayas y de conocer más profundamente la razón de sus cambios. También se busca dar a conocer la importancia que tienen los nombres y apellidos mayas para la identidad peninsular en particular[1].

La importancia de los nombres personales

El nombre propio tiene un estatus, puede representar la reputación de su poseedor y de la misma manera, el nombre puede llegar a ser degradado. Los nombres personales son tan importantes que en algunas sociedades se les vincula con poderes mágicos o con complejas historias, supersticiones y tabús[2]. En un grupo social o cultural, el nombre personal puede servir para indicar el rango de una persona en relación con los demás y, al mismo tiempo, la información vinculada con un nombre puede indicar género, edad, u origen étnico o regional[3]. Cuando un nombre se vincula con el pasado, puede llegar a tener un simbolismo muy poderoso, por lo que poseer un nombre puede verse como un privilegio.

Un ejemplo muy relevante del uso de los nombres en el área maya lo encontramos con Jacinto de los Santos Uc, quién hacia 1761 se proclamó rey venido del oriente, con el título Rey Canek Chan Montezuma, afirmando que ya era tiempo de acabar con el dominio español. Este personaje formó su nombre y título con palabras pertenecientes a distintas épocas y lugares: Rey, título europeo; Canek, nombre del dirigente del último señorío maya (Tah Itzá), casi 100 años antes; y Montezuma (Motecuhzoma), nombre de uno de los últimos dirigentes mexicas, muerto más de 200 años antes. Este ejemplo también es un reflejo de la visión del tiempo cíclico y profético maya usado como recurso de legitimación, ya que Canek usó aquellos nombres ligados a las autoridades del pasado para justificar sus acciones[4].

Dada la importancia del nombre personal a través de la historia, no es de sorprender que muchas de las claves para el desciframiento de escrituras antiguas como la egipcia, se hayan obtenido gracias a la ubicación y posterior lectura de los nombres y títulos de las personas[5]. El caso del desciframiento de la escritura jeroglífica maya no fue la excepción, ya que cuando aún no podía leerse fonéticamente, estudiosos como Beyer (1937) se dedicaban a ubicar los glifos recurrentes (conjuntos de signos que se repetían en distintos monumentos), que hoy en día se conocen como cláusulas nominales y que pueden contener nombres y títulos de gobernantes[6]. Uno de los primeros nombres personales en ser ubicado y descifrado, gracias en buena medida a los trabajos enfocados en el fonetismo (como los de Knorozov, 1956), fue el de <Kak u pacal> de Chichén Itzá, Yucatán[7]. La lectura fue dada a conocer en los años sesenta por David Kelley, quién hizo notar que este nombre se menciona en fuentes coloniales para designar a un capitán Itzá[8].

El nombre maya durante el período prehispánico

Gracias a los miles de registros con escritura jeroglífica existentes, es en el área maya donde se ha realizado un estudio más profundo sobre el nombre personal y los nombres de entidades sobrenaturales y lugares[9]. Muchos de estos trabajos no se enfocan únicamente en los nombres mayas, ni tratan de profundizar en sus significados, sino que los abordan como parte de las temáticas históricas, de relaciones entre individuos y entidades políticas, o bien haciendo uso de conceptos como la etnicidad, el racismo y la estratificación social.  

En el período Clásico han sido identificados nombres de gobernantes hombres y mujeres, de artistas o escribas, escultores, vasallos, nombres de entidades sobrenaturales como los dioses y los wahy y también nombres de lugar[10]. Una de las claves para la identificación de un nombre es la ubicación de la frase nominal, definida como:

“…cualquier parte de la oración que refiere y/o identifica seres humanos o sobrenaturales como sujetos, agentes, pacientes o beneficiarios de acciones verbales, o como poseedores de objetos u otros seres […] incluye nombres personales, así como matronímicos, patronímicos, epítetos y títulos como rango/oficio, actividad y títulos de origen”[11].

Por ejemplo, la frase nominal de un soberano de Dzibilchaltún es Kalomte’ Uk’uw Chan Chahk…?…ti’ Jo’ Ajaw…?…Bahkab [12], en donde Kalomte’, Ajaw y Bahkab funcionan como títulos, Uk’uw Chan Chahk es el nombre propio del soberano y Jo’ es el nombre del señorío o ciudad al que pertenece. Cualquier parte de esta frase pudo sobrevivir hasta llegar a usarse como apellido hoy en día (el caso de Bacab), o nombre de ciudad, (el caso de Jo’, que es como los mayahablantes designan hoy en día a la ciudad de Mérida[13]), aun cuando el significado haya cambiado o sea desconocido.

Algunos soberanos clásicos cambiaban de nombre al momento de entronizarse, y, por lo tanto, no se conoce su nombre infantil o juvenil[14]. Ningún nombre de soberano podía consistir en una sola palabra, ya que los nombres se formaban con base en sustantivos que refieren a deidades, animales, objetos o roles sociales, los cuales se combinan con otros sustantivos o frases verbales[15]. Los nombres pueden incluir un sujeto y un predicado verbal o no verbal. Por ejemplo, en la primera posición aparecen deidades como K’inich (deidad solar), K’awil (deidad del trueno), Chahk (deidad de la lluvia), animales como Bahlam (jaguar), Mo’ (guacamaya) y K’uk’ (quetzal), roles sociales como el Ajaw (señor, gobernante) y objetos como Tok’ (pedernal) y Ek’ (estrella)[16].

Los nombres personales del Clásico también se pueden clasificar en los que no tienen predicado verbal (word-names) y los que sí lo tienen (sentence-names). Los primeros pueden incluir sustantivos y adjetivos en construcciones posesivas. Un ejemplo de construcción posesiva se observa con el nombre K’ahk’ u Jol K’inich ‘Fuego es la cabeza de K’inich’. Dado que el sustantivo K’inich está vinculado a las palabras que le preceden, este nombre enfatiza la identificación del soberano con un aspecto o con una parte del cuerpo de la deidad solar K’inich (en este caso, Jol su ‘cabeza’)[17]. En la segunda clasificación de nombres se incluyen construcciones verbales pasivas, afectivas o antipasivas. Un ejemplo de construcción verbal antipasiva lo tenemos con Jasaw Chan K’awil, siendo el verbo de la frase Jas ‘despejar, clarear’, y el sujeto de la acción la deidad Chan K’awil. Este tipo de apelativos indican que el soberano se proclamaba realizando la acción de despejar o clarear (Jas) siendo él mismo el aspecto vivo de esta deidad celeste (K’awil)[18]. Este nombre se puede traducir como ‘K’awil celestial despeja’ y además refleja un patrón de verbo-sujeto (VS), común en las lenguas mayas actuales[19].

De la misma manera, es posible que algunos nombres personales refieran a deidades relacionadas con la mitología, como el caso de Te’ K’ab Chahk, nombre de un soberano de Caracol al parecer inspirado en un aspecto de la deidad de la lluvia Chahk que posee un brazo (K’ab) de madera (Te’) y que aparece en la cerámica del Clásico[20].

Los nombres de las entidades sobrenaturales son más sencillos, y pueden constituirse de una sola palabra, como en el caso de Ahkan, deidad de la intoxicación, Chahk, deidad de la lluvia, K’inich, deidad solar o K’awil, deidad del trueno y de la realeza. Algunos nombres jeroglíficos han sobrevivido hasta la actualidad y son de uso común en la península de Yucatán, como el caso de Kisin ‘pedorro’, nombre de un ser sobrenatural que aparece en el Códice Madrid del Posclásico[21]. También sobresalen las entidades wahy, que suelen combinar nombres de animales y son clasificados según su color, materia, lugar, por semejanzas con otros animales, por sus acciones, sus partes del cuerpo, su temperamento, por las enfermedades que producen, o por condiciones y funciones [22]. Como ejemplo, están Nupul Bahlam ‘Jaguar enemigo’ y K’in K’ewel Bolay ‘Jaguar…sol’ [23]. Otros ejemplos son K’ahk’ Ohl Chamiy, que puede traducirse como ‘Muerte de corazón ígneo’ o ‘Muerte iracunda’ y Tahn Bihil Chamiy, ‘Muerte de medio camino’[24].

Por otra parte, los nombres mayas de lugar se identifican cuando aparecen como locaciones u objetos de alguna acción o cuando aparecen incorporados en las frases nominales de los personajes. Se pueden clasificar en aquellos de términos básicos, que describen características del paisaje y aquellos de términos derivados, que se marcan por medio de preposiciones o sufijos locativos[25]. Hay ejemplos como Pa’ Chan, “Cielo hendido”, que ocurre en el glifo emblema de la ciudad de Yaxchilán (Chiapas) y parece referir de manera metafórica a un cielo abierto, por el cual podían descender hacia la tierra criaturas sobrenaturales[26]. También hay sitios que incluyen nombres de animales, como Ek’ Bahlam ‘Jaguar estrella’ en el oriente de Yucatán y Ahkan Kehj ‘Venado Ahkan’ (que combina el nombre de un animal y de un dios), y otros como Mo’ Witz ‘Montaña guacamaya’, locación mencionada en Copán, Honduras [27].

El nombre maya en la transición de la época prehispánica a la época colonial

Entre varios grupos mesoamericanos como los Nahuas, Zapotecos o Mixtecos era común encontrar nombres calendáricos tanto en la época Prehispánica como en la Colonial[28]. Sin embargo, entre los mayas clásicos los nombres calendáricos fueron escasos (en el período Colonial igualmente son poco comunes), aunque entre los K’iche’ y Kaqchikel de tierras altas (posclásicos) si fueron más usuales[29].

Para el estudio de los nombres mayas peninsulares, se encuentran trabajos como el de Roys (1940) que clasifican los nombres en patronímicos, nombres naal y nombres de muchachos, basándose principalmente en lo documentado por Diego de Landa: que los antiguos mayas peninsulares pasaban el nombre a los hijos, y no a las hijas; que no se casaban con los del mismo nombre; y que usaban el nombre del padre como propio y el de la madre como apelativo. De este modo, Nachanchel era quién cuya madre (Na’) era Chan y cuyo padre era Chel[30]. También tenían un nombre de nacimiento, Paal kaba (nombre joven), y un sobrenombre, Coco Kaba (apodo). La gran mayoría de los nombres tienen que ver con los animales y las plantas, en ocasiones usando los prefijos Ah (masculino) e Ix (femenino)[31].

Como ejemplos de patronímicos tenemos Cupul (de kup ‘jícama’) y May ‘venado, pezuña, polvo fino’. Como ejemplos de nombre naal están Nachan Dzul (chan ‘serpiente’ o ‘cielo’), a quien también se le nombra como Ah Ceh Dzul, y Napuc Dzib, cuyo nombre de muchacho era Ah Xoc Dzib (xok, ‘tiburón’ o tal vez ‘leer o contar’). Como nombres de muchachos está Ah Chuen Kauil (de chuwen ‘artesano’ y K’awil ‘nombre de deidad’) y Ah Tok Canul (tok’, ‘navaja de pedernal’ y kanul ‘protector’). En estos dos casos, si Ah Chuen es ‘artesano’ y AhTok es ‘sangrador’, de aquí se puede inducir que varios nombres tienen que ver con oficios específicos. Se observa un poco de la influencia de la lengua nahuatl, como en el apellido Cetzal, probable forma maya de Quetzal[32].

En la región mopán, una lista de aproximadamente 92 nombres personales recopilados hacia 1653 revelan el uso de un nombre cristiano y un apellido maya o indígena (el nombre maya era cercenado, poniendo primero un nombre castellano, dejando únicamente una palabra maya como apellido), aunque también incluye treinta nombres que son solamente indígenas, de los llamados “indios del monte”. Del total, quince nombres son calendáricos, sin coeficiente y otros quince son iguales a los recopilados por Roys (1940) para la península de Yucatán[33]. Es probable que la semejanza con nombres peninsulares refleje movimientos por cuestiones políticas hacia el sur del área maya y también un origen común, dado que el mopán y el yucateco son lenguas emparentadas. Son comunes apellidos como Caan, Chacxib, Mux, Peche o Tutz. Los nombres de los llamados “indios del monte” (aproximadamente 30) son completamente mayas, usando los prefijos Ah (masculino) e Ix (femenino). En este grupo es donde hay nombres calendáricos, los cuales usualmente van después del prefijo y antes de otra palabra, no calendárica, como con Ix Muluc Mukul, Ix Men Kante, e Ix Etznab Cauih (los nombres de los días son Muluc, Men y Etznab)[34].

Por otra parte, los nombres chontales, algunos recopilados hacia 1569, muestran que los chontales ya usaban nombres cristianos junto con un apellido indígena, pero usando también los prefijos masculinos ah, pa, pax, pap y los femeninos ix y na. Entre los chontales también aparecen nombres calendáricos nahuas o mayas, pocos nombres calendáricos aparecen con coeficiente y el título Ahaw se puede ubicar antes o después del nombre[35]. Algunos ejemplos de nombres masculinos son Ah Chamal (ah, prefijo masculino y chamal “pipa o puro de tabaco”), Chacbalam (“jaguar rojo” o “puma”). Los nombres femeninos parecen tener mayor influencia de la lengua nahuatl y hacen mayo uso del prefijo Ix, como con Ix Natzin (con el prefijo femenino maya Ix, pero con el sufijo reverencial nahuatl –tzin) con el significado de ‘madre reverenda’ y formas como Ix Na Lamat, que tiene el nombre del día calendárico Lamat [36].

En el caso de los choles lacandones, sus nombres se conformaban con un nombre individual y patronímicos, siguiendo un patrón parecido a los nombres chontales. Llevaban los prefijos masculinos ah, pa, pax, y con el significado de “padre”, pap; los nombres femeninos llevaban los prefijos ix y na’. También se ha detectado el uso de nombres calendáricos, con su coeficiente, como Chan Ix (4 Hix), Chan Tox (4 Tox), y Ox Bin (3 Bin), entre otros[37]. En ocasiones, la familia tenía un nombre animal, transmitido de padre a hijo, pero también cada persona podía tener un nombre animal. En las listas de nombres de los años 1696, 1691 y hacia 1712, se da constancia de que algunos indígenas tenían “nombre cristiano” y apellido indígena, sin embargo, hay casos en los usaban nombre y apellido de origen español[38]. El uso de esta clase de “apellidos” indicaría la pertenencia a un grupo más grande que la familia. Algunos de los nombres más usados son Bub, Tuhnol, Cauil Chacchan y Tzunun, entre otros. Si bien son pocos, hay nombres relacionados con otras lenguas mayas, con días calendáricos mayas y nahuas (los nahuas ocupan de un 35% a un 45% de estos nombres), y también hay cierta semejanza con los nombres peninsulares, por ejemplo, con el uso de los prefijos Ah e Ix[39].

En las tierras altas mayas, los nombres de los k’iche’ y kaqchikel se pueden clasificar en nombres que se heredan, nombres usados por un solo individuo, nombres para las posiciones políticas y nombres que tienen apelativos calendáricos.

XXXXXXXXXXXXX CONTINUARÁ XXXXXXXXXXXXX

Signos de la escritura jeroglífica maya clásica relacionados con los nombres y apellidos mayas del pasado y del presente. 1 logograma Ajaw señor, gobernante, 2 Chahk deidad de la lluvia, 3 Hix jaguar sobrenatural, 4 Ik’ aire, viento, aliento, 5 K’awil deidad del trueno, 6 K’uk’ quetzal, 7 Mo‘ guacamaya’, 8 Tok’ pedernal. Formas estándar, ©️ William Mex.

[1] Este es un breve ensayo que escribí cuando era estudiante de arqueología y puede considerarse como un trabajo incompleto y un poco desactualizado.

La metodología usada para la elaboración de este trabajo tomó en cuenta: 1.-La revisión de los estudios de índole epigráfica que hablan sobre los nombres de persona, de seres sobrenaturales y de lugares, así como la ubicación de palabras que hoy en día se usan como apellidos y que sabemos que aparecen de alguna manera en la escritura jeroglífica maya. 2.-La ubicación de algunos apellidos mayas, cuando aparecen como palabras, títulos o nombres de persona en estudios académicos, así como en Relaciones de la época del contacto y en textos como los libros Chilam Balam. 3.-La revisión de estudios actuales que se enfocan en algunas de las causas y consecuencias de los cambios en el uso de nombres y apellidos y la repercusión que estos han tenido, principalmente en la península de Yucatán.

La temporalidad usada es la siguiente: período Clásico (250 d.e.c. a 900 d.e.c.), período Posclásico (900 d.e.c. al 1521 d.e.c.), período Colonial, de 1521 a 1821 d.e.c. La zona maya (que se divide en tierras bajas y tierras altas), comprende los actuales estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas, el estado independiente de Belice, la nación de Guatemala, así como parte de El Salvador y de Honduras. Esta zona está dentro del área reconocida como Mesoamérica.

La familia de idiomas mayas se clasifica en: rama Huastecana, rama Yucatecana, rama Occidental que incluye lenguas Cholanas, rama Tzeltalana, rama Kanjobalana, y la rama oriental, que la forman el grupo Mameano y el grupo Quicheano. De manera detallada, la rama Huastecana comprende: Huasteco y el extinto Chicomucelteco, 2-Yucateca: idioma yucateco o peninsular, Lacandón, Mopán e Itzá. 3.-Cholana: Chol, Chontal, Chortí y los extintos Choltí y Acalán. 4.-Tzeltalana: Tzozil y Tzeltal. 5.-Kanjobalana: Chuj, Tojolabal, Jacalteco, Acateco, Tuzanteco y Motozintleco. 6.-Mameana: Mam, Teco, Ixil y Aguateco. 7.-Kicheana: Kekchí, Uspanteco, Pocomam, Pokomchí, Quiché, Cakchiquel, Tzutuhil, Sacapulteco y Sipacapa.

El sistema de escritura maya jeroglífico utiliza logogramas para representar palabras CVC o CVCVC y fonogramas para representar sonidos CV (C= consonante, V= vocal). La escritura tuvo su mayor auge durante el período Clásico y fue plasmado diversos objetos.

La lengua reflejada en las inscripciones (lengua franca o de prestigio) se define como maya Clásico y pertenece al grupo Ch’olano. Ha sido propuesta una diferenciación entre las ramas occidental (relacionadas con el chontal y chol) y oriental (relacionado con el choltí colonial y chortí actual). Igualmente han sido identificadas evidencias de bilingüismo, además de formas pasivas, incoativas, de sufijos y de la sintaxis nominal de la familia Yucatecana y rasgos semejantes para el grupo Tzeltalano y para el grupo Kicheano mayor.

[2] (Ullmann 1976:81 y 82)

[3] (Restall 1997:41)

[4] (Farris 1985:57 y 58)

[5] (Coe 1995:44-48)

[6] (Coe 1995:155 y 190)

[7] Este nombre hoy en día se puede leer en su forma completa, y con ortografía jeroglífica moderna como K’ahk’ u Pakal K’awil, ‘Fuego es el escudo de K’awil’.

[8] (Coe 1995:173). Hasta el día de hoy, la escritura jeroglífica maya se estudia tomando en cuenta el método estructural, expuesto por Berlin y Proskouriakoff, y el método fonético, expuesto por Knorozov. Más tarde, trabajos como los de Heinrich Berlin (1958 y 1959) y Tatiana Proskouriakoff (1960) enfocados en la ubicación estructural de los nombres de persona y de lugar, fueron los que dieron las claves para el estudio del contenido histórico de las inscripciones jeroglíficas mayas (Coe 1995:192) (Kelley 1976:213)

[9] Los estudios que han tomado en cuenta principalmente datos prehispánicos son los de Barba (1992), Colas (2003 y 2004), Davoust (2001), Eberl y Graña-Behrens (2004), García, J.M. (1995), García, A. (2008), García et.al. (2005), Grube (2001 y 2002), Grube y Nahm (1994), Ishihara (2009), Sheseña (2010), Stuart y Houston (1994), Taube (1992), Tokovinine (2007), Wichmann (2004), y Zender y Guenter (2003). Destacan también los trabajos de Lacadena (2000 y 2016) enfocados en la sintaxis nominal y en el significado y uso de algunos títulos personales en el Clásico y el período Colonial y el enfoque global de Zender (2014), que toma en cuenta datos de los mayas, aztecas y nativos del sur de Estados Unidos. Siempre con respecto a los nombres mayas, los trabajos que se apoyan principalmente en datos coloniales son los de Becerra (1985), Benítez (2000), Brito (1981:117-199), Campbell (1988:373-386), Carrasco (1964), Castañeda (2002), De Guzmán (2001), De Vos (1993:261-288), Feldman (1983), Güémez (2011:367-406), Love (2011), Pacheco (1959), Rejón (1988), Restall (1997:41-50), Roche (1987), Roys (1940), Ruiz (1982), Scholes y Roys (1996:450-460) y Scholes y Thompson (1977). Si bien no se enfoca en los nombres propios, el trabajo de Barrera y Rendón (1948) también proporciona traducciones de nombres que aparecen en los libros Chilam Balam, algunos de los cuales han sido recopilados por Echeverría (1967) y en un trabajo aparte, traducidos al inglés por Kelley (1976:103-105). En menor medida, algunos de los trabajos que abordan la temática del nombre o apellido maya apoyándose en datos actuales son los de Guzmán (2013), Iturriaga (2011), Quintal (2001:158, 2005:298), Sánchez (2012), Vázquez (2012) y el estudio de Mateos (2010) acerca de los apellidos en México.

[10] (Colas 2004, Davoust 2001, Ishihara 2009, Sheseña 2010 y Tokovinine 2013)

[11] (Lacadena 2000:116). La traducción del inglés es mía. Una frase nominal puede o no incluir alguna de estas partes.

[12](Maldonado et.al. 2002:8). Los puntos suspensivos indican partes del texto cuya lectura no se ha identificado. La ortografía del texto original se ha adaptado a la ortografía de este trabajo.

[13] Bahkab y Jo’ con la ortografía del maya Clásico, Bacab y Ho’ con la ortografía actual. El apellido Ho’il (‘el de Ho’ /Mérida’) también de allí viene.

[14] (Grube 2002) (Eberl y Graña-Behrens 2004).

[15] (Grube 2002:326-327).

[16] (Colas 2004:90 y 91) (Grube 2002:336-342).

[17] (Colas 2003:278-279) (Colas 2004:88).

[18] Chan K’awil se puede traducir como ‘K’awil celeste’ o ‘K’awil del cielo’. Aunque el nombre también se puede interpretar como ‘K’awil que despeja el cielo’.

[19] (Colas 2004:88-91).

[20] (García et al. 2005:636-638).

[21] (Zender y Guenter 2003:96).

[22] (Sheseña 2010:23-28).Wahy en maya Clásico, wáay en maya peninsular actual.

[23] Aunque normalmente se traduce Nupul como ‘compañero’, aquí se prefiere la traducción como ‘enemigo’, basado en entradas del maya yucateco colonial.

[24] (Sheseña 2010:17, 19 y 27). Chamiy es el equivalente cholano Clásico al Kimiy yucateco.

[25] (Tokovinine 2013:7 y 8).

[26] (Helmke 2012:100-107).

[27] (Graña-Behrens 2006:114) (Lacadena 2003:98) (Tokovinine 2013:64). Nombres aquí representados con la ortografía del maya jeroglífico. Ek Balam en la ortografía colonial, Ek’ Báalam con ortografía moderna y Acanceh en ortografía colonial, Áakan Kéej con ortografía moderna.

[28] Los nombres calendáricos son los que incluían el nombre de un día del calendario, por ejemplo “4 Ajaw”.

[29] (Pharo 2012:184 y 185) (Scholes y Thompson 1977:66)

[30] (Landa 2007:70).

[31] (Davoust 2001:86) (Roys 1940).

[32] (Roys 1940). Las traducciones de palabras son las que Ralph Roys ofrece.

[33] (Davoust 2001:86-87).

[34] (Scholes y Thompson 1977:64-67).

[35] (Davoust 2001:87).

[36] (Scholes y Roys 1996:450-458). Las traducciones son las que dan Scholes y Roys.

[37] (Davoust 2001:88). Los nombres de los días en este caso son Hix, Tox y Bin.

[38] (Hellmuth 1972:192 y 214).

[39] (De Vos 1993:262) (Feldman 1983:43)

contacto

Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

Origen y significados del apellido Mex (Me’ex)

por William H. Mex

Introducción

El presente escrito tiene como objetivo indagar en los varios significados que la palabra Mex (me’ex) ha tenido en las distintas lenguas mayas a lo largo del tiempo[1]. Es bien conocido que esta palabra prehispánica es de origen maya y que hoy en día es usada como apellido. Además, se sabe que tiene los significados de ‘barba, bigote’ y ‘pelo’, pero una revisión de los diccionarios y textos coloniales y actuales de la región revelará mucho más acerca de su simbolismo y trascendencia[2].

Antecedentes del apellido[3]

En la península de Yucatán, poco más de 10,000 personas tienen la palabra de origen maya Mex como apellido: 7,615 en Yucatán, 2,211 en Quintana Roo y 916 en Campeche (de un aproximado de 13,282 personas que lo llevan en todo México) (Imagen 1 y 2). Este apellido ocupa el lugar 61 entre los más comunes de Yucatán y el lugar 34 entre los apellidos de origen maya más usados. En Quintana Roo ocupa el lugar 137 entre todos los apellidos y el 43 entre los de origen maya, mientras que en Campeche el apellido ocupa el lugar 179 entre todos los apellidos y el lugar 51 entre los mayas[4]. Los 10 municipios o ciudades en donde es más común el apellido son: Mérida, Benito Juárez, Hunucmá, Tinum, Campeche, Izamal, Umán, Kanasín, Dzitás y Yaxcabá (ver Imagen 1 y 2).

Imagen 1. Mapa con la distribución de personas con el apellido Mex en la península de Yucatán. Con rojo profundo se indican los lugares con mayor población con el apellido. Tomado de forebears.io.
Imagen 2. Lista con las 13 ciudades y municipios donde aparecen más personas con el apellido Mex, por incidencia, frecuencia y rango. Tomada de forebears.io.

Los antiguos mayas no usaban apellidos o nombres tal y como nosotros los usamos hoy en día. Es bien conocido que, tras la conquista de la región de Yucatán en el siglo dieciséis, los monjes franciscanos comenzaron a imponer nombres cristianos a los nativos de la región y que, en muchos casos, el patronímico prehispánico ocupó el lugar del apellido español. Por ejemplo, una persona que usaba de nombre completo Ah kukum Xiu fue bautizado como Francisco de Montejo Xiu. Los mayas retuvieron sus patronímicos en muchos casos, ya que éstos tenían un significado muy importante con respecto a su historia, organización y linaje[5].

Así, se menciona en la Relación de las cosas de Yucatán del siglo dieciséis, con respecto a los mayas de la región peninsular y sus linajes, lo siguiente:

“Que tienen mucha cuenta con saber el origen de sus linajes, especialmente si vienen de alguna casa de Mayapan y eso procuran saberlo de los sacerdotes, que es una de sus ciencias, y jáctanse mucho de los varones señalados que ha habido en sus linajes. Los nombres de los padres duran siempre en los hijos, en las hijas no. A sus hijos e hijas los llamaban siempre por el nombre del padre y de la madre […] Y por eso cuando vienen a parte no conocida (y se ven) necesitados acuden luego al nombre, y si hay alguien (que lo lleve), luego con toda caridad se reciben y tratan. Y así ninguna mujer u hombre se casaba con otro del mismo nombre porque era en ellos gran infamia”[6].

Es de notar que la estructura de los nombres o apelativos de los mayas prehispánicos era muy diferente a la estructura de los nombres europeos y que el concepto de apellido, tal y como lo conocemos hoy en día, no existía entre los mayas.

Los significados comunes de la palabra Me’ex

Basta con abrir el diccionario más común de lengua maya (yucateca) actual para encontrar los significados básicos de la voz me’ex. Ya desde el período colonial se registraron los siguientes términos en el Calepino Maya de Motul y en el Vocabulario Mayathan, del siglo dieciséis:  

  • meex: ‘la barba que sale al hombre en el rostro’
  • ah meex: ‘barbado, el que tiene barbas’[7]
  • ah meex, yan meex ti: ‘barba de hombre u otro animal’
  • u meex yuc:  ‘barba de cabrón o cabra’ [de yuc: ‘venado’][8]
  • ix-ma meex: ‘sin barba o desbarbado’ [el término ixma indica ‘carencia’] [9]
Imagen 3. Yuuk

El primer ejemplo deja en claro que la palabra es un sustantivo, con el significado simple de ‘barba’. En el segundo, tercer y cuarto ejemplo, el prefijo ah (en ortografía actual, aj), como agentivo, sirve para identificar a quien tiene una característica, a quien posee algo, o bien, a quien ejerce alguna acción. En este caso, ah meex (en ortografía actual aj me’ex) refiere a ‘el (individuo) de la barba’ (y en ningún caso a un ‘barbero’)[10]. Las otras traducciones nos dan a entender que también algunos animales (como el yuuk, venado Mazama pandora) podían tener barba o su equivalente (Imagen 3). En diccionarios actuales la palabra aparece así:

  • me’ex: ‘barba, bigote del hombre’[11]
  • me’ex: ‘pelo de algunos animales en la quijada inferior’ [12]

Con base en la revisión de diccionarios de otras lenguas pertenecientes al grupo maya yucateco, se infiere que la palabra pudo referir casi a cualquier tipo de vello del cuerpo humano[13]. Así, por ejemplo, en idioma Itzá encontramos:

  • me’ex: barba, bigotes
  • me’ex chiim: ‘pelo púbico de hombre’ [donde chiim es ‘pene’]
  • me’ex kiyep: ‘pelo púbico de hombre’ [donde kiyep es ‘pene’]
  • me’ex pel: ‘pelo púbico de mujer, barba de vulva’ [donde pel es ‘vulva’]
  • me’ex t’uy: ‘pelo púbico de mujer’[14] [donde t’uy es ‘vagina, vulva’]

En idioma Mopán se hallan palabras semejantes, que amplían el rango de significados que hemos encontrado:

  • me’ex: ‘patilla, barba, bigotes’ [15]
  • me’ex: ‘pelo del pecho de pavo macho’ [16]

De manera semejante, en idioma Lacandón encontramos este significado:

  • me’x: ‘barba, bigote’ [17]

En una lengua que no pertenece al grupo yucateco también se encuentra la voz equivalente (cognado). La hoy extinta lengua Ch’olti’ registró en el siglo 16:

  • meex: ‘barbas, el pelo’ [18]

Al parecer son todas las lenguas que registran algún equivalente del término[19]. Con eso se puede inferir que la palabra se restringió desde tiempos antiguos a las tierras bajas del área maya, que hoy en día ocupan la península de Yucatán, parte del norte de Guatemala y belice, principalmente.

Imagen 4. Pecarí de collar (kitam)

De esta manera, nos damos cuenta de que me’ex refiere principalmente a los pelos del cuerpo humano o animal que son largos o notorios, pero no tanto como el cabello de una persona. Por eso en el período colonial podemos encontrar el nombre de un poblado yucateco como Mexcitam que significa ‘barba de jabalí’ o ‘jabalí barbado’ (en ortografía actual, Me’ex kitam) (ver Imagen 4) [20]. Otros términos coloniales yucatecos nos acercan a los significados metafóricos de la palabra. Por ejemplo, tenemos:

  • u meex kin: ‘los rayos del sol’ [21] [con ortografía actual, u me’ex k’iin]

Dado que la palabra kin (k’iin) significa ‘sol’, esta entrada nos da a entender que los rayos solares son el equivalente a las ‘barbas’ o los ‘pelos (faciales)’ del astro rey. Como se verá, es posible que me’ex k’iin haya referido a un tipo de planta.

El término me’ex y su relación con los animales marinos

La palabra también tiene relación con algunos animales. En el contexto de los nombres de seres marinos, algunos textos coloniales y actuales registran los siguientes significados:

  • mex cay : ‘pulpo, pez’ [donde cay es ‘pez, pescado’]
  • mex: ‘pulpo’
  • mex: ‘pez araña, peje araña’[22]
Imagen 5. Pez araña

Es decir, el pulpo es el animal marino que (por sus tentáculos), aparenta tener barbas. El pez araña también se veía como un ser barbudo o de apariencia peluda, aunque no sabemos si este vínculo se debe a otra característica del animal (Imagen 5). Diego de Landa, en su Relación ya mencionada , ya describía a uno de estos peces me’ex, de la siguiente manera:

Imagen 6. Cacerolita de mar

“Un pescado vi en las costas, algunas veces, que por ser de concha todo, lo dejé para poner aquí. Es, pues, del grandor de una tortuga pequeña y cubierto por arriba de una concha delicada, redonda, de hermosa hechura y verde muy claro; tiene una cola de lo mismo de la concha, muy delgada, que parece punzón y larga corno un jeme; por debajo tiene muchos pies y todo lleno de menudos huevos que no tiene que comer de él sino huevos y cómenlos muchos los indios; llámanle en su lengua mex.”[23]

Landa describía al “cangrejo herradura”, también conocido como “cacerolita de mar” (Imagen 6)[24]. Queda claro que diferentes peces, que compartían características (como el aparentar tener ‘barbas’ o ‘bigotes’ o ser “velludos”) entran en la categoría de me’ex. 

El término me’ex en relación con las plantas

Ya se ha visto que el término me’ex guarda relación con los vellos notorios del cuerpo humano o animal, describe a los rayos del sol y también a los animales que poseen alguna característica semejante a un bigote o barba. En varias lenguas mayas se han registrado nombres de plantas que usan la misma palabra, para describir una característica notoria. Así tenemos:

Imagen 7. Liquen Me’ex Ts’uul
  • mex dzul (me’ex ts’uul) [25]

El nombre se puede traducir como ‘barba española’ (o barba de extranjero, siendo dzul o ts’uul ‘extranjero’) y describe a un liquen (Ramalina calicaris farinacea, Schaer) encontrado en arbustos de la región de las llanuras de Progreso, Yucatán (Imagen 7).

En el mismo contexto, también tenemos:

Imagen 8. Me’ex nuxiib

Su nombre se traduce como ‘barbas de viejo’ (también se le conoce como ‘barbas de chivo’), ya que nuxib es ‘viejo, anciano’ (Imagen 8). Esta planta (Clematis dioica) se describe de la siguiente manera:

“Es una enredadera de 30 pies, abundante en tierras de matorrales cerca de Izamal. El nombre maya es el equivalente del español. El nombre de Chiapas, “Cabeza de vieja” expresa más o menos la misma idea en cuanto a su apariencia. Se dice que la raíz es astringente. Es el “musgo español” del sur de los EE. UU.”[27]

Otros textos de maya Yucateco actual registran las siguientes plantas:

Imagen 9. Me’ex, musgo español
  • me’ex: ‘musgo español’
  • u me’ex nuxiib: ‘barba de anciano’ [28]
  • me’ex cháak: ‘musgo’ [29]

El musgo español es el liquen Tillandsia usneoides, que aparece sobre rocas o árboles, a modo de “barba”(Imagen 9). En el tercer ejemplo, dado que cháak es ‘lluvia’, se entiende que me’ex cháak son las plantas (musgos) que salen cuando llueve, como si fueran “barbas” o “vellos”, pequeños. Otras plantas registradas en la Nomenclatura Etnobotánica Maya son:

  • me’exmasewal
  • me’exnuxib (‘barbas de viejo, barba española’)[30]

En idioma Lacandón, la voz me’ex, además de significar ‘barba’, también sirve para describir a varias plantas pequeñas, por ejemplo:

  • chäk meꞌex: ‘alegría, flor de seda’ (planta)
  • chäk meꞌex kꞌin: ‘chacmol, tabachín, ponciana enana’ (planta)’ [31]
Imagen 10. Chäk me’ex k’in

El primer término literalmente es ‘barba o bigote rojo’ (usando el adjetivo chäk: ‘rojo’), mientras que el segundo término significa ‘barba roja del sol’ (Imagen 10 y 11). Es probable que el segundo término designe a la planta en comparación con los rayos del sol, debido a la forma alargada de la misma y a su llamativo color rojo. En la misma lengua, uno de los significados generales de la voz me’ex es el de ‘zarcillo, raíces aéreas’ (aunque literalmente son ‘bigotes’)[32].

El nombre chäk me’ex k’in define a una planta del género caliandria, perteneciente a la familia de las leguminosas (Fabaceae Calliandra calothyrsus Meisn). Su descripción, de acuerdo con los lacandones de Chiapas, es la siguiente:

“Arbusto verde con hojas finas como helechos y flores rojas, tenues y de pompón. Produce vainas de semillas planas de aproximadamente 10 cm de largo por 2.54 de ancho. Suelen ser arbustos o árboles pequeños, aunque algunos pueden convertirse en árboles grandes. Tienen flores con numerosos filamentos largos unidos en la base, las flores emergen en cabezas axilares o racimos terminales. Es una maleza común en la carretera que ocurre en áreas húmedas en la mayor parte de México. Es una «planta indicadora» agrícola para los lacandones del sur”.[33]

Imagen 11. Chäk me’ex k’in. Foto de Suzanne Cook.

Es claro que me’ex también refiere de manera general a ciertas plantas que guardan parecido con el bigote, la barba o los vellos de las personas. En su mayoría son plantas cuyas hojas no son muy abundantes, por lo que dan la impresión de formar “bigotes” poco crecidos y escasamente concentrados (y también parecidos a una “barba”)[34]. Es decir, estas plantas se percibían como los “bigotes” o “barbas” de los árboles.

El término Me’ex como nombre propio en el periodo colonial

Es bien conocido que en el texto colonial Chilam Balam de Chumayel se menciona a un personaje histórico de nombre Ah Mex Cuc o Ah Mex Cuc Chan (con ortografía actual Aj Me’ex Kuk o Aj Me’ex Kuk Chan). El Diccionario Maya Cordemex registra este nombre con la traducción, un poco dudosa de ‘ardilla barbuda de linaje Chan’ y menciona que posiblemente haya sido el fundador de un linaje’[35].

Ya hemos visto que Ah Mex significa ‘el barbado’, pero no es claro lo que significa Cuc. En algunas lenguas mayas el término Kuk refiere a cosas que se pueden enrollar o acomodar, a modo de un bulto de ropa[36], mientras que el término Chan significa ‘víbora, serpiente, culebra’ en diferentes lenguas mayas (pero no en Yucateco)[37]. Pero Kuk también podría significar ‘ardilla’ y podría describir a aquel personaje que tiene la barba o bigote como los “pelos” de la ardilla[38]. Sin embargo, con base en lo que se sabe de los nombres mayas, es más lógico considerar que el nombre está compuesto de tres elementos: el que describe a la persona como ‘barbado’ (Ah Mex), el que correspondiente a su familia (Cuc) y la palabra correspondiente a su posible linaje (Chan). Es decir, este personaje famoso era El barbudo kuk, perteneciente a los Chan’ [39].

Es de notar que Ah Mex Cuc es mencionado como uno de los gobernantes o personajes de élite de Mayapán (ya que ostenta el título ajaw ‘gobernante, señor’) y Ah Mex Cuc Chan es mencionado como uno de los cuatro linajes relacionados con Chichén Itzá en el Chilam Balam de Chumayel (los otros linajes eran Zacal Puc, Holtun Balam y Hochtun Poot)[40]. Algunos autores han interpretado que Ah Mex Cuc en parte semejante a una versión de la deidad Kukulcan (k’u’uk’ul kaan), la ‘serpiente emplumada’[41]. Es un tema en el que aún se debe indagar más con base en los documentos históricos, aunque es valioso observar que la voz Mex, como parte de algún nombre personal, no era muy común.

Con respecto al nombre o linaje Chan, algunos académicos lo han relacionado con grupos “chontales” de la región de Tabasco o bien, con grupo “foráneos” que tuvieron relación con los nahuas del centro de México y que habrían migrado hacia la península de Yucatán en la época Clásica tardía (después del 900 d.C.) o en el Posclásico (hacia el 1200 d.C.)[42]. Hoy en día, Chan es el apellido maya más común en la península de Yucatán. Hay información de que los personajes relacionados con el Ah mex pudieron tener un origen no maya, pero debemos revisar más datos.

¿Podría ser Me’ex una palabra de origen no maya?

Los siguientes párrafos con respecto al origen de la palabra son propuestas en las que aún se debe profundizar. Su lectura debe hacerse con precaución, ya que reflejan en parte pensamientos en voz alta del autor.

De las 31 lenguas mayas de las que tenemos registro, la palabra me’ex solo se encuentra con el significado de ‘barba, bigote, pelo’ en cinco lenguas mayas. De esas, cuatro lenguas pertenecen al grupo yucateco (Yucateco, Itzá, Mopán y Lacandón) y una al grupo ch’olano (Ch’olti’); por lo que se puede proponer que alguna lengua del grupo yucateco prestó la palabra al Ch’olti’ colonial (y tal vez también al Tuzanteco)[43]. El hecho de que la voz me’ex se encuentre principalmente en el grupo yucateco y que sea una palabra rara, diferente a otras voces para nombrar a la barba o bigote en las demás lenguas mayas, hace sospechar de su origen.

En otras lenguas no mayas, como el Nahuatl, encontramos palabras semejantes, que nombran a varios tipos de hierbas. Por ejemplo, el fraile Alonso de Molina, en su diccionario de Nahuatl colonial registró los términos:

  • mexixin: ‘mastuerzo’
  • mexixquilitl: ‘mastuerzo’ (Imagen 12) [44]

Otra fuente de Nahuatl registra términos semejantes:

  • mexixin: ‘berro de indias o capuchinas (Tropaeolum majus), de la familia de las geraniáceas’ (Imagen 13)
  • mexixquilitl: ‘mastuerzo, planta que los mexicanos consumían y de cuyo nombre, según algunos autores, habrían sacado el suyo’[45]

Otro diccionario Nahuatl registra como nombre de hierba:

Imagen 12. Mexixin, Mastuerzo común
  • mixitl: ‘hierba intoxicante, alucinógena, altera el cerebro, posiblemente estramonio (jimson weed)’ (Imagen 14) [46]

No es seguro que estos términos del nahuatl tengan el mismo origen o sean equivalentes, en las respectivas variantes dialectales[47]. En los primeros cuatro ejemplos, la raíz lingüística (es decir, el elemento de la palabra que tiene significado) es *mexix, siendo -in un sufijo y -quilitl la palabra para ‘verdura o hierbas comestibles’. En los últimos dos términos la raíz lingüística es *mixixi, y -tl funciona como sufijo, mientras que xiwitl significa ‘hierba’.

En cualquier caso, las palabras con la raíz *mexix sirven para designar a algunas hierbas (o plantas) y son estas palabras las que guardan más semejanza con el término maya. Ya se ha visto que en Yucateco me’ex designa al musgo español y, especialmente entre los lacandones, sirve para nombrar a algunas plantas pequeñas.

Con esto en mente, se plantean tres opciones: 1.-Que la palabra se haya originado en el grupo yucateco y de allí se prestara al nahuatl. 2.-Que la palabra se originara en el Nahuatl y de allí pasara al maya Yucateco o 3.-Que los términos del maya y del nahuatl no guarden relación alguna y que hayan tenido orígenes diferentes, siendo casualidad su semejanza en pronunciación y significados. Es necesario decir que aún hace falta revisar más evidencia histórica o arqueológica para apoyar alguna de las propuestas, aunque considero que la tercera opción es la más viable, por el momento.

Observaciones finales y pendientes

El significado original y básico de la palabra me’ex designa a todo aquel elemento semejante a una barba o bigote, que sobresale en el cuerpo de los humanos, árboles o animales. Algunos animales, como los venados, jabalíes y pavos, tienen me’ex. Así como las hierbas son el me’ex de la tierra, hay plantas que son el me’ex de los árboles y rocas, mientras que el me’ex del sol, son sus rayos. Dado que las hierbas y plantas pequeñas son el equivalente a los “vellos” o “barbas” de la tierra y de algunos árboles, esta palabra pasaría a designar a las barbas, bigotes o vellos corporales de las personas y animales. Ese es el significado más básico del término. Con el paso del tiempo, me’ex pasaría a designar a ciertos animales de apariencia barbada o velluda. La palabra también designa al pez araña, al pulpo y al cangrejo cacerola.

En el período Posclásico (hacia el 1200-1400 d.C.) la palabra ya se usaba como parte de un nombre, para designar a un personaje masculino ‘el barbado’ o ‘el del bigote’ (Aj Me’ex). Después de usarse como parte de un nombre, me’ex habría pasado a ser un apellido, usado en regiones cercanas a Mayapán y Chichén Itzá principalmente. La palabra es más antigua, y pudo haberse originado (para nombrar plantas) hace unos 1,100 años (hacia el 900 d.C.), cuando las cuatro lenguas del grupo maya yucateco aún no se comenzaban a diferenciar.

En el período colonial (1500-1800 d.C.) se tiene registro de nombres con el apellido Mex en los pueblos de Ixil y Tekantó (como Marcos Mex) y, hacia 1741, aparecen los nombres Ignacio Mex, Antonio Mex, Feliciano Mex y Juan Mex como oficiales de cabildo de lo que es el barrio de San Sebastián, en Mérida, Yucatán[48]. Si consideramos que el apellido se menciona en la época colonial en relación con la ciudad de Chichén Itzá, y que hoy en día el apellido Mex es común en poblaciones cercanas a dicha ciudad, como Tinum, Yaxcabá y Dzitás, es probable que la palabra, como parte de un nombre personal, se originara en esa región de la península (ver Imagen 13).

Imagen 14. Principales ciudades o municipios con presencia del apellido Mex. Con estrella blanca: ubicación de Mayapán; con doble estrella: ubicación de Chichén Itzá. En círculo azul: posible área de origen y difusión del nombre y/o apellido Mex. Mapa de forebears.io, modificaciones del autor.

Aún hace falta un estudio para ubicar exactamente en dónde se comenzó a usar la palabra como apellido (en la época moderna) y su distribución y expansión en la Península de Yucatán. Vale mencionar que aunque hay apellidos Mex en otros estados y países, aún se debe investigar si son palabras con un mismo origen o si la semejanza entre el apellido maya y el de otras regiones es casualidad.

Imagen 15. La palabra Me’ex, representación moderna escrita con los jeroglíficos de los antiguos mayas. Dibujo de Eduardo Puga (2020).
Imagen 16. Distribución del apellido Me’ex en los estados de México (en color fuerte, los lugares con mayor concentración de personas). Tomado de forebears.io.
Imagen 17. Distribución del apellido Me’ex en México por estado, cantidad, frecuencia y rango. Tomado de forebears.io.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Créditos de las imágenes. Imagen 3: tomada de zoogalaxy.com, imagen 4: autor desconocido (tomada de internet), imagen 5: autor desconocido (tomada de internet), imagen 6: animapedia.org, imagen 7: tomada de internet, imagen 8: página del CICY, imagen 9: wikipedia, imagen 10: fedipedia.org.


Comentario del lingüísta Martín Sobrino Gómez (El español que se habla en Yucatán y otras anécdotas) publicado en Facebook, abril de 2020:

Les diré lo que pienso de la etimología de la palabra me’ex ‘barba, bigote’ en las lenguas mayas. Si nos atenemos a la pura similitud fonética y la aparente relación de significado en las palabras, también podemos encontrar en mam las palabras xhch’ume’xh / xme’xh con el significado de ‘pelo de elote’ (Kaufman 2003), y en el Diccionario k’iche’ de la ALMG (2004) encontramos el término me’x ixim ‘maíz negro’. Con respecto al mam, la forma me’xh parece un buen candidato para tomarla como cognado de me’ex de la rama yucatecana, y tal vez proponerlo como una forma que se puede reconstruir en protomaya. Pero no parece ser así, Kaufman (2003) muestra estas palabras con sus correspondientes cognados en las lenguas de la rama oriental para las que reconstruye *…me’y ‘pelo de maíz’, de manera que, en mam, la /xh/ retrofleja en esa posición es reflejo de la /y/ del protomaya oriental, como lo demuestran las correspondencias de sonido con las otras lenguas de dicha rama, por ejemplo:

k’iche’ tzami’y ‘pelo de elote’

poqomchi’ tzami’y ‘pelo de elote’

mam xhch’ume’xh ‘pelo de elote’

De manera que, si me’xh fuera cognado con el yucatecano, las lenguas yucatecanas mostrarían *me’ey en lugar de me’ex. Comprobémoslo. Para luciérnaga, encontramos en mam las formas xkukxh / kukax (con la retrofleja al final), mientras que en poqomchi’ (Kaufman 2003) y yucateco tenemos:

poqomchi’ kukaay

yucateco kokay/kóokay

Podemos, por lo tanto, descartar esa palabra en mam para considerarla cognado de me’ex. Como ven, en un estudio etimológico siempre se deben tener en cuenta los reflejos de las formas heredadas y las correspondencias de sonidos entre lenguas para estar seguros que no estamos tratando con préstamos o con similitudes azarosas. En este sentido, la forma me’x de me’x ixim ‘maíz negro’ del k’iche’ tampoco sería cognado del me’xh, mam, pero, podemos por el momento intentar averiguar si sí lo es con el me’ex yucateco.

Tenemos que, nuevamente, recurrir a las correspondencias de sonido. En general, donde el yucateco tiene vocales rearticuladas podemos encontrar dos tipos de correspondencias en lenguas de otras ramas. En las lenguas cholano-tseltalanas puede haber correspondencias tanto de vocal corta V como de secuencia de V’V (vocal-corte glotal-vocal), mientras que en lenguas k’icheanas se tiene vocal larga VV, por ejemplo:

Glosa mono espina plátano/mamey

Yuc ba’ats’ k’i’ix ja’as

Tze bats’ ch’ix ja’as

K’ich baats’ k’iix

Con esto, parece que me’x del k’iche’ no presenta la correspondencia esperada, o sea, la vocal larga (algo como *meex). No obstante, hay que notar algo. En Sobrino Gómez (2018, 2015, y pronto profundizaré esto en el Coloquio Yuri Knorosov) explico esta aparente anomalía de las correspondencias regulares entre Yucatecano V’V y Cholano/tseltalano V / V’V. En GLLM las protoformas *CV’C y *CV’VC pasan como CVC y CV’VC, respectivamente, en lenguas cholanas y tseltalanas. En cambio, en yucatecano pasan ambas formas como CV’VC. Ahora, de acuerdo con lo observado en los datos comparativos de Kaufman (2003), todo lo que él reconstruye como *CV’VC en protomaya oriental en k’iche siempre tiene el reflejo CV’C, es decir, se pasa de una secuencia *V’V a una secuencia V’, entonces, hasta ahora no he encontrado (hay que buscarlas) cognadas yucateco-k’iche en las que pueda ver la correspondencia Yuc: V’V / K’ich: V’. Sólo como hipótesis sin comprobar puedo decir que me’x (me’x ixim) del k’iche’ y el me’ex de las lenguas yucatecanas pueden tener relación si suponemos una protoforma *me’ex que se mantuvo así en yucatecano y que pasó como me’x en k’icheano, perdiéndose en las demás lenguas (tal vez también la mantiene el tuzanteco, habría que observar las correspondencias de sonido en esa lengua para saber si es un préstamo o no). La relación semántica entre el significado de la palabra en cada una de las lenguas sería pensar que originalmente se refería tal vez a los pelos del elote negro, o a lo oscuro y/o tupido de la mazorca o algo así, y que de ahí pasó a significar ‘vello’ una vez que el yucatecano pierde la palabra básica que tenía para eso *ism.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Notas

[1] En todas las palabras en lengua maya, la letra /x/ equivale el sonido /sh/ del español. El apostrofo ( ‘ ) marca una ligera pausa en la salida del aire (cerrando la glotis) al momento de pronunciar la palabra o vocal. Se puede consultar el video “Aprende maya con breves diálogos” (https://www.youtube.com/watch?v=c5EgkTbau2o) para una introducción a la pronunciación de vocales y consonantes del maya yucateco. 

[2] Aquí se consideran las siguientes épocas para el estudio de la cultura maya: Clásica (250-900 d.C.), Posclásica (900-1521 d.C.), Colonial (1521-1810 d.C.) y actual (1810 en adelante).

[3] En este escrito, los nombres de textos o libros se presentan en cursivas, al igual que las palabras mayas y otras, que no pertenecen al español. Las traducciones están entre comillas simples (‘…’) y las citas textuales entre comillas dobles (“…”).  

[4] Información tomada de https://forebears.io/surnames/mex . Los tres apellidos más comunes de Yucatán son mayas: Chan, Pech y Canul. En Campeche, el apellido maya más común ocupa el octavo lugar y es Chan, mientras que en Quintana Roo, el apellido maya más común también es Chan, pero ocupa el noveno lugar del total de apellidos.

[5] (Quezada 2014). Esto influyó para que en la región se conservaran más los apellidos de origen prehispánico, a diferencia de lo que ocurrió en el centro de México, donde se conservaron menos.

[6] (Rivera 1985:81). Bracamonte y Sosa (2001:354) explica al respecto que “… en la sociedad maya la pertenencia a un linaje definido por el patronímico otorgaba ciertos derechos y obligaciones, pero no explica por sí sola la conducta política, ya que las personas que compartían un mismo apellido se ubicaban en estratos sociales diversos, podían tener o no acceso al ejercicio del poder y también asumían actitudes políticas antagónicas”. Mayapán es una ciudad arqueológica ubicada al sureste de Mérida, fue en el Posclásico (1250-1450 d.C.) cuando alcanzó su máximo esplendor.

[7] (Acuña 2001:40 y 407). También se registra ah chac vac ach meex: ‘barbudo, de larga barba’ (donde chac: ‘grande)’.

[8] (Acuña 1993:139 y 301). La letra /u/ representa el pronombre de la tercera persona, en este caso ‘de él/ella’, la palabra yuc (en ortografía actual, yuuk) refiere al venado temazate, o venado cabrito, que es del tamaño de una cabrilla (Mazama pandora) y al que se le llamaba ‘cabra’.  

[9] (Acuña 2001:311)

[10] Otro término registrado en el diccionario colonial es Ah meex ceh ‘cabrón de Castilla baruado’ (Acuña 2001:49). La palabra ceh significa ‘venado’ (en ortografía actual sería Aj me’ex kéej). Ver Acuña 2001:36, 46, 56, para otras frases en relación con el término me’ex.

[11] (ALMY 2003:143)

[12] (Bastarrachea et al. 1998:105)

[13] Las lenguas que conforman el grupo maya yucateco son 4: el Yucateco, el Itzá, el Lacandón y el Mopán. Solo el yucateco se habla en la Península de Yucatán. En total, se tiene registro de aproximadamente 31 lenguas mayas, algunas extintas.

[14] (Hofling y Tesucún 1997:444). El idioma Itzá es hablado en Guatemala, cerca de la región Petén Itzá.

[15] (Ulrich y Ulrich 1976: 129). El idioma Mopán se habla en Guatemala, en la región de Petén y en Belice.    

[16] (Hofling 2011:306)

[17] (Hofling 2014:226). El idioma Lacandón se habla en Chiapas, en la región de la Selva Lacandona.

[18] (Robertson et al. 2010:302). La lengua Ch’olti’ se habló en Guatemala y pertenece al grupo ch’olano, junto con los idiomas Ch’orti’, Ch’ol y Chontal. No está emparentada directamente con el grupo yucateco.

[19] Brown y Wichmann (2004:174) registran en tzotzil la voz nex como cognado del protomaya *me’x (vello facial, cabello rubio’, según ellos), pero me fue imposible encontrar en alguna fuente tzotzil esa palabra con el significado por ellos atribuido. Solo aparece como el nombre de una planta. También me fue imposible encontrar en mam la voz me’xh, que igualmente registran como cognado, ya que solo aparece como adjetivo, me’x ‘castaño’. Igualmente, en ixil, kaqchiquel, tz’utujil y mochó me fue imposible encontrar el supuesto cognado. En k’iche’ se ha registrado el término me’x ixim, ‘maíz negro’, pero no es seguro que sea cognado, aunque cabe la posibilidad de que sea un préstamo (ver nota de Sobrino al final de este escrito). Hay que considerar que Christenson (2004:74) recopila mex ‘color de ojos que no sea marrón’ y mex ixim ‘maíz negro’ y otras fuentes recopilan mex como ‘canche’.

[20] (Roys 1957:117). Resulta interesante que, en idioma Tuzanteco de Guatemala, encontremos la palabra me’x, con el significado de ‘marrano de pelaje muy blanco’ (Kaufman 2003:291). Es posible que este me’x esté relacionado con el me’ex del grupo yucateco y que, a razón de la característica de ser velludo del marrano, la voz para ‘barba, bigote’ haya pasado a designar ese animal. En los libros Chilam Balam se registra un nombre de lugar como Tixmex (ti’ xme’ex), tal vez ‘donde hay me’ex’ o ‘lugar de las barbas’, ‘lugar del barbudo’.

[21] (Acuña 2001:517)

[22] (Bolles 2010:3670)

[23] (Rivera 1985:167). El jeme es una unidad de medida y equivale a la distancia que hay entre el dedos índice y pulgar. Con “indios”, se refiere a los mayas nativos de la región peninsular.

[24] Limulus polyphemus (Atlantic horseshoe crab)

[25] (Bolles 2010:3669). También registrada por el CICY (ver la interesante página https://www.cicy.mx/sitios/flora%20digital/ficha_virtual.php?especie=2000)

[26] (Bolles 2010:3669). Los líquenes surgen de la simbiosis entre un hongo y un alga o cianobacteria, aparecen sobre rocas o árboles.

[27] (Bolles 2010:3669).

[28] Bromelliaceae (Bricker et al. 1998:184).

[29] (Barrera 1980:511).

[30] Chloris elegans H.B.et K. -Grami y Clematis dioica L. -Ranun Chloris virgata Swartz -Grami Tillandsia brachycaylos Schlechter -Brome Tullandsia usneoides L. Brome, respectivamente (ver Barrera et al.1976:111 y 112).

[31] (Baer y Baer 2018:136). Calliandra calothyrsus. La letra /ä/ representa una sexta vocal (que no existe en español), que se pronuncia semejante a una vocal intermedia entre una /o/ y una /u/.

[32] (Cook 2016:347).

[33] (Cook 2016:127).

[34] Las plantas pequeñas también pueden ser concebidas como “bigotes”, en maya yucateco actual, como en la frase ku’ukul jok’ik u pak’al Juan, bey u me’ex: ‘unas cuantas plantitas salieron de lo que sembró Juan, parecen sus bigotes’ (Barrera 1980:347).

[35] (Barrera 1980:522).

[36] (Prager 2020) .

[37] (Kaufman 2003:638). Chan también podría ser ‘cuatro’ o ‘cielo’, si consideramos otras lenguas mayas, como las del grupo ch’olano. No confundir con la palabra chaan o chan con el significado de ‘chico, pequeño’. En yucateco, kaan ‘serpiente’, es su equivalente.

[38] Aunque la ardilla no aparenta tener bigotes o barbas, a diferencia de otros animales, como el jabalí.

[39] Es decir, Ah Mex Cuc Chan se compone de tres elementos que pueden ser analizados y traducidos por separado: Ah Mex, Cuc y Chan.

[40] (Masson y Peraza 2014:53)

[41] (Piña Chan 2013:109). Aunque estos textos fueron redactados en los siglos dieciséis y diecisiete, es posible que contengan información histórica que se remonte unos 300 o 500 antes, es decir, hacia el 1204 d.C. y 1244 d.C., época en la que las ciudades de Mayapán y Chichén Itzá aún estaban habitadas.

[42] (Fox 1987:101). La lengua Chontal es del grupo ch’olano, no relacionada directamente con el Yucateco. Las lenguas nahuas (a las cuales pertenece el Nahuatl) se hablan principalmente en el centro de México (no tienen relación con las lenguas mayas).

[43] Si la palabra me’ex tuviera su origen en otro grupo de lenguas mayas, como el ch’olano (que comprende al Ch’ol, Chontal, Ch’olti’ y Ch’orti’) tal vez se esperaría encontrarla, con esa forma y significado, en varias de esas lenguas o en un grupo completo. Es decir, dado se encuentra en todas las lenguas del grupo yucateco, pero solo en uno del ch’olano, es más probable que una lengua yucateca (tal vez colonial) donara la palabra me’ex al Ch’olti’. El préstamo al Tuzanteco, pudo ser en la época colonial o actual.

[44] (Molina 1571:55). Parece ser Lepidium Virginicum. Es una planta comestible.

[45] (Simeón 1992:271). Con las Indias, se refieren a la región del México antiguo. Los mexicas habrían tomado su nombre de la planta mexixin, tomando la raíz lingüística del mismo *mexix, formando después la palabra mexica. Posiblemente se trate de una etimología popular o mitológica. Al respecto, el cronista y conquistador español Cristóbal del Castillo en su Historia de la venida de los mexicanos y otros puebles e Historia de la conquista, relata que cuando los mexicas llegaron a la región de lo que sería Tenochtitlan: “…después todos los pobladores -los azcapotzalcas, los tepanecas que se llaman en conjunto tlacopanecas, y todos sus súbditos, los coyohuques, los atlacuihuayancalques-, los nombraron mexixquilquani, comedores de mastuerzo, porque comían mastuerzo por hambre” (Navarrete 2001:89).   

[46] (Karttunen 1992:149). Aunque la vocal de este término es /i/ en algunas lenguas, es común el cambio vocálico en la pronunciación, donde la vocal /e/ pasa a pronunciarse como /i/ como en mex -> miixi. Cabe remarcar que la diferencia entre vocal corta (mexix) y la vocal larga (de miixii) no se explicaría y también faltaría explicar la variación entre mex y me’ex.

[47] Fray Bernardino de Sahagún, recopiló en Nahuatl colonial la palabra mixitl, como nombre de una hierba pequeña que se usaba para tratamientos medicinales, explicando que también quitaba las fuerzas al cuerpo y hacía perder el habla (Garibay 1969:292). Un diccionario Nahuatl actual de Zongolica, Veracruz, registra: mixixiwitl: ‘planta medicinal’, dícese mixixi (ver Gerónimo et al. 2012:66).

[48] (Restall 1997)

Bibliografía

Academia de la Lengua Maya de Yucatán (ALMY)
-2003 Diccionario maya popular. Academia de la Lengua Maya de Yucatán, A.C., Mérida, Yucatán, ALMY.

Acuña, René (ed.)
-1993 Bocabulario de Maya Than, México, D.F., UNAM.
-2001 Calepino Maya de Motul. Plaza y Valdez, México.

Baer, Phillip, y Mary Baer
-2018 Diccionario maya lacandón. ILV

Barrera Marín, Alfredo, Alfredo Barrera Vásquez y Rosa María López Franco
-1976 Nomenclatura etnobotánica maya. Una interpretación taxonómica. INAH, SEP.

Barrera Vásquez, Alfredo (director)
-1980 Diccionario Maya Cordemex. Mexico: Ediciones Cordemex.

Bastarrachea Manzano, Juan Ramón, Ermilo Yah Pech, y Fidencio Briceño Chel
-1998 Diccionario básico español-maya-español. Maldonado editores.

Bolles, David
-2010 Combined Mayan-Spanish and Spanish Mayan Vocabularies.

Bracamonte y Sosa, Pedro
-2001 La conquista Inconclusa de Yucatán. Los mayas de la montaña, 1560-1680. Colección Peninsular.

Bricker, Victoria, Eleuterio Poot Yah y Ofelia Dzul
-1998 A Dictionary of the Maya Language as Spoken in Hocabá, Yucatán. Salt Lake City: The University of Utah Press.

Brown, Cecil H. y Søren Wichmann -2004 Proto-Mayan syllable nuclei. International Journal of American Linguistics 70:128-186.

Christenson, Allen J.
-2004 K’iche’-English Dictionary and Guide to Pronunciation of the K’iche’-Maya Alphabet. Documento electrónico, FAMSI.

Cook, Suzanne
-2016 The Forest of the Lacandon Maya. An Ethnobotanical Guide. Springer.

Forebears: Names & Genealogy Resources
https://forebears.io/surnames/mex

Fox, John W.
-1987 Maya Postclassic State Formation: Segmentary Lineage Migration in Advancing Frontiers. New Studies in Archaeology. Cambridge University Press.

Flora de la península de Yucatán (Centro de Investigación Científica de Yucatán, CICY)
https://www.cicy.mx/sitios/flora%20digital/index.php

Garibay, Ángel María (ed.)
-1969 Historia General de las Cosas de la Nueva España, (vol. 3). Editorial Porrúa, México. D.F.

Gerónimo Sánchez, Eutiquio, Ezequiel Jiménez Romero, Ramón Tepole González, Andrés Hasler Hangert, Aquiles Quiahua Macuixtle, y Jorge Luis Hernández
-2012 Tlahtolnechikolli. Diccionario nawatl moderno – español de la sierra de Zongolica Veracruz

Hofling, Charles A.
-2011 Mopán Maya-Spanish-English Dictionary / Diccionario maya mopan-español-inglés. University of Utah Press, Salt Lake City.
-2014 Lacandon Maya-Spanish-English dictionary. University of Utah Press, Salt Lake City.

Hofling, Charles, y Francisco Fernando Tesucún
-1997 Itzaj Maya – Spanish – English Dictionary. University of Utah Press, Salt Lake City.

Kaufman, Terrence
-2003 A Preliminary Mayan Etymological Dictionary. Documento electrónico.

Karttunen, Frances
-1992 An Analytical Dictionary of Nahuatl. University of Oklahoma Press

Masson, Marilyn, y Carlos Peraza Lope
-2014 Kukulcan’s Realm: Urban Life at Ancient Mayapán. University Press of Colorado.

Molina, Alonso de
-1880 Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana, edición facsimilar.

Navarrete Linares, Federico (ed.)
-2001 Historia de la venida de los mexicanos y otros pueblos e Historia de la conquista. Cristóbal del Castillo, Cien de México. CONACULTA.

Piña Chan, Román
-2013 Chichén Itzá. La ciudad de los brujos del agua. FCE, México.

Prager, Christian
-2020 The Sign 576 as a Logograph for KUK, a Type of Bundle.

Quezada, Sergio
-2014 Maya lords and lordship. The Formation of Colonial Society in Yucatán, 1350–1600. University of Oklahoma Press Norman

Restall, Matthew
-1997 The Maya World : Yucatec Culture and Society, 1550-1850, Stanford University Press

Rivera Dorado. Miguel (ed.)
-1985 Relación de las cosas de Yucatán. Landa, Fray Diego de. Alianza Editorial, Madrid.

Robertson, John S., Daniel Law y Robbie Haertel (eds.)
-2010 Colonial Ch’olti’: The Seventeenth-Century Morán Manuscript. University of Oklahoma Press.

Roys, Ralph
-1957 The Political Geography of the Yucatan Maya. Carnegie Institution of Washington.

Siméon, Rémi
-1992 Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. Siglo XXI.

Ulrich, Mathew y Rosemary Dixon de Ulrich
-1976 Diccionario bilingüe maya mopán-español y español maya mopán. ILV.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

CONTACTO
Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Observaciones acerca de la palabra K’inich en la escritura jeroglífica maya

por William H. Mex

Introducción

El presente escrito tiene como objetivo hacer una breve revisión de las traducciones y significados propuestos para el término K’inich en diversos contextos, tomando como base el estudio de las lenguas y documentos mayas. En primer lugar, se exponen todos los ejemplos en los textos del período colonial relevantes en los que se tiene registro de la palabra, como parte de nombres propios, nombres de lugar o nombres de cosas.

Se hace una breve recapitulación de los principales trabajos que propusieron las primeras lecturas en la epigrafía maya, así como las propuestas para analizar la palabra desde una perspectiva lingüística. También se analizarán brevemente varias de las traducciones, explicando y descartando algunas, exponiendo los argumentos en contra o a favor de las interpretaciones que se han dado. Se busca discutir algunos temas relacionados con la palabra K’inich poco conocidos pero que merecen más atención.

El término K’inich durante el período colonial y actual

Desde hace tiempo, diversos autores notaron que el término K’inich refiere a la deidad del sol, al sol mismo o a un aspecto relacionado con las cualidades del astro rey. Una de las primeras menciones de este término la tenemos en la Relación de las cosas de Yucatán, donde se registra dos veces la existencia de una deidad a la que se le hacía una ofrenda por los yucatecos peninsulares en los años <Muluk>[1]:

“Hacían una estatua al demonio llamado <Kinchahau> y poníanla en la casa del principal en lugar conveniente, y desde allí, teniendo muy limpio y aderezado el camino, iban todos juntos con su acostumbrada devoción por la imagen del demonio <Chacuayayab>. (Landa 1985:107)[2]

En otro párrafo, el mismo texto afirma:

“Llegados a casa del principal ponían esta imagen en frente de la estatua de <Kinchahau> y hacíanle todos sus ofrendas, las cuales repartían corno las demás. Ofrecían a la imagen pan hecho con yemas de huevo, y otros con corazones de venados, y otro hecho con su pimienta desleída.” (Landa 1985:108)

Cabe mencionar que, aunque la forma registrada es <Kinchahau>, por otros ejemplos sabemos que se debe transcribir <Kinich Ahau> (con ortografía actual, K’inich Ajaw)[3]. Otra de las citas más conocidas que menciona el término es la que Diego de Lizana hace en su Historia de Yucatán de principios del siglo diecisiete, al describir uno de los edificios de Izamal:

“[…] es el mas alto, que se llamaba <Kinich Kakmo> y era la causa, que sobre el habia un Templo, y en el un Idolo, que se llamaba asi, y significa en nuestra lengua, Sol con rostro, que sus rayos eran de fuego, y bajaba a quemar el sacrificio a medio dia; como bajaba volando la Guacamaya con sus plumas de varias colores. Y este Dios ó idolo era venerado, y decian que cuando tenian mortandad, ó pestes, ó otros comunes males, iban a el todos, asi hombres, como mujeres, y llevando muchos presentes, los ofrecían, y que alli a la vista de todos bajaba un fuego (como es dicho) a medio dia, y quemaba el sacrificio, y les decia el Sacerdote lo que habia de suceder […]” (Lizana 1633:3:4, énfasis mío)[4]

Con base en esta referencia es que se ha popularizado la traducción de <Kinich> como ‘sol con rostro’, ‘ojos de sol’, o ‘rostro solar’. Esta traducción es bastante cuestionable. Es preciso decir que ni Landa ni Lizana fueron expertos en lengua maya colonial y, en muchos casos, no analizaron las traducciones que ofrecían, aunque Lizana ofrece pistas útiles para interpretar el nombre. El caso de ‘sol con rostro’ sin duda alguna correspondía a una etimología popular, como varias de las que encontramos en textos coloniales[5]. Más adelante, con otros ejemplos, también se profundizará en la traducción del término <Kinich Kak Mo>.

Diego López de Cogolludo, además de repetir lo que Lizana apunta, registra otros nombres de deidades semejantes, explicando de esta manera que en la Península de Yucatán:

“Los de Campeche, tenían un ídolo particular, a quien llamaban Dios de las crueldades, y Ie sacrificaban sangre humana: su nombre era <Kinchahau haban>.” (López de Cogolludo 1954:554)[6]

En otra sección de su escrito, al describir varios dioses y algunas de sus características, afirma:

“Fingieron, que el Dios mayor que todos los otros, a quien también llamaban <Kinchahau>, fué casado, y que la mujer de éste fué inventora del tejer las teIas de algodón, con que se vestían […]”. (López de Cogolludo 1954:552)

Queda claro que <Kinchahau> refiere a <Kinich Ahau>. Cabe mencionar también que <Kinich>, al encontrarse antes que otros términos, describe una cualidad de estos (es decir, funciona como adjetivo). De esta manera, <Kinich Ahau> refiere al ‘Ahau (que es como) Kinich’, mientras que <Kinich Kak Mo>, refiere a el Kak Mo (que es como) Kinich. En las lenguas mayas lo más común es que el adjetivo se ubique antes que el sustantivo (ver England 1992:84-87). Lo que menciona Cogolludo también reafirma la importancia de esta deidad, su estatus dentro del grupo de dioses mayas de la época colonial y su relación con el sol[7].

El Ritual de los Bacabes tiene registro del ya conocido <Kinich Kak Mo>, nombre que R. Arzápalo (1987:285) traduce como ‘Guacamaya de fuego de rostro solar’. El mismo texto menciona a <Ix Kan Kinich>, que el filológo traduce como ‘Preciosa de rostro solar’ (Arzápalo 1987:272)[8]. Estos son otros ejemplos del uso de la palabra como adjetivo (primer caso) y sustantivo (segundo caso). El Chilam Balam de Tizimín también menciona a <Kinich Kak mo> o <Ah Kinich Kak Mo>, a <Kinich chaan te> y a <Kinich tu tan […]>, voces que Edmonson  (1982:22, 72, 99), apoyándose en interpretaciones de A. Barrera y R. Roys, traduce como ‘Guacamaya de fuego de cara/ojo de sol’, ‘ojo del sol del pequeño árbol’ y ‘ojo del sol habló […]’[9]. El Chilam Balam de Chumayel también menciona a <Kinich Kak Mo> y registra una oración que lo relaciona con Izamal (Yucatán): <U cab yahau ah ytzamal Kinich kak moo>, traducido como ‘es la tierra del señor de Izamal, <Kinich kak mo>’ (Edmonson 1986:60)[10]. El mismo texto menciona el nombre del lugar <Kinchil Coba> como asiento del K’atun 13 Ajaw (Edmonson 1986:77), con lo que es claro que el término también servía para designar lugares que tenían características relacionadas con el sol[11].

La Relación de Izamal y Santa María registra que los pobladores del primer pueblo fueron vencidos por <Kak u pacal> y otros personajes, y también menciona como uno de los primeros pobladores del lugar a <Kinichhaba> y <Kinich Kak Mo> (Garza et al. 1983:1:305). Es posible que el primer personaje o deidad, <Kinich Haba> sea el mismo <Kinchahau haban> que mencionan otros cronistas ya mencionados[12].

El Bocabulario Maya Than (siglo dieciséis) menciona algunos nombres de deidades con el término Kinich. Una entrada expresa que <Ytzam Na Kin [i]ch Ahau> fue un ídolo “[…] que adoraron, que fue hombre, por aber allado el arte de las letras de esta tierra’ (Acuña 1993:419). Además, como un ‘Ydolo de las crueldades, a quien los de Campeche sacrificaban sangre humana’, menciona a <kin cha haban kinch ahau haban> (Acuña 1993:420). Encontramos equivalencias con los nombres <Kinich Ahau> y <Kinich Haban> que registraron López de Cogolludo y Landa. En su gramática, Fray Pedro Beltrán (1746:13) también menciona a <Kin chahau> y <Tzamna>. El Bocabulario también menciona un término muy interesante, que no refiere a nombres de dioses o personas: <Kin ich kak ek>, traducido como ‘fuego del cielo, como el que descendió sobre Sodoma y Gomorra’ (Acuña 1993:357). Más adelante se profundizará en la traducción de esta expresión y su posible relación con el ya mencionado <Kinich Kak Mo> de Izamal.

Finalmente, fuera del área peninsular, en el Popol Vuh también encontramos una referencia a la deidad solar, que guarda semejanza con lo que los otros cronistas recopilaron. Una sección relativa al origen de los linajes K’iche’ y sus líderes, menciona: <halahoh chi quibi chiquihuhunal ta xepocotahuc chila chi relebal quih qui ubi xuxik ri uinac tepeu, oloman, cohah, quenech, ahau, chuchax chic ubi uinac>, que se traduce y transcribe como ‘Cada uno tenía un nombre distinto cuando se multiplicaron allá, donde sale el Sol. Llegaron a ser muchos los nombres de la gente: Tepew, Oloman, Kojaj, Kinich Ajaw, se decía a los nombres de la gente’ (Carmack y Mondloch 2018:160 y 161, subrayado y énfasis mío). No cabe duda de que la deidad o personaje mencionado como <quenech ahau> en la región K’iche’ es el equivalente al <Kinich Ahau> de la región yucateca[13]. La palabra es un préstamo de otros grupos mayas hacia el grupo k’icheano [14].

Una vez revisados estos antecedentes históricos, dejando claro que <Kinich> (con ortografía actual, K’inich) se podía usar como adjetivo o sustantivo y como parte del apelativo de deidades, personas, lugares y otras cosas, se procederá a revisar brevemente el estado de la cuestión en la escritura jeroglífica maya. También se aportarán argumentos en contra de la traducción del término como ‘ojos de sol’, ‘rostro solar’ y otras interpretaciones semejantes.  

Análisis del término K’inich mediante la epigrafía y lingüística[15]

El término K’inich fue descifrado en la escritura jeroglífica maya por D. Stuart (1986), quien propuso la lectura considerando el orden de signos K’IN-ni-chi, con una traducción inicial basada en ‘ojos de sol’[16]. La lectura goza de aceptación, ya que hay suficientes ejemplos de sustitución o complementación fonética que la confirman (ver Stuart 1987:20-23; Stuart y Houston 1994:9-12; Colas 2003). Así, sabemos que la lectura K’INICH es aplicable a los signos T184, T74.184, T1010 (que funcionan como logogramas) y que la lectura K’IN corresponde al signo T544 (logograma, con forma de «flor» de cuatro pétalos) (Imagen 1)[17]. El signo T1010 es la representación de la cabeza de la deidad solar, y uno de sus apelativos precisamente es K’inich Ajaw y también puede aparecer como variante de “cuerpo completo”. En otros contextos, el cefalomorfo también puede tener la lectura CHAN / KAN (usualmente ‘cuatro’) y K’IN (‘día’). Si bien la lectura no está en duda, lo que se pretende revisar es la traducción de la palabra y el análisis que se ha hecho de esta.

IMAGEN 1. Algunas formas de escribir K’inich en la escritura jeroglífica. a) logograma K’INICH; b) logograma K’INICH; c) lectura [K’IN]-ni-chi. Nótese que el signo con forma de «flor» se lee K’IN. Dibujos de Simon Martin (tomados de Martin 2010:72 y 73).

Algunos académicos han seguido con la traducción ‘ojos de sol’ o ‘rostro solar’, y otros han optado por traducir la palabra como ‘sol’, ‘dios solar’, ‘gran sol’ (ver Grube 2002), o ‘radiante’, ‘solar’. S. Wichmann (2004) ha llamado la atención en que las traducciones o etimologías relacionadas con ‘ojos’ o ‘rostro’, carecen de sentido. Este autor propone la traducción considerando la palabra del ch’orti’ k’ihn, con el significado de ‘calentarse, entibiarse, enfadarse’[18] y un sufijo -ich (vocal+ch, -Vch). Este sufijo aparece en ch’orti’ y forma adjetivos a partir de verbos posicionales, como en los siguientes casos: jek’ ‘abrir’ y jek’ech ‘estar abierto de piernas’; but ‘llenar’ y butuch ‘jorobado’; sut ‘poner al revés’ y sutuch ‘colocado al revés’ (Wichmann 2004:79, subrayado y traducción mías). Estas traducciones son válidas suponiendo que el sufijo -Vch hubiera funcionado para derivar adjetivos a partir de verbos transitivos y que también hubiera funcionado para derivar sustantivos. Cabe mencionar que R. Acuña (1993:419, nota 19), basándose en documentos del yucateco colonial, hace tiempo consideró la posibilidad de que el sufijo -ich funcionara como un sufijo intensificador, también en K’inich. En yucateco colonial los sufijos –Vch servían para intensificar la cualidad o el efecto del adjetivo o nombre que los precedía, como en: <kam> ‘cosa recia’ y <kamach> ‘cosa recia y constante’; <noh> ‘cosa grande’ y <nohoch> ‘cosa grande como Dios o el mar’; <nuc> ‘cosa gorda y gruesa’ y <nucuch> ‘cosa gruesa, basta, cosa grande en calidad’ (Acuña 1993:30, subrayado mío).

La voz k’in en las lenguas mayas

Para proceder con el análisis del término, se realiza una breve revisión de diccionarios y algunas gramáticas en las lenguas ch’olti’, ch’orti’, ch’ol y chontal (grupo ch’olano), tzeltal y tzotzil (grupo tzeltalano) y yucateco, lacandón, itzá y mopán (grupo yucatecano), dado que son las que están relacionadas con el idioma de las inscripciones jeroglíficas, llamado maya clásico o maya epigráfico[19]. Dado que se conoce que la mayoría de las palabras en lenguas mayas son monosilábicas o bisilábicas, se procede a buscar voces con estructura CVC o CVhC (C=consonante, V= vocal).

La raíz lingüística de la palabra K’inich es *k’in. La forma antigua de la raíz, reconstruible en proto-maya es *q’inh, que en varias lenguas mayas dió lugar a voces con los significados de ‘sol, día, tiempo’, principalmente (Kaufman 2003:461)[20]. Para Tierras Bajas Mayas[21], es reconstruible una forma antigua como *k’ihn, que en algunos idiomas es un adjetivo: ‘caliente, tibio’, o un verbo transitivo: ‘(re)calentar’ (Kaufman 2003:467).

De este modo, en ch’olti’ colonial tenemos: <quin> ‘día’, <quinpael> ‘calentar’ y <quinquin> ‘calor natural’ (Robertson et al.:307,309,313). En ch’orti’ tenemos k’in ‘día, sol, hora, período perteneciente al día, en punto, sequía, estación seca’. En la misma lengua encontramos k’ihn ‘calor, entusiasmo’; k’ihn ha’ ‘agua tibia, agua caliente, manantial caliente’; así como k’ihnk’ihn ha’ ‘agua tibia’; ink’ihn ‘cálido, enojado, agitado, emocionado’; ink’ihn u ch’ich’er ‘sangre caliente’, ‘(condición contagiosa de algunos individuos, semejante al “mal de ojo”)’; uk’ihnir e k’in ‘el calor del sol’; uk’ihnir ubah ‘el calor corporal de uno’; k’ihnah ‘estar cálido, estar enojado, erecto’; ah k’ihnaar ‘persona enojada’ (Wisdom 1950:504, 454, 478, 503, 504). También tenemos k’ijna’r ‘enojo, cólera, envidia’, k’ijna ‘estar bravo, ponerse enojado, enojarse’, además de k’ijnes ‘calentar, recalentar’ (Pérez et al. 1996:114; Hull 2005:73, 74). En estos ejemplos podemos ver que la inserción de una aspirada -h / j- en el núcleo vocálico sirve para crear sustantivos abstractos y para adjetivos vinculados con el temperamento del ser humano, palabras relacionadas a la vez con el sol y su calor.

En ch’ol encontramos k’in ‘día, sol’ (Hopkins et al. 2011:116) y en chontal q’uin ‘sol, día, fecha’ y q’uina ‘agua caliente’ (Keller y Luciano 1997:207). En tzotzil colonial tenemos k’in: ‘día’ (en términos compuestos), k’in: ‘adivinanza o saber, agüero, fiesta, suerte’, k’inal ‘adivinanza, suerte, día, tiempo’ (Laughlin y Haviland 1988:232). En tzeltal k’inal ‘día o el tiempo que ocupa el día y noche’ y k’inal ‘tierra’ o ‘temporada’ (en expresiones compuestas) (Zapata 2002:70; Polian 2017:365) y en tzendal colonial <quinal> ‘tiempo’ (Ruz 1986:373). En el grupo ch’olano occidental y tzeltalano, no se encuentra la diferencia entre k’ihn/k’ijn (CVhC o CVjC) y k’in que si hay en ch’orti’.

En yucateco colonial se encuentran los términos: <kin> ‘sol, tiempo, día’, ‘fiesta, nuevas o fama, reinar’; <kinal> ‘el calor de alguna cosa; cosa caliente, que da calor o calienta; cosa tibia, medianamente caliente’, <u kinal kin> ‘el calor del sol’ y <u kinal kak> ‘el calor del fuego’ (Acuña 2001:335, 336). En yucateco actual tenemos k’iin ‘sol, día’, ‘tiempo, época’; k’íin ‘sol’; y k’íin ‘calentar, entibiar, abrigar’ (Bricker et al. 1998:152, 154; ALMY 2007:117, 118). En lacandón aparece k’íin ‘sol, día, tiempo’ y k’íin ‘calentarlo, recalentarlo, hervirlo’ (Hofling 2014:209); en itzá, k’in ‘día, sol, tiempo’ y k’in ‘entibiarlo, calentarlo’ (Hofling y Tesucún 1997:392); por último, en mopán se encuentra k’in ‘sol, día’, k’inal ‘calor de pareja’ y k’in ‘calentarlo’ (Hofling 2011:270, 271). Es de notar que en yucateco actual, el tono alto que se desarrolla en la vocal de la raíz (V́V) ayuda a derivar verbos a partir del sustantivo ‘sol, día’ y también ayuda para adjetivos (y en otros casos mensurativos y sustantivos, ver Sobrino 2018:75)[22]. Es decir, así como en ch’orti’ hay una diferenciación entre k’in y k’ihn, en yucateco hay diferenciación entre k’iin y k’íin.

La revisión de términos deja ver que hay una relación entre los cognados de *k’ihn ~ *k’ijn y las características del sol, el calor vital y el temperamento o temperatura que una persona tiene o va adquiriendo.

El sufijo -ich en las lenguas mayas

Ahora se debe explicar la segunda parte de la palabra. Como se expresó al principio, hay varios argumentos en contra de la interpretación ‘ojos/rostro solar’ (o semejantes). El primero es que la voz ich como ‘ojo, rostro’ solo se encuentra en lenguas del grupo yucateco, mientras que en las demás lenguas tenemos palabras como ut, hut, wut o sat (ver Kaufman 2003:324). Los términos que se encuentran en el yucateco colonial que refieren al carácter o las emociones y hacen mención de los ojos o el rostro humano, casi siempre llevan algún tipo de sufijo. Por ejemplo, tenemos <chac booxen ich> ‘el de rostro tostado, y el airado y enojado’, <ah chacau olal > ‘colérico y enojado’; <chiilac ich> ‘el enojado y airado con mohína’; <chiilac ol> ‘desgraciado y mohíno y enojado asi’ (Acuña 2001:186, 40, 199; ver también Bourdin 2014). Lo mismo pasa con otras palabras como ich ‘fruto’, ich ‘par, gemelo, par’, jich ‘superficie’, ich ‘dentro’ o ich ‘lugar donde abunda algo (para lugares)’. Son palabras reducidas a una o pocas lenguas y cuando se analizan junto con k’in, considerando otros contextos (como el de nombres personales), no dan traducciones o etimologías coherentes.

Otro argumento en contra de -ich como ‘ojo, rostro’ lo encontramos en la misma iconografía maya. La deidad solar no tiene el signo K’IN en los ojos, es decir, no tiene ‘ojos de sol’ y aunque en algunos ejemplos tiene el signo K’IN en la mejilla o como orejera, hay otros ejemplos en los que tiene el signo en la frente, en la diadema de su cabeza o bien, ejemplos donde no lo tiene (Imagen 2).

IMAGEN 2. Ejemplos del dios solar en la iconografía maya. a) La cabeza del dios y sus características, con el signo K’in en la mejilla y frente, nótese que no tiene ‘ojos de sol’ (dibujo de Daniel Salazar, 2019:197) ; b) K’inich Ajaw en la cerámica. nótese que no tiene ni en los ojos, ni en el rostro (pero si en el cuerpo), el signo K’in (dibujo de Karl Taube, 2003:411).

Es decir, el signo K’IN no necesariamente es un elemento inherente al rostro del dios. Los famosos mascarones de Kohunlich (Q. Roo) también se han tomado como evidencia de los ‘ojos solares’. Si bien estos mascarones a veces tienen en sus ojos el signo K’IN, en otras ocasiones este signo se combina con el signo WINIK (también parecido a CHUWEN) y en algunos ejemplos no tienen el signo (ver Salazar 2019:195-199) (Imagen 3). De cualquier manera, un elemento iconográfico así, no necesariamente respalda o nos dice como se debe leer o traducir el nombre de quien lo porta[23]. Debemos considerar que esto es suficiente para descartar una traducción relacionada con ‘ojo(s)/rostro’.

IMAGEN 3. Ejemplos de los ojos de personajes de los mascarones del edificio A1 de Kohunlich. Obsérvese la mezcla de elementos iconográficos, que no necesariamente refieren al signo K’in. Dibujos de Daniel Salazar (2019:197).

Como se mencionó, René Acuña ya había considerado la posibilidad de que la terminación -ich de K’inich cumpliera la función de intensificador, semejante al sufijo del yucateco colonial. Esto es algo remarcado también por D. Bolles (2019:99), quien considera que -ich es parte del “complejo de sufijos adjetivales” -Vch y que <Kinich> tendría relación con <kinam>, con el significado de ‘poderoso, respetado’ (Bolles 2014:50)[24]. El mismo autor, al equiparar la palabra con términos como <halach> y <cilich>, considera la posibilidad de traducir <Kinich> como ‘poderoso’. También Smailus (1989:123) hizo notar que, en la misma lengua, con algunos adjetivos de dos sílabas, la segunda tiene forma -Vch o -Vc[25]. Para el maya jeroglífico, algunos autores han considerado el sufijo -Vch como adjetivizador, a partir de sustantivos abstractos o verbos (Lacadena y Wichmann 2004:247) o bien, como intensificador de adjetivos (Boot 2009:193).

Hay más ejemplos del maya yucateco colonial que arrojan luz sobre el sufijo: <bak> ‘cercar rodeando’ y <bakach> ‘todos’; <ziidz> ‘codiciar y desear con mucho afecto alguna cosa buena o mala’ y <ziidzach> ‘deseoso o codicioso así’; <baldzam> ‘representante y tal representación’ y <baldzamach> ‘truhan, farandulero y chocarrero, no es vocablo honesto’; <zauin> ‘cosa ambicionada y envidiada’ y <zauinach> ‘envidioso y ambicioso’. También deriva algunos verbos transitivos en términos compuestos, como en <takach pakat> ‘mirar de hito en hito con desvergüenza o con irreverencia’ (de <tak> ‘pegar como papel’ y <pakat> ‘mirada’) y <pakach> ‘hacer tortillas de maíz formándolas y palmeándolas entre las manos’ (de <pak> ‘pegar, engrudar o soldar pegando’) (ver Acuña 2001:73, 148, 79, 142, 527, 478).

Es de notar que este sufijo ya desde época colonial era bastante raro y que la forma predominante era -ach. El sufijo en yucateco actual ya no es productivo, aunque aparece en algunas palabras y también en mopán y lacandón, principalmente (ver Hofling 2017:713).

K’inich como adjetivo

En ch’orti’, como se mencionó anteriormente, Wichmann (1999:82) hizo notar que el sufijo -Vch forma adjetivos a partir de verbos posicionales[26]. Hull (2005:118) también registra lo mismo sobre el sufijo -Vch. En este caso, el uso del sufijo muestra cierta equivalencia con su uso en yucateco colonial. En ch’ol también se registran algunas voces que hacen uso de un sufijo -Vch, de manera similar a ejemplos del yucateco, como intensificador: koj ‘solo’ y kojach ‘solo’; säk ‘blanco’ y säkäch ‘limpio’ (entendido como ‘muy blanco’); al ‘pesado’ y aläch ‘pesado’ (analizado como ‘muy pesado’), y posiblemente también bäjäch ‘culpable’ (Hopkins et al. 2011:99, 197, 7, 12; Aulie y Aulie 2009:8). En este caso el sufijo aparece solo con adjetivos y también predomina la forma -äch (también algunos pronombres hacen uso del intensificador, ver Hopkins et al. 2008:90,91). Es notable que en ch’ol actual aún se usa un sufijo -äch que puede derivar adjetivos a partir de sustantivos, como witsäch ‘empinado’ (derivado de wits ‘montaña, cerro’)**.

La evidencia sugiere que era más común que a partir de verbos, el sufijo -Vch ayudara a formar adjetivos, aunque considerando el ejemplo ch’ol, también pudo formar adjetivos a partir de sustantivos. Considerando las lenguas ya revisadas, se pueden proponer traducciones de K’inich como ‘caliente, airado, colérico’, ‘enojado, iracundo, animoso’ y por supuesto, las más comunes e igualmente vinculadas con el sol: ‘radiante, solar, resplandeciente’. Cada traducción debe aplicarse según el contexto, pero no cabe duda de que K’inich principalmente refiere a aquel que tiene alguna característica del sol, o bien, a aquel cuyo temperamento, carácter o modo de vida es semejante al del astro rey. Como han hecho notar varios autores, de manera general en Mesoamérica, el calor vital del ser humano se relaciona con la edad. Así remarcaba López-Austin (1996:288) hace tiempo:

“Tanto los nahuas como los tzotziles actuales hablan de la gran fuerza anímica de los ancianos, que puede convertirlos en seres peligrosos. La «sombra» de los viejos, según los nahuas, ha adquirido poder con los años, y puede dañar a los niños, muy débiles de «sombra», a través de la mirada. Para los tzotziles la fuerza de los ancianos aumenta tanto con la edad como por el contacto con los dioses que se establece en el desempeño de los cargos públicos. Los viejos, así, atesoran calor en sus corazones”.

Durante el período clásico, el término K’inich principalmente se aplicó a ciertos soberanos que retomaron el nombre de sus ancestros. Los ejemplos más conocidos los tenemos en Palenque, donde encontramos primero a un K’uk’ Bahlam y después, a un K’inich K’uk’ Bahlam, un Ahkul Mo’ Nahb y un K’inich Ahkul Mo’ Nahb, un K’an Joy Chitam y un K’inich K’an Joy Chitam, un Kan Bahlam y un K’inich Kan Bahlam, y un Janab Pakal y un K’inich Janab Pakal (Stuart y Stuart 2008:244-248). Vale mencionar que todos los K’inich gobernaron después de los que no lo eran y, en algunos casos, tenían relación de parentesco con ellos. De esta manera, la traducción de los nombres propios de algunos personajes que se identificaban como K’inich, quedaría así: K’uk’ Bahlam ‘jaguar-quetzal’, K’inich K’uk’ Bahlam ‘jaguar-quetzal radiante’; Kan Bahlam ‘jaguar-serpiente’ y K’inich Kan Bahlam ‘jaguar-serpiente iracundo’;  Ajaw ‘señor, gobernante’ y K’inich Ajaw ‘Señor solar’ o ‘Señor furioso’ (ver también Colas 2003, 2003a, 2004; Grube 2002; Sheseña 2012, 2020: Zender 2014) [27]. Muchas de las traducciones se deben hacer considerando contextos más amplios, que no se revisarán aquí.

El nombre colonial de <Kinich Kak Mo> se podría traducir como ‘Guacamaya ígnea-resplandeciente’ o bien ‘Guacamaya colérica-solar’ (<Moo> ‘gacamaya’)[28]. Un apelativo muy interesante que se encuentra en yucateco colonial y que no refiere a seres vivos es <Kinich Kak Ek>, que el Bocabulario Mayathan define como ‘fuego del cielo, como el que descendió sobre Sodoma y Gomorra’[29]. Aquí, la palabra <Ek>, usualmente, ‘astro, estrella’, tiene la concepción de ‘fuego’, como lo demuestra el término compuesto <lubul ek> ‘caer fuego del cielo’ (que literalmente sería ‘caer estrella’) (Acuña 1993:357, 162). La mitología bíblica enfatiza que lo que descendió sobre las ciudades fue una lluvia de fuego y azufre, por lo que <Kinich Kak Ek> puede traducirse como ‘furiosa lluvia de fuego’, ‘fuego sulfúreo-solar’, o bien, ‘fuego colérico-solar’, enfatizando que es un fuego celeste. Dado que en Mesoamérica hay una relación entre las estrellas, el fuego y la guerra (ver Aldana 2005, Chinchilla 2017:72-75; Stuart 1995:310), es obvio que varias de estas descripciones y nombres personales tienen origen en las actividades bélicas. Es un tema en el que se debe profundizar.

K’inich como sustantivo

La otra forma de K’inich que aparece es cuando designa a la deidad solar. Hay pocos ejemplos en las lenguas mayas de sustantivos con terminación -ich. En maya yucateco los más conocidos tal vez sean tatich, registrado como ‘término de respeto con el que, por lo general, se designa a los hombres de mayor edad’ o ‘reyezuelo o cacique’ y mamich ‘término de respeto con el que, por lo común, se designa a las mujeres casadas, especialmente, si son de edad madura’ o  ‘madre o persona mayor de edad’ (Villa Rojas 1992:248; Barrera 1980:779, 491, énfasis mío)[30]. El primer término deriva de tat o taat, que significa ‘señor’ o ‘padre’ y el segundo de maam ‘mamá, madre’ (voz tomada del español). En la lengua de las inscripciones tenemos voces que posiblemente usan el sufijo: ak’ach ‘pavo de monte’, emach ‘mapache’, nukuch ‘grande’ y tunich ‘piedra’ (ver Boot 2009:22, 64, 136, 172). Todo indica que, en este caso, el sufijo -ich, debe analizarse como un intensificador que funciona para derivar la forma reverencial de algunos sustantivos. Otra opción es que haya servido para formar sustantivos a partir de verbos o adjetivos.

En este caso, y como han remarcado varios autores, su traducción puede ser: ‘dios solar’, ‘gran sol’, ‘el caliente’, ‘el iracundo’. De esta manera, algunos nombres de soberanos clásicos como K’ahk’ u Jol K’inich se traducen como ‘la cabeza del dios-sol es ardiente’, o bien, ‘el (dios) sol (es) iracundo’, mientras que K’awil Chan K’inich, se traduciría ‘el dios solar-celeste es K’awil’ (Colas 2003:273; Sheseña 2012:443; Wichmann 2004:81). El nombre yucateco colonial <Ix Kan Kinich> se traduciría como ‘(la) preciosa (señora) deidad solar’ o ‘(la) rojiza deidad solar’[31]. Aún se puede mejorar la traducción de este tipo de nombres y su interpretación. Cabe remarcar que el término K’inich, cuando aparece pospuesto (usualmente usado como sustantivo) se debe analizar junto con los otros elementos del nombre a los que está conectado, ya que es parte del “designador rígido” que describía al soberano como el representante de un aspecto de la deidad solar. El epíteto K’inich, cuando aparece antepuesto (usualmente adjetivando otros elementos), sirve como atributo del “designador rígido” que le sigue y por medio de este uso, una persona se envestía con todos los atributos de la deidad solar (Colas 2003:281).

Observaciones finales y pendientes

Con la revisión de la evidencia lingüística y epigráfica referente al término K’inich, queda claro que ni el origen de la voz, ni su traducción, tienen que ver con ‘ojo(s)’ o ‘rostro’ (de sol). Como parte de los nombres de deidades, el término quedó registrado principalmente en documentos coloniales de la región maya peninsular, aunque por su prestigio aparece también en el Popol Vuh. Dada su asociación semántica con las voces para ‘sol’ y ‘calor corporal’ en varias lenguas mayas,  su traducción más coherente es ‘caliente, airado, colérico’ o ‘enojado, iracundo, animoso’, cuando forma parte del primer elemento de los nombres personales (y adjetiva otros elementos), o bien, como ‘radiante, solar, resplandeciente’ cuando describe la cualidad de cosas o lugares. Cuando el término se usa como sustantivo (pospuesto, en la última parte del nombre personal) refiere a una forma reverencial para designar a la deidad solar, en otros contextos, K’inich Ajaw. Como han remarcado varios autores, tal vez deba traducirse ‘dios solar’, ‘gran sol’, ‘el caliente’ o ‘el iracundo’. La relación del término con la guerra también es un tema en el que se puede profundizar.

Aún quedan varios pendientes por resolver en la cuestión del uso del término, su origen y desarrollo. Uno de los mas interesantes refiere a la cuestión de que si la voz debe tener aspiración glotal o no; es decir, si debe transcribirse K’ihnich (con raíz CVhC) o K’inich (con raíz CVC). Tenemos evidencia de una aspirada /h/ por las equivalencias en los términos ch’orti’ k’ihn y yucateco k’íin; pero hay que notar que algunas palabras que tienen una estructura parecida a K’inich (CVnVC), y vocal con tono alto en yucateco, como wíinik y síinik, no tienen una aspirada posvocálica en sus equivalentes ch’olano-tzeltalanos, que son winik y xinich’ (ch’ol), y xanich’ y winik (tzeltal). Parece ser que la nasal /n/ condiciona la aparición de este rasgo[32]. La propuesta de Wichmann (2004:79) de la existencia de un silabograma hi que indicaría esta aspiración en la lectura epigráfica K’inich, también es bastante cuestionable, ya que el signo T405, como ha sugerido Boot (2005:273) parece ser parte del silabograma chi (T671).

También se debe investigar más sobre el origen y desarrollo del sufijo, ya que si bien la forma predominante en el yucateco colonial es -Vch (con vocal variable), la evidencia sugiere que el sufijo -ach era usado como intensificador de forma más común. Posiblemente un sufijo servía para formar adjetivos (a partir de verbos o sustantivos), mientras que otro formaba sustantivos (a partir de verbos o adjetivos), algo semejante a lo que debió existir en el lenguaje de las inscripciones, como han sugerido algunos autores. La equivalencia con los sufijos de otras lenguas (como puede ser el tzeltalano -Vt) y el posible préstamo de la palabra hacia otras lenguas mayas (posiblemente en el posclásico) también es un tema pendiente.

IMAGEN 4. Signos relacionados con el sol y el calor. a) logograma K’IN, b) logograma K’IN (variante de mono, en contexto de Cuenta Larga), c) logograma K’INICH. Dibujos estándar de William Mex.

NOTAS

*Este texto fue publicado el 19 de agosto, pero se le hicieron ligeras correcciones ortográficas y de estilo el 24 de agosto* Última modificación: diciembre de 2022

[1]Los años comenzaban con 1 de los 4 de los días del Tzolk’in que se conocen como “cargadores del año”. Estos eran K’an, Muluk, Hix y Kawak (con ortografía actual).

[2] Las lenguas mayas aquí analizadas tienen las siguientes consonantes: b, ch, ch’, h, j, k, k’, l, m, n, nh, ñ, p, p’, q, q’, r, s, t, t’, tz (ts), tz’ (ts’), v, w, x, y. La grafía -h- usualmente representa el sonido fricativo glotal y la -j- el fricativo velar (en ningún caso la -h- es muda). Algunas lenguas usan la -q- y -q’- para el sonido uvular (diferente a -k- y -k’-). La grafía -x- usualmente representa el sonido -sh- en el alfabeto español. Las vocales usadas son: a, e, i, o, u y en algunas lenguas, la sexta vocal, ä. Se ha respetado la ortografía de las fuentes coloniales, que usualmente difiere de los alfabetos usados actualmente, esa palabras se representan entre paréntesis angulares < >. En yucateco colonial, el sonido -w- normalmente se representa con la -u-; c = k y la -k- representa el sonido glotalizado k’. En todos los casos ç = s, z. Todas las palabras mayas van en cursivas y sus traducciones, entre comillas simples.

[3] Cabe recalcar que algunas fuentes registran el apelativo como <Kinich> y otras, como <Kin ich>. Por su contexto, aquí se consideran que refieren a lo mismo y deben transcribirse como <Kinich>, con ortografía actual, K’inich.

[4] En ortografía actual el nombre sería K’inich K’áak’ Mo’. En otra sección de su escrito, Lizana afirma: “lo que estos naturales decían de los rayos del Sol, cuando adoraban las plumas de colores variados de la guacamaya, como también cuando hacen consumir por el fuego sus ofrendas; yo creo, pues, que de esa manera simbolizaban la quema de los bosques y el agostamiento del verdor de los campos ocasionados por el calor dé los rayos del Sol.” Se le hicieron ligeras modificaciones a la ortografía del texto original de Lizana, para hacerlo más entendible en español actual.

[5] Una etimología popular es aquella que establece una relación entre palabras parecidas, por su uso o significado, pero que son de distinto origen.

[6] Haban es un término relacionado con la cacería (ver Acuña 2001:271). Otras Relaciones lo mencionan y algunos autores han transcrito la palabra como Kaban o Caban (ver Garza et al. 1983:1:305). Tal vez se asocie con la guerra.

[7] El Informe contra idolorum cultores menciona también a un <Kiniche> (Sánchez de Aguilar 1613:19), aunque por falta de contexto no se puede decir más. No es claro si Kiniche refiere a un título o dios y tampoco si la /-e/ final es parte de otra palabra, un sufijo, o si simplemente es un cambio por la pronunciación final de la consonante /-ch/ de Kinich. El mismo informe, al referirse a Gaspar Antonio Xiu (como Gaspar Antonio de Herrera), menciona que este individuo “fue hijo de vn Sacerdote de su gentilidad llamado <Kinchi> […]” (Sánchez de Aguilar 1613:96). En este caso, sabemos que <Kinchi> refiere al personaje de título y nombre Ah Kin Chi (ah kin: ‘especialista ritual, sacerdote’, que usa Chi como apellido o patronímico) y no a Kinich (ver Cogolludo 1954:1:260).

[8] En ortografía actual sería Ix K’an k’inich. Ix- es un prefijo femenino, k’an es ‘amarillo/a, precioso/a’.

[9] En la traducción en inglés de Edmonson son ‘of sun eye kak mo’ o ‘sun eye/face fire macaw’, ‘the sun eye of the little tree’ y ‘sun eye spoke’, respectivamente.

[10] La traducción al español es mía.

[11] No es clara la traducción de Kinchil Coba. La primera parte es una contracción de Kinichil, y también hoy en día es el nombre de un poblado de Yucatán. Tal vez deba traducirse como ‘lugar de K’inich’. También se tiene registro de un K’inchil en el clásico. Coba, por otra parte, parece referir a la ciudad o a la zona arqueológica de Cobá, ubicada en el estado de Quintana Roo.

[12] Aunque Garza et al. (1983:1:305) transcriben Haban como Kaban.

[13] En el alfabeto K’iche’, se usó y se usa la grafía /q/ para representar el sonido uvular, equivalente al sonido de la /k/ de otras lenguas mayas. Es decir, Quenech seguramente se pronunciaba Q’inich y el hecho de que la palabra para ‘sol, día’ en K’iche’ y otras lenguas mayas guatemaltecas sea q’ij, mientras que en maya epigráfico es k’in, ayuda a comprobar que Quenech Ahau es un préstamo de otros grupos de prestigio hacia el K’iche’.

[14] Christenson (2007:191, nota 505), considera que “In addition, the progenitors of the Quiché ruling lineages bore the title K’enech Ajaw (Sun-faced/eyed Lord—see p. 203n.505), the legitimate sun lords as opposed to the false sun of Seven Macaw.” (Christenson 2007:79). Apparently, Quiché lords also saw themselves as earthly manifestations of the sun deity. The use of this archaic, non-Quiché title may indicate the antiquity of the concept as well as the origins of its Cavec authors”. (Ver también Campbell 1983:82 y Tedlock 1993:337).

[15] La escritura jeroglífica maya se desarrolló desde el período preclásico (hacia el 300 a.C.) y se usó aproximadamente hasta 1700 d.C. Por convención, los silabogramas se escriben con minúsculas y en negritas, los logogramas en mayúsculas y negritas (unidos con guion, en dado caso). La transliteración (escribir con grafías latinas la lectura fonética de los signos) se realiza primero, después la transcripción (escribir como se deben pronunciar las palabras), que se hace con cursivas y, por último la traducción, con letra normal y entre comillas simples

[16] ‘Sun-eyed’ en el original en inglés, aunque a veces también ‘sun-faced’. Este título en un principio se propuso leer como Mah K’ina, o bien, Chik’in, lecturas ya en desuso.

[17] La escritura jeroglífica maya consta principalmente de signos que representan palabras (logogramas) y signos que representan sílabas (silabogramas). Los signos se identifican con una T mayúscula y un número, según la catalogación de Thompson. Hay que tener en cuenta que conocer la lectura del signo, no necesariamente implica poder traducirlo correctamente o poder analizarlo lingüísticamente. El desciframiento comprende de varios pasos y niveles.

[18] En el original en inglés: “to get heated, become warm, become angry”.

[19] En la actualidad, existen alrededor de 30 lenguas mayas, las cuales descienden de un (hipotético) ancestro común, llamado proto-Maya y cuyos hablantes se distribuyen principalmente en el sur y este de México, Belice, Guatemala, y parte de Honduras y El Salvador. Los grupos lingüísticos mayores de la familia maya son: Yukatekano, Ch’olano-Tzeltalano, Gran Q’anjobalano, Mamo-K’iche’ano y Huastecano. El área Mayor de las Tierras Bajas Mayas (Greater Lowland, abreviado GLL), incluye al Yukatekano (cuatro lenguas), Ch’olano (cuatro lenguas) y Tzeltalano (dos lenguas).

[20] La grafía -q- representa un sonido uvular y el dígrafo -nh- representa un sonido nasal velar.

[21] Tierras Bajas Mayas refieren al área de los grupos ch’olano y yucatecano.

[22] Ver Sobrino (2018) para la cuestión del tono en maya yucateco y protoyucateco.

[23] Por ejemplo, tenemos el caso del dios del viento, quien siempre tiene un elemento de “T” como collar, orejera, o en su rostro, pero sabemos que su nombre es Ik’ K’uh, ‘dios viento’ (y nada que ver con ‘rostro/ojos de viento’).

[24] Otras traducciones de <Kinam> se relacionan con el calor vital del ser humano.

[25] Ver también Andrade 1955:3.40. Edmonson considera que: “Kin Ich ‘sun eye’ is a metaphor for divine or glorious. It was later applied to Christ (line 1590). Landa 1929: 2: 26 considers it the name of a god.” Al parecer Edmonson considera <Kilich> y <Kinich> como equivalentes (Edmonson 1982:22, nota 363).

[26] El sufijo –Vch en algunos aspectos es semejante en función al sufijo -Vt, que se encuentra en lenguas ch’olano-tzeltalanas y que puede formar sustantivos instrumentales y adjetivos. Ver por ejemplo la correspondencia entre el tzeltal bik’it ‘pequeño, chico’ y el yucateco bek’ech ‘delgado, flaco’. Aún se debe profundizar en esta cuestión.

**Agradezco esta información proporcionada por Raphael Tunesi y su informante hablante de ch’ol Eulises [NOTA AGREGADA EL 21-AGO-2020].

[27] Los términos usados aquí son k’uk’ ‘quetzal’, bahlam ‘jaguar’ y kan ‘serpiente’.

[28] Considerando el yucateco colonial <moo> ‘guacamaya’ y <kak> ‘fuego, lumbre’ o bien <kak> ‘cólera con que uno muestra su indignación e ira’ (Acuña 2001:320). De manera general las guacamayas se asocian con el fuego y calor, pero también hay una obvia relación por paronomasia entre <moo> ‘guacamaya’ y la palabra <moh> ‘brasero o brasas, lumbre o fuego que se pone debajo de la cama’ y ‘calentarse a la lumbre’ (ver Acuña 2001:409). Con ortografía yucateca actual, sería K’inich K’áak’ Mo’.

[29] Esta traducción también ayuda a descartar un significado relacionado con ‘ojos/rostro’. Con ortografía actual sería K’inich K’áak’ Ek’.

[30] Sería interesante indagar si la voz Cauich (Kawich), hoy usada como apellido, hace uso de este tipo de sufijo.

[31] Considerando <kan> ‘cosa bermeja’ o <kan> ‘ponerse amarillo’ (ver Acuña 2001:325, 326). Con ortografía actua es k’an.

[32] Este fue un detalle notado también por Sobrino (2018:234). Winik significa ‘persona’ y xinich’/xanich’ ‘hormiga’.

Bibliografía

Academia de la Lengua Maya de Yucatán (ALMY) (2007). Diccionario maya popular. Academia de la Lengua Maya de Yucatán, A.C., Mérida, Yucatán, ALMY.

Acuña, René (ed.) (1993). Bocabulario de Maya Than, México, D.F., UNAM.

  • (2001) Calepino Maya de Motul. Plaza y Valdez, México.

Aldana, Gerardo (2005). “Agency and the «Star War» Glyph: A Historical Reassessment of Classic Maya Astrology and Warfare”. Ancient Mesoamerica 16(2): 305-320.

Andrade, Manuel J. (1955).  A grammar of Modern Yucatec. Página web: (https://www.christianlehmann.eu/ling/sprachen/maya/andrade/index.html).

Arzápalo Marín, Ramón (ed.) (1987). El Ritual de los Bacabes. Edición facsimilar con transcripción rítmica, traducción, notas, índice, glosario y cómputos estadísticas (Fuentes para el estudio de la cultura maya, 5). UNAM, México.

Aulie, H. Wilbur y Evelyn W. Aulie (2009). Diccionario ch’ol-español, español-ch’ol. Serie de Vocabularios y Diccionarios Indígenas, Mariano Silva y Aceves no. 21. ILV, México, D.F.

Barrera Vásquez, Alfredo (director) (1980). Diccionario Maya Cordemex. México: Ediciones Cordemex.

Beltrán de Santa Rosa, Pedro. (1746). Arte del idioma maya, reducido a sucinctas reglas, y semilexicon yucateco. Mérida: J.D. Espinosa.

Bourdin, Gabriel (2014). Las emociones entre los mayas. El léxico de las emociones en el maya yucateco. México: UNAM.

Bolles, David (2019). Ti Can Titzil Caan, Ti Can Titzil Luum: To the four corners of the sky, to the four corners of the world. A collection of papers about the relationships between the world directions, the calendar, prognostications and the Mayan deities. Documento electrónico.

Boot, Erik (2005). Continuity and Change in Text and Image at Chichén Itza, Yucatan, Mexico: A Study of the Inscriptions, Iconography, and Architecture at a Late Classic to Early Postclassic Maya Site. CNWS Publications, Leiden.

  • (2009) A Classic Maya-English/English-Classic Maya Dictionary of Hieroglyphic Readings. MESOWEB.

Bricker, Victoria, Eleuterio Poot Yah y Ofelia Dzul (1998). A Dictionary of the Maya Language As Spoken in Hocabá, Yucatán. Salt Lake City: The University of Utah Press.

Chinchilla, Oswaldo (2017). Art and Myth of the Ancient Maya. New Haven: Yale University Press.

Colas, Pierre Robert (2003). Typologische Analyse von Anthroponymphrasen in den Hieroglypheninschriften der klassischen Maya-Kultur als Beitrag zur allgemeinen Onomastik. Ph.D. dissertation, University of Bonn, Germany.

  •  (2003a) Kinich and King. Naming self among classic maya rulers. Ancient Mesoamerica 14.
  •  (2004) Personal names: a diacritical marker of ethnic boundary among the classic maya. En F. Sachse (Ed.) Maya ethnicity. The construction of ethnic identity from preclassic to modern times. Bonn, Markt Schwaben: Saurwein.

Carmack, Robert, y Mondloch, James (2018). Popol Wuj: Nueva Traducción Y Comentarios. Ciudad de Guatemala: Universidad Mesoamericana.

Campbell, Lyle (1983). «Préstamos lingüísticos en el Popol Vuh», en Nuevas perspectivas sobre el Popol Vuh, ed. Robert M. Carmack y Francisco Morales Santos, pp. 81–86, Piedra Santa, Guatemala.

Christenson, Allen J. (2007). Popol Vuh: Sacred Book of the Quiché Maya People. MESOWEB.

Edmonson, Munro S. (1982). The Ancient Future of the Itza: The Book of Chilam Balam of Tizimin, University of Texas Press, USA.

  • (1986) Heaven Born Merida and Its Destiny: The Book of Chilam Balam of Chumayel. University of Texas Press, Austin.

England, Nora C. (1992). La Autonomía De Los Idiomas Mayas: Historia e Identidad. Editorial Cholsamaj, Guatemala.

Finamore, Daniel y Stephen Houston (eds.) (2010). Fiery Pool: The Maya and the Mythic Sea, Peabody Essex Museum, Salem, Massachusetts

Garza, Mercedes de la, Ana Luisa Izquierdo, Ma. Del Carmen León y Tolita Figueroa (eds.)  (1983). Relaciones histórico-geográficas de la Gobernación de Yucatán (Mérida, Valladolid y Tabasco), 2 vols., UNAM, IIFL, México, D.F.

Grube, Nikolai (2001). Los Nombres de los Gobernantes Mayas. Arqueología Mexicana 9(50):72–77.

  • (2002) Onomástica de los gobernantes mayas. En V. Tiesler, R. Cobos, M. Greene (Eds.) La organización social entre los mayas. Memoria de la tercera mesa redonda de Palenque. México, CONACULTA, INAH, UADY.

Hofling, Charles A. (2011). Mopán Maya-Spanish-English Dictionary / Diccionario maya mopan-español-inglés. University of Utah Press, Salt Lake City.

  • (2014) Lacandon Maya-Spanish-English dictionary. The University of Utah Press, Salt Lake City.
  • (2017) “Comparative Maya (Yucatec, Lacandon, Itzaj, and Mopan Maya)”. En The Mayan languages, Aissen, Judith & England, Nora C. & Zavala Maldonado, Roberto (eds.)., 685-759. Nueva York: Routledge.

Hofling, Charles, y Francisco Fernando Tesucún (1997). Itzaj Maya – Spanish – English Dictionary. University of Utah Press, Salt Lake City.

Hopkins, Nicholas, J. Kathryn Josserand, y Ausencio Cruz Guzmán (2011). A Historical Dictionary of Chol (Mayan): The Lexical Sources from 1789 to 1935, Tallahassee: Jaguar Tours.

Hopkins, Nicholas A., Ausencio Cruz Guzmán, y J. Kathryn Josserand (2008). “A Chol (Mayan) vocabulary from 1789”. International Journal of American Linguistics 74(1):83-114.

Hull, Kerry (2005). An Abbreviated Dictionary of Ch’orti’ Maya. Electronic document.

Kaufman, Terrence (2003). A Preliminary Mayan Etymological Dictionary. Documento electrónico.

Keller, Kathryn C., y Plácido Luciano G. (1997). Diccionario chontal de Tabasco (mayense). Serie de Vocabulario y Diccionarios Indígenas “Mariano Seilva y Aceves” no. 36. SIL, Tucson.

Lacadena, Alfonso, y Søren Wichmann (2004). “On the Representation of the Glottal Stop in Maya Writing”. En: The Linguistics of Maya Writing, ed. Soren Wichman, pp. 100-164. University of Utah Press, Salt Lake City

Landa, Fray Diego de (1985). Relación de las cosas de Yucatán. Alianza Editorial, Madrid. Editado por Miguel Rivera Dorado.

Laughlin, Robert M., y John B. Haviland (1988). The great Tzotzil dictionary of Santo Domingo Zinacantán: with grammatical analysis and historical commentary. Smithsonian Institution Press, Washington D.C.

Lizana, Bernardo de (1633 [1893]). Historia de Yucatán: Devocionario de Ntra. Sra. de Izmal y conquista espiritual. impr. del Museo nacional.

López Austin, Alfredo (1996). Cuerpo humano e Ideología. Las concepciones de los antiguos nahuas, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas-Unam.

López de Cogolludo, Diego (1688 [1954]). Historia de Yucatán. Comisión de Historia, 1954 – Yucatán (Mexico), 3 vols.

Martin, Simon (2010). “Biografía de K’inich Janaab’ Pakal”, en: Misterios de un rostro maya: la máscara funeraria de K’inich Janaab’ Pakal de Palenque, ed. Laura Filloy Nadal, pp. 71-89, INAH, México.

Mathews, Peter (1979). On the Glyphs “West” and “Mah K’ina.” Maya Glyph Notes, No. 6. Manuscript, published in Texas Notes on Precolumbian Art, Writing, and Culture, No. 61 (1994).

Pérez Martínez, Vitalino, Federico García, y Felipe Martínez (1996). Diccionario Ch’orti’: Jocotán, Chiquimula. Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín, La Antigua, Guatemala.

Polian, Gilles (2017). Diccionario multidialectal del Tseltal. INALI, México.

Robertson, John S., Daniel Law y Robbie Haertel (eds.) (2010). Colonial Ch’olti’: The Seventeenth-Century Morán Manuscript. University of Oklahoma Press, Norman.

Ruz, Mario Humberto (ed.) (1986). Vocabulario de Lengua Tzeldal según el Orden de Copanabastla (Domingo de Arar). Fuentes para el Estudio de la Cultura Maya no. 4. UNAM. México, D.F.

Salazar Lama, Daniel (2019). «Frente al antepasado: imágenes y discursos de poder en el entorno construido de Kohunlich». Revista Española de Antropología Americana 49: 193-216.

Sánchez de Aguilar, Don Pedro (1613 [1892]). Informe contra «idolorum cultores» del obispado de Yucatán, dirigido al rey N. Señor, en su real Consejo de las Indias. México, Imprenta del Museo Nacional.

Sheseña Alejandro (2012). Acerca de la traducción de los nombres de los gobernantes mayas. Latin American Indian Literatures Journal,  vol. 28, no. 2, pp. 114–129.

  •  (2020) Metonyms and Metaphors in Hieroglyphic Texts of the Ancient Maya. Vestnik of Saint Petersburg University. History, vol. 65, issue 2, рp. 433–447.

Smailus, Ortwin (1989). Gramática del Maya Yucateco colonial. Front Cover. Wayasbah.

Sobrino Gómez, Carlos Martin (2018). El sistema fonológico protoyucatecano. Reconstrucción y desarrollo. Tesis doctoral, COLMEX, México.

Stuart, David (1986). The Hieroglyphic Name of Altar U. Copan Note 4. Copan.

  • (1995) A Study of Maya Inscriptions. Phd Thesis, Vanderbilt University. 

Stuart, David, y, Stephen Houston (1994). Classic Maya Place Names. Studies in Pre-Columbian Art and Archaeology, No. 33. Dumbarton Oaks, Washington, DC.

Stuart, David, y George Stuart (2008) Palenque Eternal City of the Maya. Thames and Hudson, New York.

Taube, Karl (2003). “Maws of Heaven and Hell: The Symbolism of the Centipede and Serpent in Classic Maya Religion”. En Antropología de la eternidad: La muerte en la cultura maya, ed. Andrés Ciudad Ruiz, Mario Humberto Ruz Sosa y María Josefa Iglesias Ponce de León, pp. 404–442. S.E.E.M., Madrid.

Tedlock, Dennis (traducción y notas) (1993). Popol vuh: el libro maya del albor de la vida y las glorias de dioses y reyes. Editorial Diana.

Villa Rojas, Alfonso (1992). Los elegidos de Dios. Etnografía de los mayas de Quintana Roo. Segunda reimpresión. CNCA, Dirección General de Publicaciones: INI.

Wichmann, Søren (1999). A Ch’orti’ morphological sketch. Manuscript.

  • (2004) “The names of some major Classic Maya gods”.  En D. Graña Behrens (Ed.) Continuity and change: Maya religious practices in temporal perspective: 5th EMC, Bonn, Markt Schwaben: Anton Saurwein.

Zapata Guzmán, Alfredo (2002). Vocabulario tseltal-español, Tuxtla Gutiérrez, Gobierno del Estado de Chiapas, Servicios Educativos para Chiapas, Dirección de Educación Indígena.

Zender, Marc (2014). The Naming Insight: Hieroglyphic Names and Social Identity in the Pre-Columbian Americas. In A Celebration of the Life and Work of Pierre Robert Colas, editado por C. Helmke y F. Sachse, Acta Mesoamericana 27. Verlag Anton Saurwein, Munich, Germany.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

CONTACTO
Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Origen y significados del apellido Tepal

por William H. Mex [1]

Introducción

El presente texto busca indagar en el origen y los significados de la palabra de origen nahuatl TEPAL, que hoy en día se usa como apellido, principalmente en la Península de Yucatán y en el centro de México. Es conocido que este término puede significar ‘reinar, reino’ y ‘majestad, dignidad’, entre otras cosas, aunque una revisión más profunda de varios escritos coloniales y actuales (del maya y del nahuatl), nos revela que originalmente proviene de una palabra relacionada con los conflictos bélicos [2]. Esta breve revisión también busca dar a conocer la historia de la palabra y ayudar a profundizar un poco más en las relaciones lingüísticas entre grupos mayas y nahuas[3].

Antecedentes y distribución del apellido[4]

En México, aproximadamente 1,974 personas tienen como apellido la palabra de origen nahuatl Tepal. Estas personas habitan principalmente en los estados de Tlaxcala (940 personas), Yucatán (666), Puebla (172), Quintana Roo (45) y el Estado de México (21) (Imagen 1 y 2).

Imagen 1. Distribución del apellido Tepal en México. En color rojo fuerte, los estados con mayor cantidad de personas.
Imagen 2. Personas con apellido Tepal por estado, cantidad, frecuencia y rango.

Dentro de estos estados, las ciudades o municipios donde más personas tienen ese apellido son: San pablo del Monte (936 personas), Mérida (382), Tixpéhual (123), Puebla (115) y Tixkokob (90) (Imagen 3)[5]. No es un apellido común y en los estados mencionados ni siquiera aparece entre los primeros 200, mientras que en Yucatán ocupa el lugar 454 entre los más comunes. En San Pablo del Monte (Tlaxcala), el apellido ocupa el lugar 21 entre los más comunes y el tercero entre los de origen nahuatl, aunque parece compartir origen con el apellido Tepalcingo (que tiene 126 portadores) y otros apellidos semejantes. En Tixpéhual (Yucatán) el apellido ocupa el lugar 14 y en Tixkokob, ocupa el lugar 50 entre todos los apellidos (Imagen 3)[6].

Imagen 3. Distribución del apellido Tepal por municipio o ciudad, considerando cantidad, frecuencia y rango.
Imagen 4. Distribución del apellido Tepal en municipios o ciudades del centro de México. En rojo profundo, San Pablo del Monte (Tlaxcala) y debajo, Puebla.

Es bien conocido que Tepal forma parte de un pequeño grupo de palabras de origen Nahuatl que pasaron a ser usadas como apellido en la región de Yucatán, desde por lo menos la época colonial (aproximadamente después de 1521 d.C.). Entre esas palabras se encuentran también: Cetzal, Chimal, Iuit, Nauat, Pan, Pantli, Ueuet y probablemente, Xiu[7].

En el caso de Tepal, varios académicos han propuesto o respaldado la idea de que la palabra proviene del Nahuatl Tepeewa ‘conquistar’ y también han hecho notar que en Yucateco tiene los significados de ‘majestad, gobernar, reino, soberanía’ y se vincula con la palabra Tepew ‘rey’ y posiblemente con peul ‘armas de insignia, saludar, linaje’[8]. Otros autores han propuesto que Tepal, con el significado en maya Yucateco de ‘gobernante’, proviene del Nahuatl tepalli ‘trono’ (o ‘piedra larga’)[9]. Como se verá, toda la evidencia que aparece en textos coloniales mayas y nahuas respalda la primera propuesta. A continuación se profundizará en la cuestión.

Los significados de Tepal en maya yucateco

La palabra tepal aparece principalmente en los diccionarios coloniales (siglo dieciséis) de lenguas mayas, con ligeras variaciones en su escritura. Las entradas más comunes, del Calepino Maya de Motul, registran el término como sigue:

  • ah tepal: ‘señor o soberano; decíase a los reyes y señores y, con más congruencia a dios, suena como ‘majestad’’
  • ah tepal: ‘el que reina o ha de reinar’
  • ah tepual: ‘lo mismo que ah tepal, aunque no tan usado[10] (subrayado mío)

La tercera entrada nos da a entender que tepual (en ortografía actual tepwal), era una variante de tepal menos común, tal vez más arcaica. Otros significados de la palabra son:

  • tepal: ‘mucho o muchos, o muy’
  • tepal: ‘basta, o bastante y suficiente ser’ [11]

Esto revela que, al parecer, del significado ‘rey, soberano, majestad’, la palabra pasó a derivar el significado de ‘mucho, bastante’, a modo de intensificador. Otras entradas del mismo diccionario nos revelan que la palabra tepal también se usaba como verbo o sustantivo:

  • tepal: ‘reinar, mandar reinando, ser señor y señorear, y el mismo reino, mando y señorío’
  • tepal: ‘prosperidad, abundancia, gloria y contento, y tenerle’ [12]

Las siguientes entradas nos enseñan las derivaciones que puede tener la palabra, para referir a conceptos abstractos:

  • tepalil: ‘cosa real o de rey, y reinar’
  • u tepualil: ‘reino’
  • tepeual, tepual: ‘reinar; son vocablos antiguos[13] (subrayado mío)
  • tipal, tepal: ‘bastante cosa y suficiente’ [14]

Así, tepal, como ‘majestad’ o ‘reinar’, deriva, añadiendo el sufijo -il, el término abstracto tepalil para nombrar a las cosas reales o relacionadas con el rey. De forma parecida, el término tepual con el sufijo -il deriva el término abstracto tepualil (en ortografía actual, que refleja una pronunciación más exacta, tepwalil) ‘reino’, que tiene su contraparte en otros términos de las lenguas mayas, como ajawlil (‘reino señorío’, derivado de la palabra ajaw, ‘señor, gobernante’) o ajawlel (igualmente, ‘reino, señorío’), que también usan un sufijo -il o -el. La tercera entrada nos confirma que tepeual y tepual, como verbos, son arcaísmos de tepal. Con esto en mente, podemos dar por sentado que la forma más antigua de la palabra era tepeual (tepewal) y que sufrió cambios que la llevaron a pronunciarse primeramente tepual y, por último, tepal. El cuarto ejemplo sugiere que la palabra sufrió (en algunos contextos) el cambio en la pronunciación de tepal a tipal, un cambio vocálico común en las lenguas mayas[15].

En el Vocabulario Maaya T’aan colonial aparecen otras entradas parecidas:

  • ah tepal, ah tepaal: ‘alteza o majestad, título con que hablan los reyes’ [16]
  • ahaulil, tepal: ‘imperar o reinar’ [17]

Otra fuente colonial registra de forma semejante:

  • ix tepeu: ‘abadesa de monjas’
  • tepeu: ‘rey’ [18]

Solo un diccionario de maya yucateco actual (de Hocabá) registra un equivalente, como:

  • teepal: ‘abundancia’ [19]

Con lo que se ha revisado, se deduce lo siguiente. De las cuatro lenguas del grupo yucateco (Yucateco, Itzá, Lacandón y Mopán), la palabra tepal solo tiene equivalentes en Yucateco. La acepción más antigua de la palabra pudo ser como verbo, ‘reinar, mandar, señorear’ y a partir de allí derivó significados más complejos, como aj tepal ‘señor, soberano, majestad’ (‘persona que reina’) y tepalil (‘relativo al rey’, ‘señorío’), entre otros. La forma antigua era tepeual y de allí proviene tepal, por lo que la raíz lingüística (es decir, el término mínimo que tiene significado) de la palabra, debe ser tepeu (tepew), ya que -al, como se ha visto, es un sufijo. Una revisión de las palabras equivalentes en otras lenguas mayas ayudará a descartar o corroborar esta información.

El término tepewal en Chontal colonial

En los textos conocidos como Papeles Paxbolon-Maldonado, redactados en idioma Chontal, alrededor del siglo diecisiete en la región de Acalán, tenemos la mención de un término relacionado con tepal, en la siguiente oración [20]:

“…Vi xachme a hulon ta cab tazcubilon u kal u yum cab Emperador chumul tu tepeual ta Castilla…”

“…aquí he venido a tus tierras que soy enviado por el señor del mundo, emperador, que está sentado en su trono en Castilla…”[21]

Hay que aclarar que, aunque varios autores han traducido el término tepeual como ‘trono’[22], si consideramos los significados ya revisados en Yucateco colonial, es obvio que se debe traducir como ‘reino’ o ‘señorío’. Así, chumul tu tepeual ta Castilla significa ‘está sentado en su señorío en Castilla’ y, de hecho, varias frases de ascensión real, tanto en el texto Chontal como en las inscripciones del período clásico (250-900 d.C.) hacen énfasis en que los personajes de élite se asentaban “en el señorío”[23]. Es difícil saber si el término tepewal pasó del Chontal al Yucateco o viceversa.

Las palabras tepew y tepewal en las lenguas mayas de Guatemala

Términos relacionados con Tepal se registraron en por lo menos cuatro lenguas de la zona guatemalteca, tanto en el período colonial como actual. Es bien conocido que en K’iche’ colonial la palabra aparece como[24]:

  • tepeual: ‘majestad, dignidad’ [25]

Es interesante que la traducción ‘majestad’ se encuentre de manera idéntica al Yucateco colonial. En K’iche’ colonial, otra palabra que se traduce como ‘dignidad’ es ecalem, que también significa ‘nobleza’ [26], un significado semejante al del tepal Yucateco.

En Cakchiquel colonial tenemos las siguientes palabras:

  • tepeual: ‘majestad’ [27]
  • tepeuh: ‘señorío’
  • tepeu: ‘encumbrarse, gloria vana’ [28]

Una frase en esa lengua revela que la palabra también se usó como adjetivo: tepeuh Pedro, es decir: ‘es grave, majestuoso Pedro’ [29].

En Pokomchi’ colonial, los términos equivalentes registrados son:

  • tepeu: ‘grande, admirable, majestoso’.
  • tepeual: ‘la grandeza, la majestad’ [30]

El texto específica que tepeu (como adjetivo) se usaba para designar a un hombre muy poderoso, como un dios, por lo que su traducción guarda semejanza con la del Yucateco colonial y con la referencia Chontal al Emperador español. Por otra parte, tepeual (término abstracto) refería a “la gloria y bienaventuranza del cielo a la gloria y majestad de dios”. La misma lengua también registra el término compuesto k’ak’al-tepeual, como ‘grandeza, majestad; este dice grande, majestuoso, admirable, grandioso, sublime, potente’ [31]. Todo esto indica que Tepew refería a el soberano más poderoso, que estaba a la par de un dios o un emperador.

Para ir terminando con la parte guatemalteca, vale mencionar que en Q’eq’chi’ actual tenemos los siguientes significados:

  • teepeual: ‘señorío, poder, fama, honor’
  • teepeu (forma primitiva de teepal): ‘tierra, reino’ (subrayado mío)
  • teepal, teep: ‘tierra, reino’
  • teepalil: ‘condición de ser tierra circunscrita, gobernada’ [32]
  • teepal: ‘el barrio’ [33]

Tres cosas llaman la atención en el registro Q’eq’chi’: que aparezca la forma teepal (como en el Yucateco actual), que la primera vocal sea larga (como en Yucateco de Hocabá), y que el término haya pasado a designar algo más concreto, un territorio (seguramente una extensión de los significados relacionados con el ‘reino, señorío’). Una vez revisados los diccionarios coloniales y actuales, pasaremos a revisar los diccionarios en lengua Nahuatl, para averiguar de qué término específico proviene la voz tepew.

Los orígenes nahuas de la voz Tepew

En la mayoría de las lenguas mayas, la voz tepeu o tepew tuvo la función de verbo o adjetivo principalmente, aunque también era un sustantivo (relacionado con soberanos y majestades), a partir de la cual se derivaron otros términos abstractos. Pero ¿qué palabra del Nahuatl originó el término maya?

Como se mencionó al principio, varios académicos han propuesto que la voz se conforma con el prefijo te- ‘gente’ y el verbo pew ‘conquistar’, que puede dar el significado de ‘dominio, señorío’, o bien ‘conquistador’ o ‘majestad’[34]. De manera semejante, otros han traducido tepew como ‘el rey o soberano’ y han hecho notar el término q’aq’al tepewal ‘poder y grandeza’, ya mencionado en Kaqchiquel y Pokomchi’ [35]. Igualmente se ha propuesto que el origen exacto es la palabra Nahuatl tepehuani ‘conquistador, vencedor’ [36]. Efectivamente, en el vocabulario de Nahuatl colonial de Alonso de Molina aparecen los términos:

  • tepeuani: ‘conquistador o vencedor de batalla’
  • tepeualiztli: ‘conquista o vencimiento de los enemigos’ [37]

La raíz verbal de la palabra es peua (pewa), que tiene los siguientes significados:

  • peua: ‘conquistar o vencer a los enemigos’ [38]
  • peua: ‘vencer, someter, sojuzgar’ [39]

Este verbo también deriva palabras como peualli: ‘cosa conquistada o vencida’. Hay que recalcar que el término se conforma del prefijo tee- que identifica a los actores, aparece al principio de sustantivos y sirve para derivar palabras a partir de verbos transitivos que toman objetos humanos[40]. Es decir, el tepehuani (teepeewani con ortografía actual), era la persona que conquistaba, sometía o sojuzgaba a sus enemigos (de manera habitual)[41]. La forma tepeu es la que llegó a las lenguas mayas.

Imagen 8. Personaje con el título Tlacochcalcatl

Es de notar que el término tiene una connotación militar. Por ejemplo, Tepehuatzin[42] era el nombre de un ‘noble tenochca con el título Tlacochcalcatl, que acompañaba al soberano azteca Moctezuma cuando se reunió con Hernán Cortés’ [43]. Tepehuatzin se forma a partir de la raíz lingüística tepehua y el sufijo reverencial -tzin. La palabra Tlacochcalcatl refería a un general o capitán de guerra, un título para los que capturaban cuatro prisioneros[44] y puede traducirse como ‘hombre de la casa de las lanzas’ (Imagen 8)[45]. No refería a un gobernante.

Es preciso hacer algunas aclaraciones con respecto a la forma en cómo se tomó prestada la palabra por los grupos mayas. La palabra tepewa originalmente era un sustantivo, que designaba a un alto mando militar entre los nahuas del centro de México, pero los registros en lenguas mayas nos indican que la forma que llegó a ellas es tepew[46]. Esta es la forma que entró en Yucateco con los significados de ‘rey, majestad, dios’, mientras que en Chontal seguramente tuvo un significado muy parecido (relacionado con el emperador) y en K’iche’, Cakchiquel y Pokomchi’ la voz al parecer se usó más como adjetivo. En diferentes lenguas mayas, la palabra adoptaría los sufijos -il y -al para formar términos abstractos o relacionales, típicos de estas lenguas. Si analizamos solo los diccionarios mayas, es difícil discernir el significado bélico original de la palabra, pero otros textos coloniales parecen sugerir que parte de este simbolismo si se conservó en la cultura maya colonial temprana.    

Las palabras Tepal y Tepew en otros textos mayas coloniales

Tal y como se mencionó al principio de este trabajo, la palabra Tepeu sirvió para designar a varios personajes importantes en textos mayas. Por ejemplo, en las crónicas de los libros Chilam Balam, se menciona a un personaje llamado Holom Chan Tepeu, probablemente uno de los dirigentes de las migraciones relacionadas con los Xiu[47]. Su nombre es de difícil traducción, pero podría ser ‘capitán conquistador serpiente’ o ‘capitán conquistador celestial’ [48]. Parece ser que solo estos textos yucatecos registraron la voz Tepeu de esa manera, pero el uso del nombre en esos contextos podría indicar la connotación militar original (nahua) de la voz.

En el Chilam Balam de Chumayel, el término Ah tepal se menciona en varias ocasiones como Rey ah tepal ‘rey emperador’ o ‘majestuoso rey’[49], otras veces, en relación con una designación del dios o la majestad cristiana [50] y otras más, para designar a dirigentes o gobernantes. En los Papeles de los Xiu de Yaxa, Ah tepal sirve para designar al rey de España (quién también tiene el título Noh ahau, ‘gran señor’ o ‘gran rey’) [51]. Una expresión común en este texto es “…tu menel ca noh ahau ti nuestro rey ah tepal..”, traducida como “…por nuestro gran ahau, nuestro rey ah tepal…” [52]. Esto nos dice que el título Noh ahau era más o menos equivalente a Rey ah tepal, y designaba a una persona con un rango superior al de un rey, o bien, a la majestad suprema[53]. En otro texto yucateco colonial, El Ritual de los Bacabes, también hay una mención, como “…Ah tepal an bin chee an bin a ual a mehen…”, que se traduce “…¡Oh! Rey, ayuda, ayuda a los hijos de las mujeres, a los hijos de los hombres…” [54]. Los contextos ayudan a corroborar los significados que se plantean en los diccionarios coloniales.

Otro término interesante que aparece en textos yucatecos, en relación con la ciudad posclásica de Mayapán, es multepal. La palabra mul es un verbo que significa ‘amontonar, recolectar’, y en este caso refiere a ‘hacer algo como una comunidad o hacer trabajo común’, por lo que la institución del multepal posclásico era un tipo de ‘gobierno conjunto o confederado’. Implicaba gobernar conjunta o colectivamente, y se basaba en el reconocimiento mutuo de la autoridad, como una manera de mantener equilibrio y unidad [55].

Por otro lado, la forma tepeu (tepew) es más notoria en textos relacionados con las lenguas mayas de los altos de Guatemala. El texto más famoso donde se menciona es el Popol Vuh, cuando se nombra a la deidad Tepew Q’ukumatz, cuyo nombre se ha traducido como ‘majestad serpiente emplumada’[56], ‘soberano serpiente-emplumada’[57] o ‘poderoso serpiente-emplumada’[58], considerando que aparece en el contexto de la creación del universo y la vida. Los significados hallados en varias lenguas mayas nos permiten decir que la serpiente emplumada, o sea, Q’ukumatz, en su calidad de Tepew, (soberano, majestad, poderoso) era considerado uno de los dioses superiores entre los K’iche’ posclásicos[59].

También en Los Anales de los Cakchiqueles se menciona varias veces a un Tepeuh, como señor de Cauké[60], y se dice que era temido por practicar hechicería, que le rendían tributo varias tribus y que temblaba en el lugar donde vivía. Se dice que los antepasados Caynoh y Caybatz fueron mandados por Tepeuh para recolectar tributo y que esto contribuyó a que fueran apreciados por él [61]. En varias partes del texto se revela su carácter de entidad suprema, temida y reverenciada, lo que concuerda con las designaciones de los diccionarios ya revisados aquí.  

Conclusiones y pendientes

El apellido Tepal tiene su origen en el término bélico Nahuatl tepehuani, que originalmente designaba a la persona que sometía a sus enemigos en batalla. Sin embargo, la voz adoptada por los antiguos mayas -tepeu- no tenía primeramente un simbolismo bélico, y se tradujo como ‘señor, gobernante, rey, majestad’ y se relacionó con los conceptos del señorío y la realeza suprema. Sería interesante indagar cuando y por qué ocurrió este cambio, sobre todo considerando que otras palabras, prestadas en la época prehispánica del Nahuatl al Yucateco, tienen que ver con términos políticos y bélicos[62]. Tal vez tempranamente, entre los mayas, la palabra tuvo un simbolismo marcadamente bélico ¿Designó a una autoridad que se ganó el título por medio de guerras (y por eso se aplicó al emperador de España)? ¿Era para personas relacionadas con los nahuas? y ¿Tuvo un equivalente en lenguas mayas (que fue reemplazado)?

Palabras relacionadas con Tepew, Tepewal o Tepal solo sobrevivieron en textos coloniales del Yucateco, Chontal, K’iche’, Kaqchiquel y Pokomchi’, y en textos actuales de Yucateco y Q’eq’chi’. Uno de estos grupos étnicos pudo actuar como difusor del término en el Posclásico tardío (aprox. 1200-1521 d.C.) . Por su cercanía geográfica con la lengua Nahuatl, y por su conocida influencia en las inscripciones clásicas y la cultura posclásica, el Chontal (clásico) es un buen candidato. Aunque es una hipótesis que aún debe considerar otros datos lingüísticos, históricos y arqueológicos, así como la interacción entre grupos no mesoamericanos.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es tepeuguate-copia.jpg

Imagen 9. Distribución del apellido Tepeu en Guatemala. En rojo profundo se muestra el departamento de Chimaltenango y a su derecha, el departamento de Guatemala
.

Un análisis más extenso de la palabra deberá considerar una posible relación con las voces Tepale, Tepalli, Tepeu, Tepewa y otras más, que posiblemente comparten un origen en común y que son usadas como apellidos en México y Guatemala, en la actualidad (Imagen 9)[63].

Es de notar que personas con apellido Tepal se mencionan en la época colonial en las regiones yucatecas de Telchac y Sinanché (como: Cecilia Tepal, Julio Tepal)[64] y, hoy en día, es apellido común en Tixpéhual, Tixkokob, Kanasín, Hocabá, Acanceh y Motul (todos pueblos cercanos), así como en la ciudad de Mérida (Imagen 5). Si consideramos que la palabra colonial se menciona en relación con Mayapán, la región geográfica ubicada al este y noreste de Mérida pudo ser el punto de origen y difusión de Tepal, como nombre o apellido, al menos dentro de la Península de Yucatán (Imagen 10). En el caso del apellido Tepal del centro de México, cabe la posibilidad de que (aunque suene igual al de la Península de Yucatán) tuviera un origen diferente (aunque sea nahuatl). Sería necesario profundizar más en esta cuestión.

Imagen 10. Posible área de origen y difusión del apellido Tepal (círculo verde) y lugares con mayores concentraciones de personas con el apellido. 1.- Mérida (migraciones recientes), 2.- Tixpéhual, 3.- Tixkokob, 4.- Kanasín, 5.- Hocabá, 6.- Sanahcat, 7 Umán, 8.- Acanceh, 9 Motul. Estrella blanca: Zona arqueológica de Mayapan

Finalmente, vale la pena preguntarse: ¿fue la región nahua de Puebla o de Tlaxcala de donde vino la palabra, ya usada como apellido? ¿O el apellido se originó, de manera independiente, en el centro de México y la Península, a partir de la misma palabra? Como se ha mencionado antes: no debe descartarse la posibilidad de que los apellidos Tepal, usados en distintas regiones de México, tuvieran orígenes y desarrollos diferentes.

Imagen 11. (izquierda) Ascensión Tepal, personaje famoso en la historia de Tlaxcala. Tomado de internet. Imagen 12. (derecha) Logo del restaurante El Tepehuani, de la Ciudad de México. Tomado de internet. Nótese que el nombre aún se asocia con la conquista.
Imagen 13. Promocional de la marca de refrescos mexicanos Tepehuani. Tomado de internet. Imagen 14. Promocional del grupo de baile folklórico Tepehuani Nelli, de Cleveland, Ohio. Tomado de internet.

Notas

1 Arqueólogo, egresado de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Este escrito puede ser citado como Mex-Albornoz, William Humberto (2018) “Origen y significados del apellido nahuatl Tepal” (manuscrito no publicado/borrador).
2 Aquí se consideran las siguientes épocas históricas: Clásica (250-900 d.C.), Posclásica (900-1521 d.C.), Colonial (1521-1810 d.C.) y actual (1810 d.C. en adelante).
3 La familia lingüística maya la componen 31 lenguas y sus hablantes se distribuyen principalmente en el sur y este de México, Belice, Guatemala, y este de Honduras. La lengua Nahuatl pertenece a la familia Yuto-azteca y se distribuye principalmente en el centro de México, está relacionada con el Nahuat, que se habla en El Salvador principalmente.
4 En este escrito, los nombres de textos o libros se presentan en cursivas, al igual que las palabras mayas, nahuas y otras que no pertenecen al español. Las traducciones están entre comillas simples (‘…’) y las citas textuales entre comillas dobles (“…”).
5 San Pablo del monte está en Tlaxcala, centro de México. Mérida, Tixpehual y Tixkokob están en Yucatán, al este de México.
6 Información tomada de Forebears.io (https://forebears.io/surnames/tepal).
7 (Brinton 1882; Roys 1940). Ver también https://multepal.spanitalport.virginia.edu/node/636
8 (Brinton 1882:123; Roys 1940:42; Thompson 1948; Barrera y Rendón 1972:154; Justeson et al. 1985:25).
9 (Dakin 2010:227).
10 (Acuña 2001:56). El término Ah (Aj) señala al actor de la acción o a quién tiene una característica (‘el/la de/que hace…’). La letra /h/ no es muda, sino que refleja un sonido parecido al de la /j/ del español, en maya. En algunos ejemplos, se ha actualizado la ortografía del español, para hacerla más entendible. Otras frases registradas son: Kintan te a tepal: ‘acuérdate de tu prosperidad’ (Acuña 2001:299 y 338)
11 (Acuña 2001:541).
12 (Acuña 2001:541). Ver también: tepalni: ‘reinó’ (pretérito), bin tepalnac: ‘reinará’ (futuro) lay lic v tepal cuchi la: ‘éste reinará entonces’.
13 (Acuña 2001:542).
14 (Acuña 2001:549). También: tepalil v cah: ‘reina, o tiene prosperidad y abundancia’; v tepalil vinic: ‘la prosperidad, abundancia, gloria y contento del hombre’; tepalil na: ‘casa o cámara real’.
15 Este es un cambio en donde la vocal /e/ pasa a pronunciarse como /i/, en diferentes contextos.
16 (Acuña 1993:89).
17 (Acuña 1993:426). Imperar refiere a ‘mandar una persona como emperador’ (RAE).
18 (Bolles 2010:5118). Una abadesa es la mujer que tiene el cargo de “superiora” dentro de un monasterio.
19 (Bricker et al 1998:274).
20 El Chontal es una lengua del grupo Ch’olano (que incluye también al Ch’ol, Ch’orti’ y el extinto Ch’olti’). Se habla principalmente en la región de Tabasco, aunque su antepasado directo (colonial), el Chontal de Acalán, se habló también en la región sur de Campeche.
21 (Smailus 1975:54).
22 Ver Scholes y Roys 1996:337, Smailus 1975:171; Dakin 2010:227.
23 Como en la frases del Clásico: chumlaj ti ajawil ‘se asentó en el señorío’ o chumwan ta ajawlel ‘se asentó en el señorío’ y en la misma fórmula del Chontal colonial chumuanix ta ahaulel ‘se asentó en el señorío’.
24 La lengua K’iche’ pertenece al grupo K’iche’ano, junto con el Kaqchiquel, Tz’utujil, Sipakapense y Sakapulteko, de la región guatemalteca.
25 (Acuña 2005:497).
26 (Acuña 2005:135 y 399).
27 (Acuña 1983:328).
28 (Acuña 1983:CXCIX).
29 Algunos de los significados de grave, son: ‘grande, de mucha entidad o importancia; circunspecto, serio, que causa respeto y veneración’ (RAE).
30 (Feldman 2000:394).
31 (Feldman 2000:46). Aparece como magestad. El término k’ak’al ‘grandeza’ literalmente sería ‘fogoso’ o ‘como el sol’, deriva de k’ak ‘fuego’.
32 (Haeserijn 1979:321).
33 (Sedat 1955:69). Otro significado asociado es tinamit. También se registra teep: ‘tanda, parte, barrio’, aunque algunos de estos términos también podrían asociarse con la voz nahua tepan ‘lugar rocoso’.
34 (Campbell 1970 y 1983:85, Barrera y Rendón 1972:154).
35 (Recinos 1993:137 y 164), ver también Christenson 2007:52; Tedlock 1993:342.
36 (Craveri 2007:105, 571, 711). En Nahuatl, el sonido de la /w/ se representa con el dígrafo /hu/ o /uh/, aunque a veces solo con la /u/.
37 (Molina 1880:102).
38 (Molina 1880:81).
39 (Simeón 1992:381). En Nahuatl actual peehua significa ‘comenzar, hacer algo’ (Karttunen 1992:191).
40 (Karttunen 1992:215).
41 Y NO el que es vencido o sometido. El sufijo -ni forma el nombre del oficial que habitualmente ejerce la acción.
42 En ortografía actual, sería Teepeewatzin.
43 (Bierhost 1985:312). Tepehuatzin o tepeuatzin también fue un hijo del rey Tizoc (Simeón 1992:495). El sufijo -tzin funciona como honorífico.
44 (Simeón 1992:572).
45 (GDN).
46 La adopción de esta raíz lingüística se habría dado debido a que la mayoría de las palabras en lenguas mayas tienen la forma CVC o CVCVC (donde C= consonante y V= vocal, tepew es CVCVC).
47 (Brinton 1882:123).
48 El texto original dice: “…ca uliob uaye yetel Holon-Chan-Tepeuh yetel u cuchulob…”.Se tradujo considerando Holom como derivada de Hol ‘cabeza’, Chan como ‘serpiente’ o bien, como ‘cielo’ y Tepeu como ‘gobernante’ o ‘conquistador’. Chan Tepeu como ‘gobernante celeste/divino’ también podría ser apropiada.
49 (Edmonson 1986:56). El término Rey ah tepale bien podría traducirse como ‘Dios Rey’.
50 (Edmonson 1986:100).
51 (Quezada y Okoshi 2001:29).
52 (Quezada y Okoshi 2001:64).
53 En ortografía actual sería Noj Ajaw y puede traducirse como ‘gran señor/rey’, y Rey ah tepal podría ser ‘rey emperador’ o ‘Rey majestad’.
54 (Arzápalo 1987:365).
55 (Quezada 2014).
56 (Christenson 2007:52). Nótese que Q’ukumatz significa ‘serpiente emplumada’.
57 (Tedlock 1993:342); (Recinos 1993:164).
58 (Craveri 2007:711).
59 Algunos académicos han considerado que los términos Tepew y Q’ukumatz refieren a dos entidades diferentes, algo que es erróneo (ver Sam Colop 2008:28). Los diccionarios K’iche’ y Kaqchiquel dejan claro que Tepew funcionó de manera predominante como adjetivo.
60 Cauké o Cauque es una región de Guatemala.
61 (Recinos 1980:71).
62 Ver, por ejemplo, Justeson et al 1985:25.
63 Ver, por ejemplo, : https://forebears.io/surnames/tepeu. Entre algunos pueblos nahuas, la voz Tepewa designa a los dueños mitológicos de las montañas o del monte, pero es una palabra con un origen diferente al de Tepal y al Tepew de los altos de Guatemala.
64 (Bracamonte 2003:95 y 140).

Bibliografía

Acuña, René (ed.)
1993 Bocabulario de Maya Than, México, D.F., UNAM.
2001 Calepino Maya de Motul. Plaza y Valdez, México.
2005 Vocabulario de lengua quiché de Domingo de Basseta, IIFL, CEM, UNAM, México, D.F.
1983 Thesaurus verboru[m]: vocabulario de la lengua cakchiquel v[el] guatemalteca: nuevamente hecho y recopilado con summo estudio, travajo y erudición, México, UNAM.

Arzápalo Marín, Ramón (ed.)
1987 El Ritual de los Bacabes. Edición facsimilar con transcripción rítmica, traducción, notas, índice, glosario y cómputos estadísticas (Fuentes para el estudio de la cultura maya, 5). UNAM, México.

Barrera Vásquez, Alfredo (ed.)
1980 Diccionario Maya Cordemex. Mexico: Ediciones Cordemex

Barrera Vásquez, Alfredo y Silvia Rendón (eds.)
1972 Libro de los libros del Chilam Balam, FCE, México.

Bierhorst, John
1985 Cantares Mexicanos. Song of Aztecs. Translated from the Nahuatl, with and Introduction and Commentary, Stanford University Press, California.

Bolles, David
2010 Combined Mayan-Spanish and Spanish Mayan Vocabularies.

Bracamonte y Sosa, Pedro
2003 Los Mayas y la tierra: la propiedad indígena en el Yucatán colonial. Serie Estudios colección Peninsular.

Bricker, Victoria, Eleuterio Poot Yah y Ofelia Dzul
1998 A Dictionary of the Maya Language as Spoken in Hocabá, Yucatán. Salt Lake City: The University of Utah Press.

Brinton, Daniel G.
1882 The Maya Chronicles. Library of Aboriginal American Literature 1. D.G. Brinton, Philadelphia.

Dakin, Karen
2010 “Linguistic Evidence for Historical Contacts between Nahuas and Northern Lowland Mayan Speakers”, en Astronomers, Scribes, and Priests: Intellectual Interchange between the Northern Maya Lowlands and Highland Mexico in the Late Postclassic Period, ed. Gabrielle Vail y Christine Hernández, pp.217-240, Dumbarton Oaks, Washington, D.C.

Campbell, Lyle
1983 «Préstamos lingüísticos en el Popol Vuh», en Nuevas perspectivas sobre el Popol Vuh, ed. Robert M. Carmack y Francisco Morales Santos, pp. 81–86, Piedra Santa, Guatemala.

Christenson, Allen J.
2007 Popol Vuh: Sacred Book of the Quiché Maya People. MESOWEB.
http://www.mesoweb.com/publications/Christenson/PopolVuh.pdf

Craveri Slaviero, Michela Elisa
2007 El Popol Vuh y su función poética : análisis literario y estudio crítico del texto K’iche’. (Tesis de Doctorado). UNAM.

Edmonson, Munro S.
1986 Heaven Born Merida and Its Destiny: The Book of Chilam Balam of Chumayel. University of Texas Press, Austin

Feldman, Lawrence
2000 Pokom Maya and Their Colonial Dictionaries, FAMSI.

Forebears: Names & Genealogy Resources
https://forebears.io/surnames/mex

Gran Diccionario Náhuatl
http://www.gdn.unam.mx/termino/search

Haeserijn, Esteban
1979 Diccionario Kʼekchiʼ español, Editorial Piedra Santa, Guatemala.

Karttunen, Frances
1992 An Analytical Dictionary of Nahuatl. University of Oklahoma Press

Molina, Alonso de
1880 Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana, edición facsimilar, Leipzig: Julios Platzman.

Multepal
https://multepal.spanitalport.virginia.edu/node/636

Quezada, Sergio
2014 Maya lords and lordship. The Formation of Colonial Society in Yucatán, 1350–1600. University of Oklahoma Press Norman

Quezada, Sergio, y Tsubasa Okoshi Harada
2001 Papeles de Los Xiu de Yaxá, Yucatán. UNAM.

Diccionario de la lengua española (RAE)
https://dle.rae.es/

Recinos, Adrián
1980 Memorial de Sololá: Anales de los cakchiqueles. Fondo de Cultura Económica, México.
1993 Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché.

Roys, Ralph
1940 “Personal names of the maya of Yucatan”. En Contributions to American anthropology and history. Vol. 6, num. 31. Washington D.C., Carnegie Institution of Washington. Traducción al español: Roldán Peniche Barrera, Versión revisada y comentada por Alfredo Barrera Vásquez.

Sam Colop, Luis Enrique
2008 Popol Wuj, Traducción al español y notas. Cholsamaj, Ciudad de Guatemala.

Sedat, William
1955 Nuevo diccionario de las lenguas K’ekchi’ y Española. Chamelco, Alta Verapaz, Guatemala: ILV.

Siméon, Rémi
1992 Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. Siglo XXI.

Justeson, John S., William M. Norman, Lyle Campbell, y Terrence Kaufman
1985 The Foreign Impact on Lowland Mayan Language and Script. MARI, Pub. 53. Tulane University, New Orleans.

Scholes, Frances V. y Roys, Ralph (eds.)
1996 Los chontales de Acalán-Tixchel. UNAM / CIESAS, México.

Smailus, Ortwin
1975 El maya-chontal de Acalan: Análisis lingüístico de un documento de los años 1610–13. CEM, Cuaderno no. 9. UNAM, México, D.F.

Tedlock, Dennis
1993 Popol vuh : el libro maya del albor de la vida y las glorias de dioses y reyes.

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _

CONTACTO
Correo: arq.will.mex@gmail.com * MSJ / TXT: Cel. (WhatsApp) (+52) 999 334 6689